Es uno de esos accesorios que, una vez los pruebas, se convierten casi en imprescindibles. Y es que, aunque no los veamos con demasiada frecuencia, los retrovisores para bicicleta te facilitan mucho la vida, especialmente en una maniobra a veces peliaguda: la de adelantar a por ejemplo un coche aparcado en doble fila o que abre súbitamente la puerta, lo que nos obliga a desviar nuestra trayectoria a la izquierda. Un momento algo "crítico" que, además, no se limita a eso: también nos obliga a desviar la vista del frente y girar la cabeza para comprobar que no viene nadie detrás, lo que también puede hacernos, por ejemplo, "comernos" un bache o un agujero en la calzada (lo digo por propia experiencia: me ha pasado).
Un accesorio muy recomendable
Por todos esos motivos nos parece muy recomendable el uso de un retrovisor cuando vamos en bicicleta. Pero el Zéfal Espion E100 Cargo, que hemos probado durante estas semanas (instalado en una Cannondale Cargowagen Neo 2, por cierto, aquí tienes la prueba con vídeo de esta e-bike de carga y longtail) añade una utilidad más: ha sido desarrollado para bicicletas de carga y, en particular, para este tipo de modelos longtail, en los que viajamos con carga detrás. Y muchas veces no hablamos de una "carga" normal, sino de niños, por lo que todavía nos va a venir mejor ver qué pasa a nuestras espaldas y cómo viajan sin tener nosotros que dejar de mirar al frente.
Así es el Espion E100 Cargo
Este retrovisor está fabricado por Zéfal, marca francesa que es toda una referencia en el sector de los accesorios para bicicletas. Cuenta con un espejo principal de 80 centímetros cuadrados, al que va unido otro pequeño espejo móvil complementario que podemos colocar de forma independiente para, como decíamos, saber con exactitud qué está pasando a nuestras espaldas en la bicicleta. El retrovisor es compatible con manillares de Ø22mm a Ø25.4mm, y tiene un peso (bastante ligero) de 169 gramos.
La instalación del Espion E100 Cargo es muy sencilla. Está concebido, claro, para instalarse en el lado izquierdo del manillar, y nosotros lo hemos montado como ya hemos dicho en una Cannondale Cargowagen Neo 2. Teníamos la ventaja de que los puños de esta bicicleta pueden desplazarse muy fácilmente para dentro, lo que nos permitió "hacerle sitio" a la abrazadera del retrovisor y engancharla en la parte externa del manillar en menos de un minuto.
Después, sólo nos quedó ajustar el espejo a la situación deseada. Por supuesto, cada persona tiene una altura determinada, pero es muy fácil ponerlo en el lugar que nosotros queramos gracias al brazo pivotante que permite regularlo. Y, además, el espejo tiene una rótula que permite el ajuste y el ángulo idóneos, al que hay que sumar, como decimos, que también es muy fácil colocar el espejo pequeño para terminar de obtener la visión que deseamos.
Resumiendo: en muy, muy poco tiempo, no sólo vamos a tener instalado el retrovisor en nuestra bicicleta sino que estará listo y a nuestro gusto para empezar a rodar. Y claro, también es muy fácil ajustarlo sobre la marcha.
Visión óptima
Ya en movimiento, el retrovisor se ve a las mil maravillas, y nos da una perspectiva perfecta y amplia de todo lo que está sucediendo a nuestras espaldas. Es muy interesante el hecho de que, aunque el asfalto no esté en buenas condiciones, la imagen seguirá siendo muy nítida, porque todos los enganches son muy rígidos y todo el conjunto resulta muy estable, por lo que apenas vibra. Como decimos, es muy sencillo girarlo hacia arriba o hacia abajo para obtener el ángulo que nosotros prefiramos, y también puede empujarse hacia delante o hacia detrás. A los que ya tenemos unos años nos recordará a los retrovisores de los coches de hace unos años, en los que todos estos ajustes debían hacerse de forma absolutamente manual.
Por cierto: el Zéfal Espion E100 Cargo también tiene un "modo de aparcamiento", que nos permite abatirlo en un par de segundos, "metiéndolo hacia dentro" para que no quede tan expuesto a posibles golpes o, simplemente, si queremos aparcar o meter la bicicleta en algún lugar angosto. De esa forma el retrovisor ocupa mucho menos, y puede volverse a poner en su posición inicial con otro simple movimiento, lo que evita que tengamos que volver a colocarlo en el lugar preciso y perdamos algo de tiempo.
Muy sólido
Otro de los aspectos que nos ha llamado la atención es la solidez de todo el conjunto. El plástico de la estructura, aunque no sea muy llamativo estéticamente, es muy consistente, y transmite dureza. Desde luego, y pese a haberlo estado usando durante semanas, no muestra ningún tipo de desperfecto, algo que considerando que es una pieza muy expuesta a las condiciones del clima y, claro, a posibles golpes, hace muy recomendable su compra.
El retrovisor es muy resistente, y pese al uso no muestra ningún desgaste ni se ha rayado lo más mínimo.
Respecto, precisamente, a los golpes, Zéfal dice que el espejo es "irrompible". No nos hemos atrevido a darle un golpe muy fuerte (sería una pena), pero desde luego con un uso lógico no hemos tenido ningún problema. Lo bueno es que el retrovisor quedará instalado en alguna de nuestras bicicletas, por lo que si hubiese algún tipo de novedad en este sentido (en otras palabras, que se nos rompa) actualizaríamos este texto en el acto explicando qué ha sucedido y hasta qué punto la rotura es achacable al producto (que, insisto, nos ha parecido muy sólido y digno de la mayor confianza).
Espion E80
Zéfal ofrece otro retrovisor de la misma gama, el Espion E80, más sencillo: básicamente, prescinde del pequeño espejo adicional y orientado a las bicicletas longtail. Tiene un precio algo más bajo (en concreto, diez euros: cuesta 29,95€) otra particularidad: podemos comprarlo en dos versiones, para el lado izquierdo del manillar o para el lado derecho. Eso nos da la posibilidad de, sumado al del lado izquierdo (sea el modelo E80 o este E100 Cargo) tener una visión a ambos lados de todo lo que sucede a nuestro alrededor. ¡Nos gusta!
Prueba del espejo retrovisor Zéfal Espion E100 Cargo (39,95€)
Si buscabas un espejo retrovisor para tu bicicleta, puede que lo hayas encontrado. Sobre todo si te mueves en una de carga longtail, o simplemente sueles moverte con una silla infantil o con un remolque detrás. Porque el Espion E100 Cargo es muy fácil de instalar, es muy sólido, se ajusta perfectamente, cuenta con detalles muy prácticos (como el "modo aparcamiento") y, además, incluye un segundo espejo que podemos orientar para que refleje todo lo que pasa en la parte trasera de la bici (dato de vital importancia si ahí viajan uno o dos niños o solemos ir muy cargados). Un producto que nos permitirá rodar mucho más cómodos y seguros y, desde luego, que nos ha parecido recomendable al 100%.
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Estética
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Instalación
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Practicidad
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Resistencia
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Relación calidad/precio