Estos días, muchos han puesto encima de la mesa un debate. ¿Es la bicicleta una necesidad? Según se mire: para alguien que la utiliza diariamente para desplazarse a su puesto de trabajo, lo es. Para alguien que sale esporádicamente a hacer deporte, no. Nadie dudaría de que la bicicleta es esencial en países como Dinamarca o los Países Bajos. En otros aún se entiende como un elemento meramente recreativo.
Ese es el fondo de la cuestión que subyace en peticiones como la que han realizado varias asociaciones ciclistas del mundo, que solicitan a los distintos gobiernos que permitan abrir a los talleres de reparación de bicicletas. Bajo la bandera de la WBIA (World Bicycle Industry Association), organizaciones como la norteamericana People for Bikes o la rusa NADBM han emitido un comunicado en el que consideran que se debe alentar el uso de bicicletas y bicicletas eléctricas asistidas por pedal, siempre con “respeto total por las normas de protección de la salud pública”.
“En bicicleta, las personas pueden mantener fácilmente la distancia requerida para evitar infecciones”
“Mientras se desplazan en bicicleta, las personas pueden mantener fácilmente la distancia requerida para evitar infecciones”, señaló la WBIA. “También es mucho menos probable que toquen objetos potencialmente contaminados en espacios públicos”. La WBIA señala, asimismo, que la actividad física regular, como el ciclismo, ayuda a mantener el sistema cardiovascular y los pulmones sanos, previniendo enfermedades y protegiendo al cuerpo de infecciones. “Es importante que las personas puedan continuar montando en bicicleta durante la crisis y puedan encontrar ayuda en caso de que necesiten reparar su bicicleta”.
“En algunos países, los talleres de reparación de bicicletas no tienen permitido abrir, incluso cuando podrían hacerlo de una manera que minimice los riesgos de infección”, recuerda la WBIA.