“Al menos en cuanto a ventas”, asegura el director de Giant, José Casla, “el ciclismo urbano no crece en España. Es increíble, pero sigue siendo residual. Todas las marcas ofrecemos una gran gama de productos, y en otros mercados hay cada vez más demanda… pero aquí no. Será por un tema cultural, o habrá que esperar a que las administraciones lo apoyen con más fuerza, pero el cambio no se produce a la velocidad que esperábamos”, concluye.
“Será un tema cultural, o habrá que esperar más apoyo institucional, pero no crece como esperábamos” (José Casla, Giant)
“La creación de buenas infraestructuras es importantísima”, asegura José Miguel Aracama (director de exportación de BH), “porque en el ciclismo urbano hay un claro efecto de imitación, y es importante que los usuarios se sientan seguros”. “La palabra clave es compromiso”, explica el director general de Trek, Olivier Pelous. “Compromiso de los gobernantes, claro, pero también de tiendas, ciudadanos y marcas. Sevilla, Vitoria o San Sebastián demuestran que la infraestructura importa, pero para que la convivencia sea optima todos debemos participar. Las tiendas deben asesorar, animar y enseñar a sus clientes a circular con seguridad, y los fabricantes debemos apostar por eventos que nos hagan llegar a un público nuevo”.
“Voluntad tenemos todos”, explica Javier López (director general de Merida Bikes), “pero hay que establecer un orden y hacer las cosas con sentido. El coche cuenta con toda una infraestructura y un consenso favorables, pero ni administraciones ni empresas saben cómo tratar a la bici”. “Para obtener buenos resultados”, añade, “hay que mirar el ciclismo urbano con visión de futuro”. “He tenido la suerte de estar en lugares como Copenhague”, añade Guillermo Bracons (director de ventas de Cannondale), “y la mentalidad es fundamental. Cuando los automovilistas se sientan ciclistas y el ciclista deportivo pedalee también por la ciudad todo cambiará”.
Alberto Crespo, director general de Specialized, ahonda en otros aspectos: “El tráfico en ciudades como Santiago de Chile es infinitamente peor que en España”, cuenta, “pero es alucinante la cantidad de gente que se mueve en bicicleta. ¿Por qué? Porque aquí hablamos mucho de carriles para la bici, pero no de algo fundamental como dónde dejarla. En casi cualquier centro comercial, banco o gran empresa de Santiago de Chile encuentras un aparcabicis. Aquí, no”.
“Reivindiquemos que la bici es la mejor solución urbana. No podemos permitir que tantas personas enfermen por la contaminación” (Gonzalo García de Salazar, Orbea)
“En España, como en Italia y otros países del sur de Europa, existe un problema cultural”, entiende Gonzalo García de Salazar (director global de ventas de Orbea). “Los fabricantes tenemos la responsabilidad de mostrar que el mundo sería mejor si todos nos moviésemos más en bici. Además… ¿le interesa a los políticos que lo hagamos? Debería, porque la contaminación mata a muchísima gente, pero dan prioridad a los vehículos contaminantes, que generan mucho más dinero en impuestos. La bicicleta sigue buscando su sitio en la ciudad; un sitio casi inexistente porque, hasta ahora, todo es para los coches. Reivindiquemos que la bici es la mejor solución urbana. Las ciudades del futuro serán más grandes y más pobladas, y no podemos permitir que tantas personas enfermen o mueran por la contaminación”.
“La polémica y miedo que rodean al ciclismo urbano son positivos: nos hacen estar en el punto de mira, y que la gente considere la bicicleta como una opción” (David Toledo, Canyon)
“Vivimos un momento de transición”, concluye David Toledo (country manager de Canyon), “y por eso necesitamos infraestructura. Dentro de 30 años quizá los coches hayan sido expulsados del centro de las ciudades, pero a día de hoy necesitamos carriles segregados para acostumbrarnos a ir pedaleando, nosotros y nuestros hijos, al colegio, el mercado o la biblioteca”. Toledo es todavía más atrevido: “Creo que la polémica y miedos que rodean al ciclismo urbano son positivos”, asegura, “porque nos hacen estar en el punto de mira, y significan que la bici ya es una opción. Es el inicio de una gran transición: las ciudades españolas no son amables para el ciclista, pero ya se habla del tema. Muchos dicen que pedalear en la urbe es arriesgado, una locura… Y eso es bueno. Que lo digan implica que empiezan a planteárselo”.