Cultura ciclista

Diosas de la modernidad

Cuando la modernidad despertó, la bicicleta ya estaba allí. Cien años inspirando a artistas y vanguardias porque, es sabido, el vehículo del futuro viene de lejos.

Llevando a los obreros a las fábricas, paseando a los ociosos por los bulevares e inspirando a los jóvenes artistas. En los albores del s. XX las bicis eran lo mismo que hoy: iconos de la vanguardia social, cultural y urbana. Lo vintage aspira a la inmortalidad porque evoca las raíces de lo que todavía somos.

Entre 1900 y 1930, la bicicleta alcanzó la perfección entre eficacia y diseño.

Entre 1900 y 1930 la realidad conspiró en favor de la bicicleta. Como máquina, logró la perfección entre eficacia y diseño. Adiós a la tosquedad de los pioneros; bienvenida la producción industrial, que abarató costes, y la sencillez, que democratizó su uso. Como objeto estético, fue musa de artistas que la elevaron a emblema del progreso. Como ideología, fue vehículo de movimientos y cambios.

La bicicleta fue el primer medio de transporte que planteó la ambigua relación entre dos reinos antagónicos, trabajo y ocio, y simbolizó a la vez libertad y compromiso, socialización proletaria y distinción pequeñoburguesa. ¿Os suena? El primer boom de la bicicleta pervive en los carteles de época. Una amplia tipología que abarca desde el escapismo naturalista del Art Nouveau a la audacia de las vanguardias.

Esquemáticos, de reminiscencias mitológicas, costumbristas, eróticos… La cartelería ciclista de principios del XX es una maravilla por la calidad y la variedad de los motivos estampados. ¿El despertar de la mujer en la sociedad urbana? ¿La incipiente publicidad de las marcas? ¿El desafío de la velocidad, el riesgo, la libertad? En los trabajos de Alphonse Mucha, Cassandre o Ramón Casas, por citar a tres de los más conocidos, hay mucho de esta visión. La bicicleta, siempre, sinónimo de los tiempos modernos.

Alphonse Mucha, 'Cycles Perfecta'
Alphonse Mucha, 'Cycles Perfecta'

Alphonse Mucha (1860-1939)

Uno de los grandes nombres del estilo Art Nouveau. De origen checo desarrolló casi toda su vida artística en París, donde alcanzó la fama gracias a las alucinantes litografías de Sarah Bernhardt, la actriz del momento. Mucha es la pura contradicción moderna. Su visión espiritual y personal del arte chocaba con la frustración propia del artista que se tiene que ganar la vida con un trabajo creativo básicamente comercial. Las marcas se lo rifaban. También las de bicis. Su cartel de 1898 para Cycles Perfecta marcó un hito. Por primera vez, la bicicleta era asociada a valores contemporáneos como la libertad y el júbilo.

Cassandre (1901-1968)

Nació en Ucrania pero, como Mucha, acabó trasladándose a París, donde triunfó con una cartelería puramente Art Déco, con incursiones cubistas, futuristas y surrealistas. Es, para muchos, el creador del cartel moderno. Definía su propio trabajo como un medio para un fin (nada del arte por el arte). Sus temas: la vida cotidiana, la modernidad tecnológica (trenes, fábricas, trasatlánticos) y los fetiches burgueses en general. La bicicleta es protagonista de algunos de sus trabajos más icónicos, y está asociada a valores urbanos, la velocidad y el deporte. Adolphe Mouron Cassandre combatió en la II G.M, militó en la Resistencia francesa y se suicidó en París en 1968.

'Brilliant', de Cassandre
'Brilliant', de Cassandre

Ramón Casas (1866-1932)

Artista precoz, fue el gran ilustrador del Modernismo. El renovador del arte clásico catalán y español. Vivió enteramente la Belle Epoque, y plasmó en pinturas, caricaturas y carteles la vida cultural, bohemia y social de la intelectualidad burguesa de su tiempo. Fue uno de los fundadores del café Els Quatre Gats, el templo del modernismo catalán, en cuyas paredes colgó durante años el mítico autorretrato de Casas y su amigo Pere Romeu pedaleando sobre un tándem. Vestidos para la ocasión y con un horizonte de fábricas de fondo, ambos marchaban al unísono hacia la modernidad.