Conocí hace diez años a Willy Mulonia (Chiari, 1967) y, desde entonces, quedamos periódicamente para hablar de nuestras vidas. Es así como, con su voz rota, entusiasmo juvenil, amabilidad y voluntad de hierro, me ha ido informando de retos como la Mongolia Bike Challenge (la remota carrera que organiza en Asia), sus distintas aventuras por Alaska o Patagonia, la zozobra que le generó la pandemia, su idolatrada familia o sus proyectos, personales y profesionales, en torno a la bicicleta.
Proyectos muchas veces casi sobrehumanos, que suscitaban en alguien como yo una mezcla de interés, admiración y envidia. Pero cuando me contó que estaba escribiendo un libro sentí, por primera vez, algo de miedo por él. Rodar entre tormentas, dormir a la intemperie a muchos grados bajo cero o sobrevivir en condiciones extremas me parecían desafíos concebidos para alguien así, para un tipo encantador que mientras bebe una cerveza y bromea esconde en su interior a un coloso. Pero imaginármelo sentado a solas frente a un ordenador para escribir una historia, su historia, le convertía en alguien más frágil y vulnerable. Arriesgarlo todo y enfrentarte a la muerte para vivir aventuras es una locura. Pero abrirte de par en par para contar tus fracasos y éxitos, tus errores y aciertos, tu vida más íntima, y publicarlo todo en un libro era aún más descabellado y suicida.
El libro
Así que, cuando me mandó un ejemplar de la edición española de Buscando el Norte, el libro en el que con la excusa de contar un viaje iniciático en bicicleta reflexiona sobre su existencia, lo recibí con cierto temor. No es fácil leer el libro de un buen amigo y, con franqueza, decirle qué te ha parecido. Temía que su grandeza y ambición, las mismas que le han ayudado a salir tantas veces indemne, no superaran la prueba. Que las páginas en blanco de un libro por escribir hubiesen sido más traicioneras e inmisericordes que el hielo, el agotamiento o el viento.
'Buscando el norte es un libro magnífico, muy recomendable, que va más allá de la literatura de viajes y aventuras.
Pero no. Por fortuna, no fue así. El libro superó, y por mucho, mis expectativas. Es tan ameno, apasionado y divertido como él, pero todavía más sincero, espontáneo, querible. El Willy Escritor agiganta (precisamente, empequeñeciéndolo) al Mulonia Aventurero. Estas páginas, este reportaje, son mi respuesta a su pregunta repetida y algo insegura: ¿Te gusta? Sí. Mucho. Buscando el Norte es un libro magnífico que recomiendo de corazón. Puedes quedarte tranquilo.
El coach
Pero hay más: tras entender que la vida es un viaje, algo que plasma a la perfección en Buscando el Norte, el Willy Mulonia más sensible y humilde se adentra en una aventura aún más grande: convertirse en coach y aplicar todo lo aprendido en la ruta. “El ciclismo me enseñó lo que es la paciencia, el controlar la prisa y saber esperar”, me explica. “Vivimos atrapados en la exigencia de la respuesta inmediata, de la que somos víctimas y responsables. Necesitamos escucha y afecto”. Y, por eso y tras guiar a grupos pedaleando por Patagonia, Japón o Mongolia, ahora quiere acompañar viajes más personales y únicos: el tuyo. “Ya no me conformo con llevar a la gente frente a una montaña y decirles cómo se llama el pico más alto”, asegura, “sino que les quiero animar a que, en privado y cara a cara, me cuenten qué les remueve. A acompañarles a descubrir el territorio más desconocido e inmenso: tú. Tú mismo. Esa es la auténtica aventura, la auténtica exploración”.
Tras infinitas peripecias y mostrarle el mundo a otros, ahora Mulonia ofrece sus servicios como 'coach' para tratar de ayudar a la gente.
Tras casi sesenta años en el Mundo e infinitas peripecias, Willy está convencido de que su papel en la vida es “estar cerca y acompañar al otro”. Cree que lo más difícil no es animar a seguir, a bajar la cabeza y seguir adelante, sino pedir una interrupción. Detenerse, pararse y, en sus propias palabras, “afilar el hacha”. “La perfección es un anhelo”, dice, “y si la buscas o la esperas nunca vas a estar contento. Lo importante es la excelencia, el darlo todo, y si aún así no consigues lo que quieres no pasa nada, porque lo habrás intentado con total sinceridad”.
¿Por qué ser coach? ¿Qué hace falta para serlo? En su opinión, “ser empático y simpático. Empático por estar ahí y acompañar al otro cuando se emociona. Y simpático por aportarle algo, por aparcar tu propia emoción y centrarte en la del otro. Darle una salida para entender las cosas. O, sobre todo, escuchar mucho y hacer la pregunta adecuada. Hay preguntas que, en el momento correcto, pueden desencadenar un montón de cosas. Que son muy poderosas. Pero, para hacerlas, hay que estar muy presente. Escuchar bien. Estar ahí por el otro”.
El Norte en Casa
Ameno, apasionante y muy, muy inspirador, Buscando el Norte, La Vida más allá del viaje es un libro realmente recomendable. Repleto de humor y sinceridad, de consejos para la ruta y, todavía más importante, la vida, nos enseña lo importante que es ser fieles a nosotros mismos pero, al mismo tiempo, la necesidad imperiosa de ser humildes, comprender nuestros defectos y apoyarnos en los demás para alcanzar algo parecido a la felicidad y la realización personal.
Mulonia publicó Buscando el Norte en italiano en 2019, pero ha pasado mucho tiempo (y una pandemia entre medias) hasta que su versión en español ha visto recientemente la luz. “No es literatura sobre un viaje ciclista, las aventuras vividas o los kilómetros recorridos”, explica, “sino de cómo ese trayecto se convirtió en mi vida y cambió todo lo que ha venido después. Es el miedo, los fracasos, la vergüenza o las deudas que he sufrido por mi incapacidad de autogestionarme. Es cómo culpaba al mundo de lo que me estaba pasando, cuando el mundo es un espejo de lo que eres tú. No es lo que ves, sino lo que eres. La responsabilidad es tuya. Y hay que ser capaz de ver y asumir que podemos cambiar y moldear nuestra forma de pensar y de ser”.
Con Willy
Si leer a Willy ya es enriquecedor, pedirle que te acompañe en la vida puede ser un regalo que lo cambie todo. “Amo los momentos compartidos con otras personas (...). Descubro que el auténtico valor de mi aventura es encontrarme con ellas”, dice en su libro. Por eso, Mulonia ya no sólo organiza carreras, aventuras, retos, sino que aplica todo su conocimiento y sensibilidad a intentar ayudar y acompañar al otro como coach. Aquí puedes pedir información.