Ciclosfera #43

Prueba de la Bergamont HANS-E

Nuestra valoración 4.4
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Vas a poder… ¡con todo! Porque la marca alemana Bergamont, una de nuestras firmas favoritas del mercado, ha lanzado esta ultracompacta eléctrica, resistente como pocas, con un diseño sorprendente y una notable capacidad de carga. Si: definitivamente, la HANS-E merecía un test muy detallado...

Sí, somos gente con suerte: probamos todo tipo de bicicletas, y eso nos lleva a construir relaciones muy especiales con determinadas marcas. Una de ellas es, sin duda, Bergamont, una firma alemana con una filosofía muy especial, nacida en un lugar muy particular (St. Pauli, la zona portuaria y más bohemia de Hamburgo) y con una serie de particularidades que, desde luego, se perciben en sus bicicletas.

Una de esas particularidades es que, desde sus orígenes en 1993, Bergamont ha prestado mucha atención al ciclismo urbano. Un hecho que la emparenta, por supuesto, con el proyecto Ciclosfera, que les ha llevado a estar presentes como Patrocinadores PLATA en nuestras dos ferias Ciclosferia (la primera, en 2022, y la segunda, del 21 al 23 de abril de 2023 de nuevo en la Marina de Valencia) y que les lleva a tener en su catálogo bicicletas eléctricas que han formado parte del 'Garaje Ciclosfera' y que durante semanas hemos podido usar en nuestros desplazamientos cotidianos.

La Bergamont HANS-E es una 'mini long tail', una pequeña bicicleta a medio camino entre una plegable y una long tail, con una buena capacidad de carga.

Una de ellas fue, por ejemplo, la Bergamont Paul E-EQ, una pequeña y elegante plegable. O, por supuesto, una bicicleta de carga excepcional, que nos enamoró por completo, la Bergamont Cargoville LJ70 Expert. Dos monturas excepcionales, de las que tienes pruebas en profundidad en nuestra web y que, por cierto, es más que probable que puedas tú también probar, si así lo deseas, en la próxima Ciclosferia.

Y sí, ahora es el turno de otra alternativa tan urbana como las anteriores pero, por decirlo de algún modo, no tan "radical". Porque esta Bergamont HANS-E no es ni una plegable ni una bicicleta de carga, los dos "extremos", al menos en lo que a tamaño implica, de las bicicletas urbanas. Pero ojo, que eso tampoco hace de la HANS-E una bicicleta "normal", porque no lo es... Y eso es, precisamente, lo que vamos a evaluar en los próximos párrafos...

Compacta y poderosa

Eso, el tamaño, es lo primero que llama la atención cuando te encuentras con esta HANS-E. Porque hablamos de una bicicleta con una longitud de poco más de 160 centímetros y que, en una primera impresión, parece como achatada, especialmente cuando nos subimos a ella al llevarnos en una posición muy erguida. Estéticamente, esas medidas no la hacen demasiado atractiva a primera vista (está a años luz, por ejemplo, de otra Bergamont que pasa por ser una de las bicis más bonitas del momento, la Grandurance Elite, pero es que las virtudes de esta HANS-E recorren otros caminos: se trata, básicamente, de una bicicleta muy útil y perfecta para aguantar el trote más exigente de tu día a día.

Porque con sus ruedas de 20 pulgadas (unas estupendas Schwalbe Pick-Up, por cierto, unas gomas que nos encantan) y su cortísima distancia entre ejes, la HANS-E puede cargar con un ciclista de hasta cien kilos y, además, llevar diez kilos adicionales en la robusta rejilla delantera y otros veinte kilos más en el portabultos trasero. La primera está muy bien pensada: tiene barras para "atar" lo que haga en falta, y queda encima de la luz delantera, permitiéndonos alumbrar el camino y, al mismo tiempo, ver perfectamente lo que sucede frente a nosotros. Y, en cuanto al portabultos trasero, además de la rejilla tiene una serie de barras que facilitan el instalar cualquier tipo de alforjas o, por supuesto, una sillita trasera.

¡De pie!

¿Alguien ha dicho barras en el portabultos trasero? Pues prepárate, porque aquí viene una de las grandes bazas de esta Bergamont: dicha estructura trasera permite aparcarla de pie. Sí, puedes elevar la rueda delantera, poner la bicicleta en postura vertical y, así, dejarla "de pie" sobre las cuatro patas que ofrece esa estructura, un detalle que nos parece alucinante y que hemos visto en pocas bicicletas (se me ocurren, por ejemplo, otros dos modelos maravillosos, las Tern GSD y HSD).

Una de las características diferenciales de esta HANS-E es el que puede aparcarse "de pie", ocupando así mucho menos espacio.

El resultado es una bici que, en vez de ocuparte casi dos metros en casa, puedes "plantar" en una esquina en apenas un metro. El sistema, eso sí, es muy práctico y sencillo, pero tiene algunas aristas que pulir: por ejemplo, dichas patas son metálicas, por lo que es probable que rayes el suelo si este es de madera (y es una pena cargárselo). También, que la apariencia de la bicicleta en esa posición es un poco rara, con el manillar y la rueda delantera cayendo hacia un lado... ¿Podría hacerse algo, una cincha o similar, para que dicha rueda quedase estática y totalmente vertical? Ahí dejamos la sugerencia para próximas evoluciones de la bici...

A tu medida

Lo que sí es, definitivamente, irreprochable, es la postura de conducción de esta Bergamont. Como decíamos anteriormente, es una bicicleta que ofrece una posición muy erguida, un "must" cuando hablamos de una máquina diseñada para rodar en el tráfico de la ciudad donde te será imprescindible tener la vista en alto para otear todo lo que sucede a tu alrededor. El sillín, un Syncros Capilano Urban, es regulable en altura, al igual que la tija del manillar, lo que nos va a permitir encontrar la postura perfecta. Lo pone muy fácil también el que cuente con unos comodísimos puños con un ergonómico diseño que nos permite apoyar (y descansar) por completo las manos.

Esa sensación de comodidad es inherente a toda la bicicleta: espalda erguida, anchos pedales y manillar muy, muy ancho. Quizá no sea lo mejor a la hora de "ratonear" entre los coches, pero sí ofrece una sensación de control total, y disponer de manera muy natural todos los elementos (cambio de marchas, controlador del sistema eléctrico, timbre, pantalla...) a lo largo del manillar. Respecto a la comodidad un último apunte: por distintos motivos, nos hemos visto obligados a subir y bajar a pulso en bastantes ocasiones la HANS-E (hemos ido mucho en ella en tren, la hemos transportado en furgoneta...) y, para tratarse de una eléctrica, puede manejarse con cierta facilidad. Es decir: pesa mucho (según la marca, algo más de 26 kilos), pero no es algo descabellado tratándose de una robusta e-bike urbana y, además, el diseño del cuadro facilita dichas maniobras. No, no es la bicicleta perfecta si tienes que cargar con ella por una estrechísima escalera de seis pisos, pero si de vez en cuando tienes que alejarla del suelo... ¡es razonable!

Dura, dura

De lo que no hay duda es de que esta Bergamont transmite, y mucha, robustez. Será por el cuadro compacto, por la postura, por las ruedas... O, quizá, por la horquilla delantera rígida BGM, que nos transmite cada bache como si no hubiese un mañana (algo en lo que tiene que ver, claro, las ruedas Schwalbe, que además llevamos muy hinchadas porque solemos usarla cargados), lo que mezcla cierta sensación de deportividad, bastante control sobre lo que está pasando delante nuestro y, también, dureza. Dureza de suspensión pero, en general, dureza en cuanto a la bicicleta, que por mucho bache que haya no emite ninguna queja y que, como nos ha pasado hasta ahora con todas las Bergamont, parece tener un comportamiento intachable y unos magníficos acabados.

Esa dureza también se debe, claro, a los componentes, donde la marca ha optado por la sencillez y, por extensión, la resistencia. El cambio, por ejemplo, es un Shimano Tiagra de diez velocidades, que se van engranando sin el mínimo percance kilómetro tras kilómetro y exigen un mantenimiento bastante razonable. Los frenos de disco hidráulicos de Shimano frenan muy, muy bien, con mucha mordiente y también cierta deportividad. Y, en general, el montaje y acabado es excelente: las luces, los guardabarros delantero y trasero... A poco que la cuides, esta HANS-E parece una bici "para toda la vida".

Viento a favor

Y dejamos para el final el sistema eléctrico. Solemos "colocarlo" antes en las pruebas de bicicletas eléctricas, pero en este caso hemos disfrutado tanto con la bicicleta en general, y nos parece un elemento tan natural, que no puede más que cerrar un círculo bastante virtuoso. Bergamont no se anda con medias tintas y suele apostar por sistemas Bosch eBike Systems, y el de esta HANS-E es el Bosch Perfomance Line, que garantiza un torque máximo de 75Nm. Ojo: hablamos de una bicicleta pequeña, con ruedas también reducidas, por lo que la sensación que da es... ¡la de andar como un tiro! La respuesta es inmediata, casi en cualquiera de los modos de asistencia encontramos un buen empuje y el silencio en marcha es completo. La verdad es que no siempre encontramos conjuntos en los que bici y asistencia eléctrica sean tan armoniosos y conseguidos: la HANS-E es una auténtica máquina de devorar kilómetros en la ciudad, y ningún desplazamiento (largo o corto, empinado o llano) se te va a hacer pesado, porque vas a volar.

La Bergamont HANS-E equipa un magnífico motor Bosch Performance Line, con un torque de 75Nm y un comportamiento muy deportivo.

¿La batería? La Bosch PowerTube de 500Wh, integrada en el cuadro. A favor, que no necesitamos mucho más para poder hacer más de 50 kilómetros, incluso con niveles altos de asistencia, por carga. En contra, que no puede extraerse fácilmente del cuadro (hacen falta herramientas y, por qué no decirlo, ciertos conocimientos), lo que no permite, por ejemplo, candar la bici en el garaje de la oficina y subirse la batería para cargarla mientras trabajas. En cuanto al display, es un Bosch LED Intuvia 100 muy en consonancia con el espíritu general de la bicicleta: sólido, sin estridencias ni lujos pero capaz de darnos, con una simple mirada, toda la información que necesitamos.

Prueba de la Bergamont HANS-E

Bergamont subraya su compromiso con el ciclismo urbano con esta "mini long tail", una especie de pequeña bicicleta de carga que destaca por su robustez, pero también por un comportamiento muy divertido y, en general, ofrecer unas sensaciones muy favorables a las que sumar la practicidad. Porque esta HANS-E es práctica, tanto para rodar de un lado a otro apoyados por su espléndido motor como para aparcarla en un rincón, con su sistema de aparcamiento vertical sobre la estructura del transportín trasero. En resumen: una máquina que huye de complicaciones y sofisticación, pero parece garantizar el contar con un "utilitario" por mucho tiempo. ¿Justifica todo eso su precio? Lo habitual: quizá sea algo elevado, pero por cómo está concebida, cualquiera que empiece a usarla a diario verá como la inversión se amortiza en no demasiado tiempo.

4.4
  • Estética
  • Practicidad
  • Ergonomía
  • Componentes
  • Dureza
  • Relación calidad/precio
La Bergamont HANS-E protagoniza uno de los Road Test de Ciclosfera #43, nuestra nueva revista de primavera 2023.
La Bergamont HANS-E protagoniza uno de los Road Test de Ciclosfera #43, nuestra nueva revista de primavera 2023.