Cultura ciclista

Velotopia, ¿la ciudad perfecta?

Arquitectos, diseñadores y urbanistas imaginan Velotopia, una ciudad en la que todo está pensado con la bicicleta como eje central. Hablamos con ellos, y también con los que critican su propuesta.

“La ciudad del futuro no debe contar con una infraestructura ciclista: debe ser en sí misma toda una infraestructura ciclista”. Steven Fleming, profesor de urbanismo y director de Cycle Space, un colectivo de arquitectos que investiga sobre urbanismo y ciclismo urbano, resume su filosofía con contundencia y la resume en un sorprendente y radical proyecto: Velotopia.

Fleming y sus colegas han imaginado y plasmado -por el momento, sólo sobre el papel- el aspecto que tendría una ciudad en la que la bicicleta fuese el eje central. “Es sólo una idea que busca provocar”, explica Fleming. “Un proyecto creado en plena era del coche en el que hemos rediseñado todo, empezando por los edificios, para dar paso a la era de la bicicleta”.

Según Fleming, existe un grave problema que desanima a muchos ciudadanos a la hora de escoger la bici como medio de transporte: la dificultad para estacionarla o acceder con ella a casa. Un grave inconveniente que incluso afecta a las ciudades más aventajadas en materia de movilidad sostenible, como Copenhague. Para solucionarlo, Fleming imagina un edificio que ubica virtualmente en el barrio neoyorquino de Chelsea y que sería la construcción tipo de Velotopia: en él, las rampas conducen directamente a cada planta a los vecinos, que pueden descender en bicicleta hasta la calle, mientras que para subir disponen de ascensor.

Velotopia no contaría con simples carriles bici, sino que amplias autopistas ciclistas vertebrarían la ciudad y estarían cubiertas para protegernos de las condiciones climáticas adversas. Para Fleming, “no tiene sentido que los ciclistas sean los únicos que se mojan cuando llueva”. En su opinión, una inversión así estaría plenamente justificada, dado que los ciclistas “contribuyen al bien común”. Además, la ciudad tendría grandes puentes peatonales que conectarían los distintos edificios entre sí y, para los que tuvieran mucha prisa, habría un nivel inferior por el que circularían las bicicletas eléctricas, destinadas principalmente al reparto y a la policía.

Fleming está convencido que las ciudades serán cada vez más ciclistas y parecidas a Velotopia porque, básicamente, no habrá otra opción. “La población aumenta sin parar, el tráfico se ralentiza cada vez más y eso provoca una pérdida de dinero. La única salida será priorizar la bici y limitar la presencia de coches en las calles”, vaticina. Preguntado por una ciudad cuyo ejemplo podamos seguir, contesta con contundencia: “Velotopia. Cualquier otra fue ideada, como mucho, para los caballos, no para las bicicletas”.

Distópica e inhumana

Pero no todos ven con buenos ojos un proyecto así. “Es erróneo desde todo punto”, opina Pedro Bravo, autor del libro Bicivilizados y responsable del blog Desde mi bici de eldiario.es. “No creo en hacer la ciudad perfecta para las bicis, al igual que no creo en la ciudad perfecta para los coches: el objetivo debe ser hacer y tener ciudades para las personas. Lo que hace Fleming es sustituir cochecentrismo por bicicentrismo”.

“Miro sus diseños y veo ciudades distópicas, con edificios iguales y rampas por todas partes”, apunta Bravo. “Fleming habla de motivos de eficiencia, que relaciona sólo con la velocidad, y mantiene que ir caminando está bien para los pueblos pero que en las ciudades hace falta otro ritmo. Es lo contrario a lo que todos los urbanistas y pensadores dicen sobre la ciudad: debe ser un espacio para todos, común, una conversación. Un lugar en el que lo importante no es sólo moverse sino estar y compartir. Un lugar inclusivo que permita a todo el mundo caminar, usar el transporte público o la bici. Todo ello, sin contar con el hecho de que es delirante, por cuestiones económicas y de sostenibilidad, pretender tirarlo todo y construirlo de nuevo”.