Durante aproximadamente dos meses probamos, de manera cotidiana y en distintas situaciones de uso, la Bergamont Paul-E EQ Expert, una bicicleta plegable con asistencia eléctrica. ¿Su precio recomendado? 3.750 euros. ¿Su público? Evidentemente, usuarios con una clara orientación urbana, que (probablemente) recurran a la intermodalidad y que no quieran dejar su bicicleta en la calle más tiempo del imprescindible.
Primer tema: estética. Lo dicho mil veces: para gustos, los colores. En este caso, colores icónicos e inconfundibles, porque Bergamont ha optado para la Paul-E EQ Expert de la prueba por el blanco, azul y negro que conforman la identidad de la marca. El resultado visual, desde el primer momento, es satisfactorio. Es cierto que por sus propias características no hablamos de un modelo tan impactante y, a nuestro gusto, logrado como su hermana mayor Bergamont Cargoville LJ, que probamos hace muy poco, pero es cierto que los colores son bonitos, la combinación atrevida y el conjunto agradable.
Hay que decir, también, que se trata de una bicicleta unisex, con un solo tamaño disponible y al que cada usuario se adaptará pudiendo modificar, por supuesto, la altura del sillín o el ángulo de inclinación del manillar. También es importante resaltar, aunque después hablaremos con más detenimiento de sus neumáticos, que este modelo calza ruedas de 20 pulgadas, y que como decimos el conjunto es clásico aunque con una cierta apuesta por la modernidad debido a determinadas líneas angulosas y colores.
Bicicleta eléctrica… ¿Y la batería y el motor? Centrándonos solo “en lo estético”, decir que la primera está ubicada en el tubo descendente del cuadro, camuflada por una especie de joroba que muestra una tapa negra rematada por un ribete azul. Como es posible ver en las fotos que acompañan este texto, el resultado es moderno y elegante. El motor está en posición central, siendo casi imperceptible a simple vista si uno no está acostumbrado a fijarse en bicicletas eléctricas. En resumen: ¿se ve a simple vista que es una e-bike? Si sabes algo del tema, y te fijas, sí, lo que no es ni ventaja ni inconveniente.
Al tratarse de una bicicleta plegable, consideramos prioritario, también, hablar de ese proceso de plegado. Plegada, la bicicleta tiene un tamaño mediano, marcado por las mencionadas ruedas de 20 pulgadas. El plegado de la bicicleta es, a mi entender, sencillo, aunque siempre considerando que no es una Brompton, desde mi experiencia la plegable con mejores resultados en ese sentido. En el caso de la Paul-E, el plegado puede hacerse de manera rápida y fácil, es un buen avance el enganche-tope rojo que permite enganchar la parte delantera al buje trasero y, muy importante, la bicicleta se transporta una vez plegada con relativa facilidad, algo que a lo que siempre contribuye la muy práctica "agarradera" al final del tubo del sillín, justo encima del motor.
Si decimos “relativa” facilidad es, claro, porque hablamos de una bicicleta con un peso declarado de 22,5 kilos (en la media de la competencia, considerando que hablamos de una bicicleta eléctrica cuya batería o motor le añaden un peso considerable). Además, en esta unidad de serie, se trata de una bici equipada con transportín trasero y caballete, de los que hablaremos después. En resumen: sí, es viable usar con frecuencia y comodidad el plegado y desplegado de la bicicleta. Puede hacerse en un tiempo rápido, y mucho más si es la bici que usas todos los días y a la que estás acostumbrado. Y esa “plegabilidad”, desde luego, multiplica su polivalencia (hace que podamos meterla sin problemas en el maletero de cualquier coche, o que la almacenemos en nuestra oficina o casa sin ocupar tanto espacio como una bici convencional) y también elimina riesgos como, el más evidente, el de que te la roben. Como detalle, decir que también los pedales (unos Marwi Sp-153) son plegables, lo que reduce la anchura del conjunto y permite, por ejemplo, desplazarlo más fácilmente en espacios reducidos como el vagón de un tren.
Por supuesto, hay que decir que en el caso de Ciclosfera estamos muy acostumbrados a este tipo de modelos, y nos hemos enfrentado a opciones más o menos conseguidas. La Bergamont obtiene una buena nota (no una matrícula de honor) en esta asignatura del plegado. Y, tras “presentarle” este modelo a algunos (y algunas) neófitos en el mundo de las e-bikes plegables, la impresión general era que, efectivamente, no había mayor problema en realizar ese proceso de “plegado-desplegado” y que les parecía suficientemente satisfactorio.
En marcha
Siguiente paso: bicicleta desplegada… y lista para rodar. Hemos sido varios los miembros de Ciclosfera que nos hemos subido a la Bergamont, y todos hemos encontrado, más allá de alturas o pesos (la bicicleta puede transportar hasta 130 kilos totales, incluyendo el peso de la propia bici, lo que nos da un margen de aproximadamente 105 kilos para pasajero y equipaje), que la bici ofrece una postura de conducción cómoda y normal. La altura del sillín es fácilmente regulable (no hace falta ni una llave Allen, ya que puede aflojarse y apretarse con una palanca, y el sillín es un Selle Royal Lookin BGM muy cómodo y que transmite calidad), y el ángulo de inclinación del manillar permite ajustarlo a nuestra posición natural. A la izquierda de ese manillar encontramos, como en tantas otras bicis eléctricas, el display controlador de la asistencia eléctrica, en este caso un Shimano Steps SC-E5000. Se ve con claridad, y ofrece tres modos de asistencia: ECO (un 40% de empuje), Normal (100%) y High (200%), además de un modo de asistencia para caminar que mueve la bicicleta durante unos segundos a 6 km/h (el único momento en el que la bicicleta tiene asistencia sin que pedaleemos, pensado para ayudarnos en situaciones especiales como, por ejemplo, subir una escalera). Como es obligatorio en cualquier bicicleta de pedaleo asistido convencional, dicha asistencia se “corta” al alcanzar los 25km/h.
Como decimos, la postura de conducción es tradicional, aunque sí llama la atención el hecho de que, por lo general, la geometría nos llevará a adoptar una posición bastante erguida, lo que beneficia la visibilidad en un entorno urbano. Respecto a las marchas, este modelo Paul-E EQ Expert cuenta con un Shimano Nexus SL-C7000, con cambio de cinco marchas de buje interno, bastante apropiado para el uso urbano al que se dirige el modelo. Lo más destacable, sin duda, es el tener correa en lugar de cadena: hablamos de una Gates CDX Carbon Drive, todo un clásico. ¿Sus ventajas? Las hemos citado en muchas ocasiones: menor mantenimiento, más duración, menos desgaste y, claro, el hecho de que al no necesitar lubricación no nos manchará tanto si nos rozamos.
El motor, un Shimano, destaca por su suavidad y poquísimo ruido
En cualquier prueba de bicicleta eléctrica hay que detenerse en el motor, que aquí es un Shimano Steps DU-E5000, de 250W y 36V. Ubicado, como hemos dicho antes, en el eje central, reacciona con prontitud y nos ha parecido extremadamente silencioso, lo que siempre hace mucho más agradable el pedaleo (no lo olvidemos… ¡una de las maravillosas virtudes de las bicicletas es la de no hacer ruido!). El Steps DU-E5000 no aspira a ser el motor con más empuje del mercado, desde luego, sino que ofrece otras ventajas como su ligereza (apenas 2 kilos y medio), suavidad y reducido tamaño. ¿En qué se convierte todo eso? Permite hacer de esta Paul-E tan silenciosa como hemos destacado. Ofrecer una figura muy esbelta. Y, en marcha, que combinemos la comodidad, la eficiencia y la agilidad, porque el motor combina a la perfección con el cambio elegido.
Respecto a la batería, la Bergamont Paul-E cuenta con una Shimano BT-E8010 de 36V y 504Wh, un modelo muy testado, con el que el fabricante se compromete a unos 1.000 ciclos de carga completos (y que todavía ofrecerá más de un 60% de la autonomía superados esos 1.000 ciclos). La carga completa, según el fabricante, exige unas cinco horas, y no tiene efecto memoria (podemos cargarla en cualquier momento, sin importar el nivel en el que se encuentre, sin que eso comprometa su durabilidad). ¿Autonomía? Como decimos, la hemos usado distintos usuarios (con pesos comprendidos entre 50 y 90 kilos), y en distintas circunstancias, pero desde luego siempre superando los cincuenta kilómetros de recorrido y, con un uso muy cuidadoso, superando los ochenta antes de “saltar” las alarmas y quedarnos sin asistencia.
Ya para terminar en este apartado eléctrico, añadir que la batería puede extraerse con bastante facilidad, lo que permite un uso todavía más polivalente (es fácil sacarla y ponerla a cargar en, por ejemplo, la oficina, mientras dejamos la bicicleta -muy bien candada, porque llama la atencion- en un aparcamiento seguro).
Antes de entrar en el tema del equipamiento, sin duda uno de los puntos fuertes de esta Paul-E, hablar de los neumáticos, unos Schwalbe Big Apple de veinte pulgadas y reflectantes. Hemos circulado durante dos meses en muy distintas circunstancias climatológicas (por ejemplo, pocas horas antes de la histórica nevada provocada por Filomena), y las sensaciones han sido muy buenas. Es una bicicleta con buenos frenos (unas pinzas Shimano BR-MT200 con frenos hidráulicos), desde luego más que suficientes para detener una máquina a la que, en cualquier caso, tampoco debemos someter a una exigencia ultradeportiva (aunque… ¡nos quedamos con ganas, porque es muy divertida!).
Y, como adelantábamos antes, resta hablar del equipamiento. EL comprador de esta Paul-E EQ Expert no quedará decepcionado, porque la bici va muy bien equipada. Empezando por la zona delantera, ofrece la posibilidad de instalar una parrilla delantera, algo con lo que nuestra unidad no contaba y que aumenta todavía más su polivalencia. Debajo de ese espacio, en una posición muy buena ya que alumbrará al frente aunque añadamos la parrilla mencionada, tenemos una potente luz B&M Dopp de 30 Lux. Por su parte, en la zona trasera Bergamont nos suministra una B&M Toplight 2C LED. Ambas nos aseguran una visibilidad más que suficiente y satisfactoria para el uso en la ciudad.
Es muy de agradecer el que la bicicleta cuente con guardabarros delantero y trasero, unos generosos SKS Germany. Y, también imprescindible, el portabultos trasero, en el que podemos llevar hasta 25 kilos. ¿Último detalle? El caballete central, que en este modelo sustituye a las patas de cabra de otras bicicletas de la competencia. El apostar por un caballete, además, relativamente voluminoso como este aporta una notable estabilidad a la hora de dejar la bicicleta aparcada, y podemos atestiguarlo: en ese vaivén cotidiano no ha sufrido ninguna caída. Eso sí: el volumen del mencionado caballete lo hace quedar, cuando está recogido y estamos en marcha, muy bajo y cerca del suelo. Es verdad que tampoco hemos llegado a golpear nunca con él, pero a primera vista sí da la sensación de que puede ocurrir. El caballete facilita mucho el plegar la bicicleta, ya que la podemos apoyar en él durante ese proceso.
Y, tras tantas palabras… queda la hora de “la verdad”, el momento en el que hacer balance de todo lo comentado y terminar de enjuiciar esta Bergamont Paul-E EQ Expert. Una bicicleta muy interesante para el día a día, en la que destaca su equipamiento y sistema eléctrico, un plegado bastante bien resuelto y una notable eficacia a la hora de rodar. En el lado menos positivo, el precio, aunque a cambio obtendremos una máquina con un diseño llamativo y componentes de primer nivel.
Prueba de la bicicleta eléctrica plegable Bergamont Paul-E EQ Expert
Probamos durante dos meses esta e-bike plegable, equipada por un grupo eléctrico Shimano que destaca por su suavidad y baja rumorosidad. Muy cargada y con una estética muy llamativa, la Paul-E EQ Expert tiene un sistema de plegado rápido y sencillo de usar, y solo se ve penalizada por un precio, 3.750€, que dista mucho de ser accesible.
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Estética
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Confort
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Acabados
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Dinamismo
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Calidad/ Precio