Si todos nos moviéramos un poco más en bicicleta o a pie, en lugar de en vehículo privado, salvaríamos vidas. Es la conclusión de un estudio realizado en seis ciudades europeas por el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL).
El trabajo, cuyos datos se han recogido en Barcelona, Basilea, Copenhague, París, Praga y Varsovia, pone sobre la mesa un dato contundente. Según los investigadores, un aumento del uso de la bicicleta de un 35% de todos los trayectos (como, por ejemplo, ocurre en Copenhague) evita una media de 113 muertes anuales. En concreto, 61 en Praga, 37 en Barcelona y París y 5 en Basilea.
Asimismo, los escenarios estudiados también mostraron una reducción en las emisiones de dióxido de carbono en las seis ciudades, de 1.139 a 26.423 toneladas por año.
Por su parte, los beneficios de ir a pie son también claros. “Un aumento en viajes a pie al 50% en todos los trayectos (como en París) dio como resultado 19 muertes de media evitadas anualmente en Varsovia, 11 en Praga, 6 en Basilea, 3 en Copenhague y Barcelona”, ha explicado uno de los autoresdel estudio, David Rojas.
“La aplicación de las políticas de transporte activo con una mejora en la seguridad del tráfico, particularmente para los modos de transporte activo, dará lugar a mayores beneficios netos para la salud”, afirma Rojas, que añade que “la mejora de la calidad del aire, junto a la implementación de una política de transporte activo, también reduciría los riesgos para los ciclistas y peatones, así como para todos los demás ciudadanos, y aumentaría los beneficios de las intervenciones para la salud”.