¿Son seguros los carriles bici? ¿Es más peligroso circular entre los coches que hacerlo en determinado tipo de infraestructuras segregadas? Son dos de las preguntas que se hacen muchos ciclistas urbanos. Y aunque parecen mayoría los que se sienten más tranquilos pedaleando por una vía exclusiva para bicicletas, lo cierto es que no siempre eso se traduce en una mayor seguridad. A veces es preferible la ausencia total de infraestructura que una mal diseñada.
Esa es la principal conclusión de un estudio realizado en varias ciudades de Estados Unidos. En concreto, en Nueva York, Portland y Washington D.C. Un equipo de investigadores del Instituto de Seguros para la Seguridad de las Carreteras (IIHS, por sus siglas en inglés), en colaboración con la George Washington University, la Oregon Health and Science University y la Universidad de Nueva York, ha entrevisrado a unos 600 ciclistas de estas tres grandes urbes que sufrieron algún tipo de accidente o percance mientras circulaban en bicicleta por sus calles, para después comparar dónde se habían producido dichos accidentes y sacar conclusiones.
“Los carriles bici más peligrosos son aquellos bidireccionales que discurren junto a dos carriles por sentido para el tráfico”
“Los carriles bici más peligrosos son aquellos bidireccionales que discurren junto a dos carriles por sentido para el tráfico motorizado”, ha declarado Cicchinoque. En este tipo de carriles que no cuentan con ninguna separación física “los conductores tienen que monitorear el tráfico que se aproxima y, al mismo tiempo, tener en cuenta a los ciclistas que circulan en ambas direcciones”. Eso los convierte en más peligrosos.
Según los datos recogidos por el estudio, este tipo de carriles bici, cada vez más generalizados en las ciudades de Estados Unidos, son más peligrosos que aquellas calles y avenidas que no cuentan con ningún tipo de infraestructura ciclista, dado que los conductores tienen más en cuenta la presencia de bicicletas y, por tanto, extreman las precauciones.
Pese a ello, los accidentes protagonizados por ciclistas que circulaban por este tipo de carriles no solían revestir de gravedad, ya que la mayoría eran choques con coches que estaban girando en alguna intersección a baja velocidad.