Al echar la vista atrás, sorprende ver hasta qué punto ha cambiado el mundo. Son tantas las innovaciones y avances experimentados en las últimas décadas que, seguro, alguien de principios del siglo XX entraría en shock al andar por las ciudades actuales. Pero una cosa está clara: entre tanto objeto desconocido y sorprendente, reconocería a primera vista otros. Como los relojes, por ejemplo. O, por supuesto, las bicicletas. A buen seguro sería capaz de mirar la hora o pedalear. Y, quizá, pensaría que algunas cosas, quizá las más importantes, tampoco han cambiado tanto.
Es cierto: los materiales con los que se hacen las bicis, más ligeros, resistentes y fiables, han evolucionado. También los componentes, mucho más variados y duraderos. La lista de nuevos accesorios es interminable: navegadores GPS, chaquetas o mochilas que avisan con intermitentes nuestras próximas maniobras, potentes luces que hasta pueden equipar un radar que detecta si un vehículo se acerca peligrosamente… O la electricidad aplicada al pedaleo, por supuesto, que ha hecho de las e-bikes una máquina universal.
Pero, al fin y al cabo, la esencia sigue siendo la misma: movernos con la energía que generan nuestras piernas. ¿Pasará lo mismo en el futuro? Sí, pero atendiendo a las cifras, el mañana será cada vez nos eléctrico. Según cifras de AMBE, la Asociación de Marcas de Bicicletas de España, el año pasado la venta de e-bikes creció en un 80%. Hay quien va más allá e, incluso, asegura que en 2025 las bicicletas de pedaleo asistido serán los vehículos más vendidos del mundo, como predice el informe ‘Electric Mobility in Smart Cities’ de la prestigiosa consultora Navigant Research.
El informe de una prestigiosa consultora asegura que, en 2025, las e-bikes serán los vehículos más vendidos del mundo
El secretario general de AMBE, Carlos Núñez, lo tiene claro: “El futuro de la bici es eléctrico. De hecho, en países como Alemania ya representan el 50% de las ventas”, asegura. Un crecimiento hasta ahora muy relacionado con el ciclismo eléctrico de montaña (e-MTB), pero que se extenderá a las ciudades… si las cosas se hacen bien. “España no debe dejar pasar la oportunidad de hacer de las e-bikes un vehículo urbano masivo” explica Núñez a Ciclosfera, “frente al auge de los VMP (vehículos de movilidad personal) o, directamente, patinetes eléctricos”.
Conectividad, autonomía… ¿y diseño?
Es evidente la ventaja de la bicicleta frente a ellos: la movilidad activa. Algo muy importante de cara a un futuro donde, aseguran, el sedentarismo es una enorme amenaza. Campañas de información, concienciación sobre hábitos saludables y, por supuesto, novedades. Innovación. Baterías más ligeras y con más autonomía para las e-bikes. Avances en conectividad o seguridad en todos los modelos, también los convencionales.
Entre los primeros, por ejemplo, destaca el esfuerzo de marcas como Specialized por desarrollar aplicaciones conectadas al móvil que, además de evaluar el rendimiento deportivo del ciclista, permiten modificar los parámetros de la bicicleta. Las alianzas de marcas de automóviles, como Volvo, Jaguar o Land Rover, con empresas de telecomunicaciones aspiran a crear “una capa de seguridad adicional”, conectando al ciclista con el resto de usuarios de la calzada. Y se popularizan todo tipo de dispositivos, cada vez más integrados en la bici, que a través de localizadores GPS o acelerómetros nos avisan de intentos de robo, encuentran nuestra montura en caso de hurto y hasta avisan a nuestros seres queridos de sufrir un accidente.
“La bici siempre fue moderna, algunas de sus mejoras se adelantaron a su tiempo”
¿Y el diseño? ¿Veremos rodar por las calles bicicletas salidas de una película de ciencia ficción? Preguntamos a uno de los grandes expertos en el tema, Tony Hadland, historiador y autor del libro* Bicycle Design: An Illustrated History,* y su respuesta es contundente: “No. No espero ver a corto plazo nada que no ha sido ya creado. La bici siempre fue moderna, y algunas de sus mejoras se adelantaron a su tiempo. Cuando leo una nota de prensa con el enésimo titular de una revolución de la bici”, explica, “compruebo que siempre es algo inventado hace 50 ó 100 años”.
Algo está claro: pase lo que pase, las bicicletas serán para muchísima gente la mejor opción para desplazarse de forma eficiente, rápida y limpia. El tiempo avanza de manera inexorable para todos, pero es probable que la próxima revolución se centre, simplemente, en el número de ciclistas en nuestras calles. Como tituló Wired, la revista de tecnología más prestigiosa del mundo, en un reciente reportaje, “El vehículo del futuro tiene ruedas y un manillar, y se llama bicicleta”.