Estamos tan acostumbrados que generalmente apenas le prestamos atención. Pero está ahí, de manera casi constante, y con niveles que, en determinadas zonas, son verdaderamente alarmantes.
El ruido del tráfico, o lo que es lo mismo, la contaminación acústica causada por los vehículos a motor, es uno problema de primer orden. Y así lo ha certificado un reciente estudio de ISGlobal, centro impulsado por la Fundación La Caixa, y que pone el foco en Barcelona.
Se podrían evitar el 13% de las enfermedades, y muchas de ellas están provocadas por el ruido
Según dicho estudio, la ciudad de Barcelona podría evitar cada año el 13% de su carga de enfermedad si se cumplieran las recomendaciones internacionales de actividad física y exposición a la contaminación del aire, el ruido, el calor y el acceso a los espacios verdes. De entre todos estos factores, el ruido procedente del tráfico es el que provoca más enfermedad, por encima de la falta de actividad física y la contaminación atmosférica.
La investigación, publicada en la revista Environment International, se ha realizado a partir de la herramienta “Evaluación de Impactos en Salud de la Planificación Urbana y del Transporte” (UTOPHIA, por sus siglas en inglés), que ha sido desarrollada por un equipo de ISGlobal. Esta metodología ya se utilizó el año pasado para estimar la carga de mortalidad en Barcelona y concluyó que se podrían posponer casi 3.000 muertes prematuras en la ciudad con una mejor planificación urbana y del transporte.
En esta ocasión, el trabajo ha estimado la carga de morbilidad y los costes económicos anuales que esto supone para la salud pública. Se han comparado las recomendaciones internacionales con los niveles de exposición anuales de 1,36 millones de residentes de Barcelona de más de 20 años de edad.
“Los resultados de la investigación señalan que el ruido del tráfico es un problema de primer orden para la salud”
Si se cumplieran las recomendaciones internacionales para el desarrollo de la actividad física, la exposición a la contaminación del aire, el ruido, el calor y el acceso a los espacios verdes, Barcelona podría evitar cada año casi 1.700 casos de enfermedades cardiovasculares, más de 1.300 casos de hipertensión, cerca de 850 casos de ictus y 740 casos de depresión, entre otros.
65,1 decibelios de media
En cuanto a las exposiciones estudiadas, el ruido del tráfico contribuye con un 36% a la carga de enfermedad provocada por la planificación urbana y del transporte, un porcentaje superior incluso al atribuible a la contaminación del aire. La ciudadanía de Barcelona está expuesta a una media diaria de 65,1 decibelios (dB) durante el día y de 57,6 decibelios por la noche [1], superando así los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son de 55 dB y 40 dB, respectivamente.
Natalie Mueller, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio, destaca que “los resultados de la investigación señalan que el ruido del tráfico es un problema de primer orden para la salud que causa molestias y alteraciones del sueño a muchas personas”. “Existen evidencias de que la exposición al ruido durante la noche es particularmente dañina, porque afecta a los procesos de regeneración que se producen en el cuerpo durante la fase de sueño. Además, el ruido del tráfico se asocia con la hipertensión, enfermedades cardiovasculares e ictus”, añade.
Por su parte, la contaminación del aire contribuye con un 19% a la carga de enfermedad provocada en la ciudad por la planificación urbana y del transporte. Las personas residentes en Barcelona están expuestas a una media anual de 16,6 µg/m3 de partículas finas (PM 2,5), cuando los niveles máximos establecidos por la OMS son de 10 µg/m3.