Necesitamos muchas más bicicletas circulando por las calles de nuestras ciudades. Y, para ello, es preciso calmar el tráfico privado a motor. Es la conclusión principal que se extrae del comunicado emitido por la Red de Ciudades por la Bicicleta (RCxB), hecho público este miércoles. Como explica a Ciclosfera su secretario técnico nacional, Nacho Tomás, “hemos pasado de hablar de calles 30 a ciudades 30, pero lo que queremos es una España 30, que todos los cascos urbanos del país reduzcan la velocidad”.
El comunicado explica la situación de Barcelona, donde a partir de enero las bicicletas dejarán de poder hacer uso de las aceras en horario diurno. “Aunque la limitación de la velocidad era clara (10 km/h) así como la prioridad del peatón en todo momento”, explica la RCxB, “la falta de educación vial latente en nuestro territorio junto con el uso cada vez mayor de la bicicleta habían provocado en los últimos años situaciones de inseguridad para los peatones. Es por esto que en Barcelona a partir del próximo mes de enero las bicicletas se situarán en su espacio natural como vehículo: la calzada”, asegura.
Por eso el presidente de la Red, Antoni Poveda, anima al Ayuntamiento de Barcelona “a que acompañe esta medida de una declaración del municipio como ‘ciudad 30’, ya que es necesario disponer de espacios de circulación seguros para todos los usuarios de la bicicleta, ya sean jóvenes o mayores, más o menos experimentados”. Según el texto, “los espacios seguros de circulación se pueden generar bien segregando carriles bici, bien limitando las velocidades del resto de usuarios de la calzada. Allá donde la velocidad de circulación sea superior a los 30 km/h (vías principales) se requiere de carriles bici propios para que los diferentes usuarios se puedan sentir seguros. En cambio, en el resto de las vías (de uso más local y vecinal), puede ser suficiente limitar la velocidad a un máximo de 30 km/h, a la vez que se remarca la prioridad de la bicicleta y el necesario respeto por parte de los vehículos motorizados. La velocidad es un factor crítico en la cantidad y la lesividad de los accidentes y las administraciones locales deberían regular la velocidad de circulación para conseguir ciudades más seguras”.
Hacia las ‘Ciudades 30’
“Diferentes ciudades de la Red de Ciudades por la Bicicleta, como Bilbao o Jaca, ya han apostado por convertirse en ‘ciudades 30’, limitando la velocidad de la gran mayoría de las vías de la ciudad a un máximo de 30 km/h”, explica Nacho Tomás. Sin embargo, añade, “es un proceso complicado, porque muchas veces hasta una parte de la ciudadanía se opone ante lo que es todo un cambio de paradigma”. Una situación que todavía se complica más por la proliferación de los llamados VPM (Vehículos de Movilidad Personal como patinetes eléctricos, segways o hoverboards). “Estamos en un momento muy interesante, muy divertido, en lo que respecta a las ciudades”, añade Tomás, “y la Red de Ciudades por la Bicicleta tiene que ser el catalizador de todo los cambios que tengan que hacer los ayuntamientos”.
El objetivo de la Red con su petición de “pacificar” las calzadas es conseguir que todas las calles sean ciclables, “igual que lo son caminables o transitables en vehículo motorizado”, según el comunicado. “Desde la Red de Ciudades por la Bicicleta animamos a todas las administraciones locales a convertirse en ‘ciudades 30’, por tanto ciudades ciclables, mediante el impulso de diferentes medidas: señalización específica, campañas informativas, radares pedagógicos, diseños urbanos que eviten trayectos rectilíneos para vehículos a motor, y también aplicando las sanciones pertinentes”.
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