Desgraciadamente, la práctica totalidad de ciclistas urbanos nos hemos visto envueltos, en alguna ocasión, en un altercado verbal con un conductor. Una situación muy desagradable que conviene evitar a toda costa en beneficio de todas las partes. Para ello, lo primero es que los conductores sean conscientes de que una bicicleta tiene el mismo derecho a circular por la calzada que un coche. Pero no es menos importante que los ciclistas intentemos hacer bien las cosas. Ahí van cinco propuestas en pro de la buena convivencia:
1. Respeta las normas. Es cierto: una bicicleta no es un coche. Pero una vez nos lanzamos a la calzada, todos debemos cumplir las normas. De lo contrario, será lo primero a lo que se agarren los conductores para incumplirlas ellos. No te saltes semáforos, deja pasar a los peatones en pasos de cebra, señaliza tus movimientos, respeta cada ceda el paso que encuentres en tu camino… Nunca olvides que eres el eslabón más débil de la cadena y que, en caso de colisión, tienes todas las papeletas para llevarte la peor parte.
2. Sé amable. Algunos conductores tienen una imagen muy negativa de los ciclistas: para ellos somos recién llegados a un terreno que hasta hace poco tiempo era de su exclusivo uso y disfrute, y nos ven como arrogantes invasores. Otros muchos, sin embargo, se comportarán educadamente y aceptarán de buen grado tu presencia en las calles. Sé amable con ellos y agradece su educación con una sonrisa o un gesto de complicidad. Que todo el mundo vea que la bici no genera crispación, sino todo lo contrario.
3. La prisa mata. Si te molestan los conductores que pisan a fondo el acelerador poniendo en peligro al resto de usuarios de la vía, no seas igual que ellos. Calcula el tiempo que vas a tardar en llegar a tu destino para poder pedalear con tranquilidad. Ganarás en seguridad y disfrutarás más del camino.
4. No te enfades. Indudablemente, circular en bicicleta por ciudad significa asistir a todo un rosario de actitudes irresponsables por parte de muchos conductores incívicos. No dejes que eso te afecte ni te afanes en enmendarle la plana a cada irresponsable que te cruces. Pedalear constantemente cabreado aumenta considerablemente las posibilidades de tener un problema con alguien.
5. Si la cosa se pone fea… mantén la calma. Una cosa está clara: hay gente muy agresiva a los mandos de un coche. Muchos ciclistas urbanos nos hemos visto envueltos en situaciones muy embarazosas: le recriminas a un conductor su actitud incívica y este no duda en salir del coche con intención de pegarte. Si ese momento llega, procura ser frío y rebajar la tensión. La violencia sólo puede traer consecuencias negativas: no dejes que un descerebrado te amargue el día.
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