Son el último gran fenómeno de la industria del ciclismo: las bicicletas eléctricas se han popularizado de manera brutal, y sólo en España se vendieron en 2022 más de 235.000 e-bikes, una cifra que supone un incremento del 5,7% respecto a 2021 y, todavía más explícito, que casi una de cada cinco bicicletas vendidas en nuestro país tenía asistencia eléctrica.
Un hecho que se refleja en las calles, donde cada vez es más frecuente cruzarnos con bicicletas eléctricas debido a las evidentes ventajas que tienen a la hora de movernos por ciudad. Pero, y esto ha sido sorprendente incluso para los expertos, el gran éxito de las bicicletas eléctricas se ha dado en el ciclismo de montaña, donde las cifras de venta y especialmente facturación se pueden calificar de estratosféricas.
Creo que ya no hay ninguna marca que, debido a la gran demanda experimentada durante estos años, y especialmente en los meses que siguieron a la pandemia, no tenga un buen puñado de e-bikes de montaña en su catálogo. Un fenómeno que, por supuesto, también alcanza a fabricantes muchas veces identificados con el ciclismo urbano, como es el caso de la alemana Bergamont.
No hay prácticamente ninguna marca que no tenga un buen puñado de e-bikes de montaña en su catálogo.
Efectivamente, Bergamont es una de las marcas más destacadas en el sector de las bicicletas de ciudad. En Ciclosfera lo sabemos bien: hemos probado su extraordinaria bicicleta de carga, la Cargoville LJ. La pequeña plegable eléctrica Paul E-Q. La Hans-E, una compacta con una notable capacidad de carga. Y ahora nos subimos a una de sus más excitantes propuestas para el MTB, la E-Trailster 150 Elite, que además nos sirve de ejemplo perfecto para desglosar las muchas bondades que aportan las bicicletas eléctricas a la hora de salir al campo a pedalear.
Porque esa es la cuestión… ¿Cuáles son las mayores diferencias de las bicicletas eléctricas de montaña respecto a las tradicionales? ¿Cuáles son sus inconvenientes? ¿Qué llama más la atención de modelos como esta Bergamont E-Trailstrer 150 Elite? Y, sobre todo, ¿vale la pena invertir más dinero, en este caso 5.999€, en una bicicleta así? Pues vamos a contestarte a todas estas dudas, porque este es otro de nuestros BiciTest Ciclosfera, para nuestros amigos de RACC HolaBici.
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Llegaron al mercado hace más de diez años, y lo que en un principio se pensaba que revolucionaría el ciclismo urbano explotó en un terreno más deportivo, concretamente en el Mountain bike. Hablamos de las bicicletas eléctricas o, dicho de otro modo, de pedaleo asistido, bicicletas que llevan incorporado un sistema eléctrico que nos proporciona una fuerza extra al pedalear (insisto, al pedalear, porque las e-bikes no avanzan si no pedaleamos).
Hemos explicado un montón de veces qué es una bicicleta eléctrica, y si quieres saber mucho más puedes entrar en la descripción de este vídeo para encontrar, por ejemplo, nuestro vídeo en ‘Un Colega en Ciclosfera’ analizándolas al detalle y resolviendo todas las dudas que pueda tener un principiante en el tema. Pero hoy queremos centrarnos en la montaña, en las e-bikes más orientadas al deporte, y por eso hemos conseguido esta magnífica Bergamont E-Trailster 150 Elite para alejarnos del asfalto, salir a respirar aire puro y divertirnos en plena naturaleza. Y sí, subrayamos lo de divertirnos, porque si el ciclismo de montaña siempre es una gozada la diversión y las posibilidades se multiplican si es a lomos de una buena bicicleta eléctrica como ésta.
La E-Trailster 150 Elite equipa un conjunto eléctrico de primer nivel: un Bosch E-Bike Systems compuesto por un motor Bosch Performance Line CX, una batería Powertube de 750Wh y una pantalla Kiox 300, además de, por supuesto, todo el cableado que une estos elementos. El motor, ubicado en la parte central, entrega una potencia de hasta 85 Newtons Metro, y es la referencia deportiva de Bosch. La batería está alojada en este tubo del cuadro, y sus 750Wh deberían asegurarnos hasta 50 kilómetros de asistencia a un ritmo bastante elevado. Y la pantalla, la Kiox 300, se maneja a través de el mando ubicado en la parte izquierda del manillar, y nos muestra la velocidad a la que circulamos o el nivel de asistencia elegidas, además de muchísima más información sobre todo si la vinculamos a nuestro teléfono móvil a través de bluetooth.
Físicamente
Antes de subirnos a la bicicleta y empezar a subir y bajar cuestas con ella, porque para eso están construidas estas bicicletas, es obligatorio hacer un repaso estético de esta E-Trailster 150 Elite. Como podemos ver a simple vista, se trata de una bici de un tamaño notable, muy deportiva pero terminada con una pintura muy bonita y elegante, con un color azul que se va aclarando según recorremos el cuadro. Como es obligatorio en una bici de montaña, delante lleva una magnífica suspensión Rock Shox con 150 milímetros de recorrido, mientras que para asegurar una buena amortiguación trasera recurre a este amortiguador también Rock Shox. La tija del sillín puede subirse y bajarse mientras estamos montados en la bici gracias a este botón, cosa que se agradece sobre todo si tenemos que sortear alguna dificultad en el campo, delante y detrás equipa unos estupendos frenos hidráulicos Shimano de cuatro pistones, un cambio Shimano Deore XT de doce velocidades y unos magníficos neumáticos Schwalbe delante y detrás.
Sin embargo, nos tenemos que detener en este punto, porque esta Bergamont incorpora otra de las tendencias llegadas durante estos últimos años al ciclismo de montaña: es una Mullet, o lo que es lo mismo una bicicleta con ruedas de tamaño distinto, y más en concreto con una rueda más grande delante (29 pulgadas) y más pequeña detrás (27 y medio). Esto de Mullet viene del mundo de la moda, o mejor dicho de la peluquería, porque es como se denomina a ese tipo de corte de pelo en los que el pelo va mucho más largo por la zona del cogote que por el flequillo. En el mundo de la bici, es al revés: la rueda más grande se lleva delante, lo que implica elevar la altura del manillar para tener una postura más cómoda y mejor visibilidad, darme más estabilidad al tren delantero, una mayor capacidad de superar obstáculos y un ángulo de dirección más amplio.
El concepto "Mullet" viene del mundo de la peluquería.
Es probable que los usuarios menos experimentados no noten en un primer momento todas estas diferencias, pero desde luego lo que les va dejar boquiabiertos, y lo sabemos por experiencia, son las sensaciones que van a tener desde la primera pedalada sobre una bicicleta eléctrica. Lo hemos visto mil veces: cada vez que alguien se sube por primera vez a una e-bike, el asombro inicial se transforma en pocos segundos en un enorme subidón que, siempre, culmina con una cara de felicidad imposible de disimular. Porque eso es lo que dan las bicicletas eléctricas, una sensación de felicidad inmensa, al convertirnos en una especie de super héroes llenos de un poder descomunal, pero al mismo tiempo muy natural ya que son máquinas diseñadas (en el caso de las buenas e-bikes, claro) para entregar la asistencia en perfecta sintonía con la fuerza que aplicamos con nuestras piernas.
En el campo, esa sintonía entre energía humana y energía eléctrica regalan un disfrute, de verdad, muy difícil de obtener en cualquier otro deporte. Lo primero que hay que decir es, repetimos, que la bicicleta no se va a mover del sitio a menos que seas tú quien pedalea, por lo que no tiene nada que ver con una motocicleta y siempre vas a tener que hacer ejercicio, aunque la intensidad de ese esfuerzo variará en función del nivel de asistencia elegida. En esta Bergamont, por ejemplo, el motor Bosch nos permite llevar un ritmo muy elevado con poco esfuerzo y mucho empuje eléctrico, si subimos al nivel Turbo, soluciones más intermedias, niveles más intermedios, como el eMTB o el Tour, o un nivel de asistencia más reducido, el Eco, en el que sentiremos cómo el motor nos empuja, pero de una forma muy tenue. Y, por supuesto, si quieres hacer todavía más esfuerzo que en una bici convencional, puedes apagar el motor y pedalear “a pelo”, exigiéndote un esfuerzo mayúsculo al tener que desplazar, además de tu propio peso, el de una bicicleta más pesada que una convencional, al estar “lastrada” por todo el conjunto eléctrico: en el caso de esta Bergamont, un total en torno a los 28 kilos.
¿Algún inconveniente? Más bien pocos
Pero claro, no es la idea: si apuestas por tener una bicicleta eléctrica, lo normal es que la uses con la batería bien cargada y recurras a su asistencia siempre que sea necesario. En el campo, desde luego, lo vas a disfrutar, porque contar con un empuje que puede multiplicar hasta por tres la potencia de tus pedaladas te va a permitir subir las cuestas más empinadas y multiplicar, también tu diversión. Con una buena e-bike, y esta Bergamont es un buen ejemplo, te lo vas a pasar en grande subiendo cuestas con mucho menos esfuerzo del que tendrías que emplear en una bici convencional, o directamente subiendo por “paredes” por las que sería imposible hacerlo con una bici normal. Además, vas a escalar cuestas mucho más rápido, por lo que el tiempo te va a cundir mucho más: al tardar hasta cinco veces menos en subir rampas, vas a poder después bajar muchas más veces de lo que harías en una bici sin asistencia, además de hacerlo mucho más descansado, sin que tu técnica se vea mermada por el cansancio. Por otra parte, y esto ha sido clave para el éxito de este tipo de bicicletas, ya hay pocas excusas para no salir a pedalear: no importa que estés en mejor o peor forma, o incluso que tengas alguna lesión, ya que al poder regular el esfuerzo te será mucho más sencillo encontrar el equilibrio perfecto para tu organismo, además de equipararte al de otros ciclistas con los que podrás salir a montar sin quedarte rezagado.
¿Lo malo? Son pocas las críticas que se le pueden hacer a una bicicleta eléctrica de montaña. La más destacable, claro, es el peso, que como hemos dicho antes puede duplicar o hasta triplicar el de una bicicleta normal, ya que hay que sumarle todo el conjunto eléctrico y el hecho de tener que llevar un cuadro y unos componentes más resistentes para compensar, precisamente, ese peso superior. Otro inconveniente es que vamos a tener que estar pendiente de cargar su batería, sobre todo si subimos muchas cuestas y recurrimos constantemente al modo de asistencia Turbo, que va a exigir mucha más energía a la batería eléctrica. El otro gran inconveniente es, claro, el precio, que en este caso duplica o incluso triplica el de una bicicleta normal. Aquí eres tú el que tiene que valorarlo: desde luego, si vas a usarla, el desembolso vale la pena, y piensa que con una e-bike vas a recuperar (o descubrir) el amor por la bicicleta, con las enormes ventajas que eso va a traer para tu salud física o, incluso, mental.
Conclusiones
La prueba de esta Bergamont E-Trailster 150 Elite nos ha permitido testar un modelo de una marca que nos encanta y, además, reflexionar sobre las maravillas del ciclismo de montaña, más divertido y sobre todo universal gracias a la popularización de modelos eléctricos de tanta calidad como este. Por lo tanto, y con un precio de 5.999€, ¿deberías apretar el botón ECO y pasar completamente de la Bergamont E-Trailster 150 Elite, el botón TOUR para tenerla en tu lista de opciones, el SPORT para pensártelo mucho, mucho, o el TURBO para ir corriendo inmediatamente a por ella? Si te animas a disfrutar del ciclismo de montaña sin importar tu estado físico, si quieres divertirte y mejorar tanto su salud como tu humor y sabes que, aunque pueda parecer una inversión fuerte, vas a amortizarla, no lo dudes: aprieta el botón Sport, apunta esta Bergamont entre tu lista de e-bikes de montaña favoritas, y súmate a una tendencia que está haciendo ya felices a millones de personas en todo el mundo.