El sistema conecta los sistemas electrónicos del vehículo con el casco del ciclistas, y funciona en dos direcciones. Usando Strava, la célebre aplicación telefónica para ciclistas, la posición del ciclista es compartida con los coches equipados con el accesorio, y viceversa. Si un choque inmediato es detectado los dos usuarios reciben un aviso.
Así, desde el coche se detecta el aviso aunque no se vea al ciclista (o bien porque sea de noche o porque esté tapado por algún objeto), y se avisa al conductor a través de, por ejemplo, un proyector en el parabrisas, para que sepa por dónde se aproxima la bicicleta. El casco del ciclista, por su parte, también emitiría una luz y un sonido para prevenirle del peligro.
Según Klas Bendrik, uno de los mandamases de Volvo, “explorar sistemas de seguridad compartidos en la nube nos acercará a eliminar los ángulos muertos, previniendo colisiones”. Para Per Borgklint, de Ericsson, “nuestro trabajo con Volvo explora la conectividad en la sociedad, protegiendo a millones de ciclistas en la carretera e innovando para cambiar el mundo”.