Son preguntas que, a buen seguro, todo ciclista urbano se ha hecho en alguna ocasión. ¿Cuál es la velocidad adecuada para inhalar la menor polución posible? Si voy más rápido y, por tanto, consumo más oxígeno, ¿afectará eso a la manera en que me afecta el humo de los vehículos motorizados?
El investigador de la University of British Columbia Alexander Bigazzi ha querido dar respuesta a esas y otras cuestiones con un ambicioso estudio publicado en la revista International Journal of Sustainable Transportation *del que se ha hecho eco la web Citylab.com. *Y ha extraído una conclusión clara: cuanto más lento, mejor. Para los hombres, la velocidad recomendada es de 9 millas por hora (14,48 km/h). En el caso de las mujeres, ligeramente inferior: 8 millas por hora (12,8 km/h).
“Cuanto más rápido te mueves, más rápido respiras. Y por tanto, más expuesto estás a la contaminación ambiental”, ha declarado Bigazzi, que no ha olvidado tener en cuenta un factor clave: pedalear deprisa también equivale a un menor tiempo en el tráfico, lo que reduce la cantidad de partículas nocivas que entran por nuestras vías respiratorias.
En el caso de los peatones, la velocidad adecuada ronda los 4 km/h
Aun así, la conclusión del estudio es clara: para todos aquellos ciclistas entre 20 y 60 años, lo conveniente y seguro es moverse en una horquilla entre los 11 y los 19 kilómetros hora. Si nos alejamos en 6 km/h de estos parámetros, los riesgos llegan a duplicarse, según Bigazzi.
El estudio también ha analizado la incidencia de la contaminación del aire en los peatones. La velocidad de estos al caminar ha de situarse entre 1 y 4 millas por hora (1,6 y 6,4 km/h), respectivamente. En su caso, el ritmo ideal al desplazarse a pie son 2,5 millas por hora (4 km/h).