Recuerdo, casi como si fuera ayer, el momento en el que la Bergamont Cargoville LJ 70 llegó a mi casa. No estaba sola: venía acompañada de su hermana pequeña, la plegable Bergamont Paul-E EQ, de la que también hablaremos pronto. Sin embargo, sabía que la primera que quería probar, a la que inicialmente iba a prestar más atención, sería la imponente Cargoville LJ 70. Porque su apariencia es deslumbrante. Porque soy un loco de las bicicletas de carga. Y porque tengo dos hijos pequeños, un perro, muchos recados y desplazamientos diarios que hacer… y sabía que esa cargo e-bike los iba a transformar en algo infinitamente más agradable.
Para empezar, y situar a cada lector, expliquemos brevemente de qué estamos hablando. La Bergamont E-Cargoville LJ 70 es una bicicleta de carga con asistencia eléctrica al pedaleo. La unidad que hemos probado es el modelo Expert, llamado así por contar con un cambio interno progresivo (después hablaremos de esto). La unidad de prueba venía con un cajón de bambú de 50 centímetros de longitud (puede equiparse con uno de 70 centímetros), en el que incluía el asiento doble infantil. El precio básico de este modelo Expert es de 4.699€, a los que en este caso habría que sumar la caja (729€, da igual si es de 50 o de 70 cm) y la doble silla infantil (199€). La web de Bergamont en España no ofrece los precios, pero sí permite configurar el modelo deseado para descargarnos un PDF que podemos enviar a cualquier distribuidor de la marca, para que nos pase un presupuesto exacto.
El precio de la Bergamont Cargoville LJ Expert es de 4.699€. Con la caja de bambú y el banco infantil el precio asciende a 5.627€
Yate rodante
Estética. No es, probablemente, lo más importante en una bicicleta (y menos en una de carga, cuya practicidad y polivalencia son, es probable, factores más importantes). Pero tenemos que hablar de la estética de la Bergamont, y además hay que recordar eso de que la primera impresión… es la que cuenta. Y en este caso, ¿qué te parece a ti, en función de las fotos, esta bicicleta? Yo no tengo dudas: un éxito de diseño. Cuestión de gustos, pero la he usado durante meses y lo único que he encontrado han sido palabras de admiración. Gente que nunca había visto en persona una bicicleta de carga se sorprendía por lo llamativa y bonita que era. Expertos en bicicletas destacaban la perfecta armonía entre elegancia y deportividad que destila su diseño.
Si hay que buscar un símil, al menos en cuanto a mí opinión, podríamos hablar de un yate. Porque los yates suelen ser blancos y la Bergamont lo es. Porque, para realzar visualmente algunas de sus partes (no entraré en términos técnicos), los yates tienen componentes negros, y la estructura delantera que envuelve la caja de la Bergamont lo es. Una estructura delantera en la que, por cierto, supone un acierto el colocar el logo de la marca, que destaca y realza el aspecto del conjunto. Más allá de las ruedas, cuesta encontrar una curva en la Bergamont Cargoville LJ 70. Y sin embargo eso no la hace más pesada, más tosca, ni nada parecido. Todo lo contrario: es limpia. Es sencilla. Es contundente. Es poderosa. Es elegante. El contraste entre su estructura y la sutilidad de la caja de madera de bambú es sublime. En resumen: es preciosa. Y toda la gente que se cruza con ella opina lo mismo: lo digo por experiencia.
A los mandos
Siguiente punto: sentarnos en ella y ver qué encontramos a nuestro alrededor. Por supuesto, mucho espacio delante: en total, la bici mide 2,71 metros. Unas medidas considerables, que requieren cierto tiempo de adaptación a la hora de realizar ciertas maniobras. Para interactuar con la bici contamos con un manillar BGM Pro muy cómodo, no demasiado ancho, y sencillo. Los puños Ergon GP10 son perfectos para apoyar las manos, y nos permiten hacer muchos kilómetros sin ninguna molestia. Y, desde luego, todo queda “cerca” y fácil de utilizarse.
Ese todo es, en este caso, el display del conjunto eléctrico y el cambio de marchas. Vamos despacio, porque son dos elementos fundamentales de esta bicicleta. El display es un Bosch Kiox, que nos informa de los parámetros habituales en este tipo de e-bikes (ya sabéis: velocidad, distancia total recorrida, nivel de asistencia empleada en ese momento nivel de carga de la batería, etc etc). El Kiox se puede extraer fácilmente (es más, incluso demasiado fácilmente, porque basta un toque para desmontarlo, por lo que hay que tener cierto cuidado) para evitar robos cuando dejamos la bicicleta aparcada. La visibilidad del display es buena incluso con mucho sol. Y va unido a unos botones en el lado izquierdo del manillar para regular la asistencia (que tiene los habituales modos de apagado, eco, tour, sport y turbo) con un funcionamiento intachable.
Respecto a las marchas, la unidad probada era la versión Expert, que lleva un cambio interno de buje progresivo (hay también una versión con cambio automático, la Elite, o con cadena normal de once piñones, la Edition). El cambio que usamos, el Enviolo progresivo, permite cambiar incluso con la bicicleta parada a través de un “puño” en el lado derecho del manillar. Dándole hacia arriba “reduces” marcha, y girando hacia abajo “subes”. No hay escalones ni ruidos, ni interrupciones en el recorrido del cambio. Es, desde luego, cómodo, muy silencioso. Eso sí, requiere un tiempo de adaptación (mínimo) y, al menos para mi gusto, se pierden algunas sensaciones (sobre todo si circulas a un ritmo rápido, porque la bici, como hablaremos después, incita a ello, a una conducción deportiva). A favor, otro argumento: este tipo de cambios suelen ser más longevos. En resumen: investiga y prueba cual de las tres opciones te satisface más. Esta es muy buena, eso seguro.
No lo hemos dicho, pero la Bergamont también viene equipada de serie con buenas luces. Delante viajamos con una B&M IQ-XS 70 Lux, muy potente, y que podemos ajustar a la altura que deseemos. Detrás viene con una B&M Bergamont Special LED integrada. En ese sentido, no hay nada de qué preocuparse: veremos y nos verán. Vaya si nos verán….
Asistencia eléctrica
Es obvio: este tipo de concepto de bici, el de las cargo bikes, casa a la perfección con la asistencia eléctrica. Porque suelen ser bicicletas pesadas (esta Bergamont pesa en vacio unos 30 kilos, que ascienden hasta los 43 con la caja de madera de 50 cm y hasta los 44 con la de 70 centímetros). Y, sobre todo, porque están concebidas para cargar mucho peso. Y cuando decimos mucho, es mucho: la Cargoville LJ 70 permite un peso máximo de 220 kilos, incluyendo todo. Es decir, la bicicleta y accesorios: en este caso unos 45 kilos. Yo, que peso unos 85. Es decir, un total de 130. ¿Qué significa esto? Sí… ¡que, en mi caso, puedo transportar hasta 90 kilos en la caja! ¡Increíble!
Sobre la caja delantera de la Cargoville LJ podemos transportar unos cien kilos de peso, dependiendo del equipamiento elegido y el peso del ciclista.
Con esas cifras, es indiscutible que contar con un motor eléctrico que nos asista (insisto, que nos asista: si no pedaleamos no nos movemos, excepto cuesta abajo, claro) es fundamental. El de la Bergamont es excelente, el Bosch Generation 4 Cargo Line, concebido para este tipo de bicicletas de carga, 250W y 36V. Por supuesto, su asistencia está limitada a los 25km/h (esto no es una speed e-bike, de las que os hemos hablado en otras ocasiones), y está alimentado con una batería Bosch 36V Li (puede añadírsele otra batería para duplicar su autonomía).
Sensaciones de este motor… Muy buenas. Venga, vamos con un pero… Es un poco ruidoso. Pero, la verdad, no molesta en absoluto, porque estaremos tan emocionados con todo lo que pasa a nuestro alrededor que pronto nos olvidaremos de ese zumbido que nos acompaña casi siempre. La potencia es más que suficiente, y eso que algunas veces hemos explorado los límites de la bici metiéndola, incluso, por terrenos casi impracticables. Los niveles de asistencia están muy ajustados. La respuesta del motor es tan inmediata como natural: no nos sentimos propulsados en absoluto, sino que acompaña con normalidad nuestra cadencia de pedaleo. ¿En resumen? Una gozada. Porque es una gozada saber, cuando sales de tu casa, que no importa hasta dónde vayas y qué vayas a transportar, porque tu bicicleta estará ahí para acompañarte en la aventura.
Solo una cosa más: la autonomía. Aquí vienen los factores de costumbre: depende del peso que transportes (exige mucha más energía transportar cien kilos que ninguno). Depende de los desniveles a los que te enfrentes. Y, por supuesto, depende de si usas mucho el Turbo o el Eco. En nuestro caso, haciendo todo tipo de desplazamientos y usos (dos meses largos, con un uso cotidiano, dan para mucho), hablaríamos de unos 65 kilómetros de autonomía. Considerando que la batería se carga en unas cuatro horas largas… Que cada uno haga sus cálculos. Los míos decían que con dejarla cargando una de cada tres noches podía rodar tranquilo (y con una segunda batería, todavía mucho más).
¡Rodando a tope!
Y ahora venga… Vamos con el movimiento. Con el dinamismo. Con la conducción. Porque sí, una bicicleta con este volumen se conduce. Atención: la Bergamont E-Cargoville LJ 70 mide 2,71 metros… ¡y un Smart ForTwo 2,69 cm! ¡Nuestra bici es más larga que un coche! Eso implica, como decíamos al principio, un periodo de adaptación y acostumbrarse a que vamos sobre una bicicleta distinta a una bici convencional. Eso no la hace más aburrida, desde luego. Sí algo más compleja, sobre todo por esa longitud y el peso. Cuestiones que, de verdad, pueden superarse en apenas media hora. El tiempo suficiente para hacer unos cuantos giros, maniobrar un poco con ella en parado (para hacer estacionamientos, por ejemplo) y rodar un poco. Ponerse en marcha, vamos.
Y marcha… le sobra. Porque, y sorprenderá a casi todo el mundo, esta Bergamont es uno de los modelos más divertidos y excitantes con los que nos hemos cruzado en los últimos tiempos. Mucho de ello tiene que ver con las ruedas elegidas, unas gomas Schwalbe Super Moto-X Greenguard con tamaño 20 pulgadas y 26 detrás. Es lo que nos une al suelo y… vuelan. El conjunto de la horquilla delantera BGM Cargo y rueda delantera es un prodigio de inmediatez, eficiencia y diversión. La trasera, también sin amortiguación, es algo dura cuando pasamos por alguna imperfección, pero tampoco nada grave. En resumen: la bicicleta es muy, muy ágil. Muy rápida. Muy deportiva. Invita a rodar rápido, a hacer de cada curva un placer, a ir a buena velocidad en recto porque nos transmite una seguridad pasmosa. Decir que una cargo bike puede generar todas estas sensaciones puede sonar un poco raro, pero es absolutamente cierto. Probadla y, si no os divertís inmediatamente con ella, si no os apetece hacerle kilómetros sin parar… ¡os devolvednos el dinero de este artículo gratuito!
Esta bicicleta es una 'YaVoyYo'. No importa a dónde haya que ir, lo que haya que buscar: cualquier motivo es bueno para subirse en ella y salir a pedalear, aprovechando su polivalencia y diversión.
Porque, en resumen, la Bergamont E-Cargoville LJ 70 es una bici de esas que podemos llamar ‘YaVoyYo’. Porque eso es lo que trae ante cualquier necesidad de la familia: ¿Hay que ir a comprar algo? Ya Voy Yo. ¿Hay que ir a hacer cualquier gestión? Ya Voy Yo. Lo que sea: cualquier motivo es bueno para, antes de que nadie se te adelante, subirte a sus mandos y aprovechar para pedalear y disfrutar un poco más. Y ojo, también si quieres sudar, porque prueba a usarla solo en el modo eco y verás como, a lo largo del día, tantos kilómetros se notan en tus piernas.
Balance final
Y, dicho todo esto… ¿nos queda algo más que añadir? Pues no es fácil. Que frena de maravilla gracias a sus Magura CMe 5 hidráulicos. Que es comodísima gracias a su sillín Ergon ST10. Que tiene guardabarros delantero y trasero. Y si, que hay dos opciones de longitud de caja (llamada Bamboo Baggage Box): la que hemos probado, de 50 centímetros, y la de 70 centímetros. La verdad es que, considerando que ambas tienen el mismo precio (729€), no vemos ningún motivo para elegir la pequeña. Y más en mi caso: el asiento para dos niños Kids Bench (dos plazas, cinturones de seguridad con cinco puntos de anclaje) es excelente, pero roba mucho espacio y a veces la caja, en el caso de la de 50cm, se nos puede hacer pequeña. No hemos probado otras opciones, y son innumerables: funda protectora para la caja, capota para los pasajeros, funda de garaje para proteger toda la unidad, transportín trasero, cesta delantera… Que cada uno investigue y se configure la bici perfecta, porque desde luego puede lograrlo. ¿Defectos? Pues alguno comentado y quizá el caballete BGM custom Cargo center-stand, con dos patas, que cumple perfectamente con su función pero que, quizá, resulta algo tosco. La bici es larga, pesa, y poner y quitar el caballete puede ser aparatoso, aunque probablemente es cuestión de práctica. Puestos a pedir, también es algo desagradable, al quitar el caballete, el ruido del mismo al golpear con el bambú de la caja: es probable que en la marca lo tengan previsto solucionar o que alguien mínimamente hábil ponga algo para acolchar el golpe.
Es hora de despedirse. De la prueba y de la bici. Y no quiero extenderme más: es un placer absoluto. Una máquina maravillosa. Una herramienta para cambiar tu vida, la de tu familia y, por extensión, la de toda tu comunidad. Es una máquina hermosa, con la que captarás las miradas de todo el mundo (asumámoslo, los coches son cada vez más feos y todos se parecen demasiado, ya no es cool presumir de coche). Es un dechado de practicidad. Y, encima, es muy divertida. La inversión, en torno a los 5.000 euros, puede parecer muy elevada a priori, pero se amortiza en no demasiado tiempo considerando, además, que no vendrán gastos posteriores y que el mantenimiento es casi igual al de cualquier bicicleta. ¿Veredicto? Inmejorable. Adorable. Muy recomendable. Si te animas, ¡no lo dudes y cuéntanoslo!
Prueba de la bicicleta eléctrica de carga Bergamont Cargoville LJ
Probamos de forma exhaustiva esta cargo bike eléctrica, que nos ha entusiasmado por su polivalencia, dinamismo y diseño. Una máquina capaz de cambiar la vida de quien la usa... y de toda su familia.
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Estética
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Confort
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Acabados
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Dinamismo
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Calidad/ Precio