¿Alguna vez has sentido dolor después de montar en bicicleta? ¿Te has preguntado si es culpa tuya? Todos hemos cometido algún error de bulto que, a la larga, puede provocar lesiones. Por eso es importante tener en cuenta una serie de consejos sencillos.
1. Adopta una buena postura. Buena parte de los problemas que sufren algunos ciclistas están asociados a una mala postura. Vemos a diario a infinidad de ellos con el sillín demasiado bajo, quizá porque ello les aporta una mayor sensación de seguridad al sentirse más cerca del suelo. Pero recuerda: la altura del sillín debe permitirte estirar la pierna de manera casi completa cuando el pedal se encuentre en su posición más baja. Al estar parado, debes llegar a tocar el suelo con la punta del pie, no con el pie entero.
2. Hazte con un buen sillín… Es un componente clave de tu bicicleta. Un sillín malo puede traducirse en dolores frecuentes que, a la larga, pueden desincentivar el uso de la bici. Busca el que mejor se adapte a tu anatomía y necesidades. Si estás pensando en un sillín antiprostático -los de agujero en medio- hay una forma de saber si lo necesitas: siéntate cinco minutos en una silla dura, sin acolchamiento alguno, y apoya los codos en las rodillas sin doblar la espalda. Si pasado ese tiempo sientes molestias en la entrepierna, te vendrá bien uno de estos modelos.
3. …y colócalo correctamente. Además de la mencionada altura, no olvides la inclinación: el sillín debe estar lo más horizontal posible para evitar daños en la zona perineal. De esa manera, los huesos de apoyo -los llamados isquiones- se encuentran estables y el cuerpo no sufre deslizamientos hacia delante o hacia atrás. Si no te encuentras cómodo, puedes inclinarlo ligeramente. Siempre hacia adelante.
4. Las muñecas, en su sitio. Coloca las manos sobre el manillar en ángulo recto, de modo que no obligues a tus muñecas a soportar una presión excesiva.
5. No seas brusco. No eres un Ferrari: no intentes pasar de 0 a 100 en cuestión de segundos. Las rodillas sufren enormemente cuando, tras estar detenido en un semáforo, tratas de arrancar a toda velocidad. Lo mismo ocurre cuando estás en movimiento y utilizas una relación de marchas poco adecuada con el objetivo, quizá, de ir más deprisa. No es necesario.
6. Todo lo que sube, baja. Después de encarar una larga cuesta arriba y antes de dejarte caer cuesta abajo, es importante no dejar de pedalear inmediatamente. De esta forma evitaremos la aparición de calambres.
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