El Reino Unido parece estar tomándose muy en serio la necesidad de un cambio de modelo urgente en el llamado reparto de última milla, en el que, por sus características, las bicicletas de carga pueden jugar un papel absolutamente determinante.
El Departamento de Transporte (DfT, por sus sigas en inglés) va a poner a disposición de empresas, organizaciones no gubernamentales, asociaciones y comerciantes un total de 2 millones de libras (al cambio, 2,3 millones de euros) para la adquisición de bicicletas eléctricas de carga con la que desarrollar este tipo de entregas. Las organizaciones públicas y comunitarias también pueden optar a las ayudas, siempre que cumplan con una serie de criterios estrictos.
La subvención cubre hasta un 20% del coste de una bicicleta eléctrica de carga
Tal y como se explica el portal *bike-eu, *la subvención cubre hasta el 20% del coste total de una bicicleta de carga eleéctrica, hasta un máximo de 1.000 GBP (1.170 euros) por bicicleta. Además, las e-cargo bikes debe tener una capacidad de volumen de carga de 125 litros como mínimo y una capacidad de peso de 130 kg. Las solicitudes se limitarán a 50 bicicletas de carga electrónica, o 58.000 euros, por organización.
Hasta 2020
Según Energy Saving Trust, el organismo encargado de administrar el plan en nombre del gobierno, desde que se abriera el plazo para pedir la subvenciones el pasado 1 de abril se han recibido un total de 19 solicitudes. Hasta el momento, se ha ofrecido a los solicitantes acordados una financiación de un total de 19.750 euros. Está previsto que el plan ejecute hasta el 31 de marzo de 2020 o bien hasta que se acaben los fondos asignado.
Los responsables de haber destinado esta partida económica a fomentar el uso de las bicicletas de carga han tenido muy en cuenta estudios como el publicado por las universidades de Ciencias Aplicadas de Ámsterdam y Rotterdam, que recientemente concluyó que las bicicletas eléctricas de carga son “una excelente alternativa para al menos el 20% de todas las camionetas de reparto que operan en las grandes ciudades”.
Pese a aquel dato, el estudio también afeó la falta de una apuesta seria por el reparto en bicicleta. En concreto, se criticaba la falta de una infraestructura ciclista que acompañe el inevitable (y necesario) desarrollo de las e-bikes de carga como alternativa para el reparto de última milla.