"La imagen que veis es lo primero que uno encuentra cuando uno entra a nuestro estudio. Inevitablemente, la vista se dirige a la fixie que tenemos colgada en la pared, y es la guinda perfecta para un pastel minimalista. Teníamos claro que no queríamos colgar un cuadro, o una imagen, en la pared, y dado que en la oficina todos somos ciclistas no nos quedaba otra opción. Eso sí, teníamos un problema: como todos pedaleamos a diario, nadie estaba dispuesto a ceder su bici para usarla como elemento decorativo. La solución llegó a través de un amigo, que le regaló esta bici a mi esposa: ella sólo la usa en primavera y verano, así que el resto del año podemos disfrutar contemplándola antes de empezar, cada mañana, a trabajar".