Salvador Dalí, Walt Disney, Harpo, Chico y Groucho Marx. Pocas veces una obra de arte esconde tanto nombre legendario como Symphony Biciclette, litografía creada por Dalí en 1970 como un pequeño homenaje a su amigo Harpo Marx, fallecido seis años antes.
Presuntamente, él y sus dos hermanos tocan sobre la proa de un barco condenado a naufragar y rodeado por cientos de ciclistas-hormigas con las llamas del horizonte al fondo. ¿Y Disney? Sabida es la buena relación que tuvieron él y Dalí, plasmada en bocetos de una película de animación que nunca llegó a completarse.
De esos bocetos salió, al menos, Destino, un cortometraje terminado muchos años después de morir ambos y en el que reaparecen las hormigas-ciclistas del cuadro, pequeños e inquietantes personajes secundarios de una historia de amor y surrealismo, relojes, danza y música de Armando Domínguez.