Con apenas unos círculos y unas cuantas líneas rectas puede dibujarse el mundo.
Manos arriba: los ciclistas piden paso, armados con su arsenal de limpieza, sencillez y elegancia. Así los reflejó Hiroshi Ohchi en este cartel para una de las grandes marcas japonesas de bicicletas, Miyata, a la que dedicó una serie de litografías a cual más bella y donde refleja el triunfo de lo esférico y del movimiento continuo.
Del avanzar para evitar la caída. Del mirar hacia delante y, de vez en cuando, levantar el brazo, para festejar que más que nunca estamos en pie o, quién sabe, para saludar a algún ser querido con el que pronto nos encontraremos de nuevo.