¿Cuáles son sus productos actuales más orientados al ciclismo?
Tenemos cinco divisiones de producto, y la mitad de nuestro negocio se basa en el fitness-outdoor. El ciclismo está muy presente en esa parte, tanto en la parte triatlón como, sobre todo, con la gama Edge (ciclocomputadoras para bicicleta). Además estamos desarrollando cada vez más aplicaciones y accesorios relacionados con la bicicleta.
¿Cuáles de esos accesorios destacaría?
El Varia es un radar trasero que avisa al ciclista de la proximidad de vehículos por detrás, con un alcance de hasta 140 metros y con sensor de aproximación y riesgo. También tenemos luces inteligentes que, desde el computador ED, ajustan la posición y la intensidad de la luz. Y hace unos meses presentamos el Varia Vision, un visor de datos adaptable a casi todas las gafas del mercado y que te permite ver los datos de tu actividad proyectados en los vidrios. Todas estas iniciativas demuestran que nos tomamos muy en serio el ciclismo, que intentamos facilitar la vida del ciclista y disminuir el nivel de peligrosidad en la carretera.
“Para el ciclista la conectividad es muy importante, pero todavía lo es más la seguridad”
¿Es eso lo más importante, la seguridad?
La conectividad es muy importante, pero todavía lo es más la seguridad. Pero también estamos pendientes de la conectividad: mezclamos la información sobre el rendimiento puro duro con la tecnología de los smartphones, lo que permite ampliar y compartir distintas funciones tanto de las ciclocomputadoras Edge como de los dispositivos Varia.
¿Tiene Garmin relación directa con los fabricantes de bicicletas para desarrollar tecnologías comunes?
Hablamos con algunos de ellos, pero somos muy independientes y no nos gusta cerrar compromisos con nadie. Hemos trabajado con algunas marcas para determinadas partes de sus bicicletas, en el sentido de fabricar un soporte especial para, por ejemplo, la potencia de un manillar. Colaboramos con Specialized para desarrollar una bicicleta con un ordenador Edge integrado, pero era básicamente un prototipo. Escuchamos a los fabricantes pero sin casarnos con nadie.
¿Qué necesidades específicas tienen los ciclistas?
Es difícil, para empezar, determinar un prototipo de ciclista: los hay sólo de carretera, de montaña, triatletas, ciclistas urbanos… Y también los encontramos muy receptivos a la tecnología y otros que se oponen. Creemos que los que usan Garmin lo hacen por su simplicidad, por poder tener en un mismo dispositivo todo tipo de datos (tiempo, distancia o velocidad) que luego podrán analizar y compartir. Luego, por supuesto, hay necesidades variadas: gente que necesita datos mas en profundidad, que entrena sobre rodillos… Eso provoca que nuestra gama siga creciendo, y que ofrezcamos distintos dispositivos y presupuestos.
¿Y el ciclista urbano?
Tenemos varios dispositivos orientados al ciclismo que, en mi opinión, son también ideales para el ciclismo urbano. Incluyen funcionalidad similares a las de un navegador de coche con iconos sencillos, distintas configuraciones y prioridades de ruta y navegación. En la calle, lo más importante no es la velocidad o el rendimiento, sino tener la certeza de que llegarás a tu destino de una manera sencilla y segura.
“En la ciudad es más importante tener la certeza de que llegas fácil y seguro a tu destino que el rendimiento”
Cada vez es más importante, también, la comunidad…
Tenemos Garmin Connect, una plataforma y red social orientada al deporte donde todos nuestros usuarios crean su perfil y suben y comparten todas sus actividades. Puede hacerse desde múltiples dispositivos, desde una pulsera de actividad hasta un equipo de última generación. Hablamos de una plataforma global para todos los usuarios de Garmin.
¿Crecen tanto los llamados wearables?
La tecnología nos acompaña cada vez más, monitorizándonos en el buen sentido de la palabra. Para algunos, estar pendiente de la actividad que realizamos a lo largo del día o de las pulsaciones puede parecer innecesario, pero una pulsera puede hacerte consciente del nivel de sedentarismo que has alcanzado y lo conveniente que sería que hicieses deporte. Estos dispositivos te avisan: no te estás moviendo, apenas te desplazas en coche, y si lo deseas te empiezan a ofrecer objetivos, adaptados a cada uno. Además permiten monitorizar el sueño, ver cómo te afectan los horarios, las comidas. En resumen: darte cuenta de tu cuerpo de una manera personalizada y adaptada a cada persona.
¿Usa usted la bicicleta?
Tardaría 40 minutos en llegar al trabajo y lo he intentado, pero es imposible: debo pasar por tramos de carretera demasiado peligrosos. En ciudad sí que la uso: tengo una de carretera para entrenar y salir a rodar los fines de semana, pero también una clásica de carretera con la que me desplazo a menudo. Echo en falta poder ver, quizá a través de una aplicación, los imprevistos que me puedo encontrar en la calzada: avisar de baches, por ejemplo Y también querría ver más civismo en las calles: de los automovilistas, por supuesto, pero también por parte de los peatones o los propios ciclistas. Debemos dejar de pensar en que uno es conductor, peatón o ciclista, porque todos podemos serlo en distintas circunstancias y debemos entendernos.
¿Qué opina de proyectos como los de Volvo, Jaguar o Land Rover para conectar a los automovilistas como ciclistas?
Son alianzas necesarias, están muy bien, pero antes que la tecnología debemos cambiar las mentes. Alguien que, por ejemplo, se compra un Jaguar no lo elegirá por llevar un detector de ciclistas, sino porque le gusta un tipo de conducción, precisamente, más rápido o deportivo de lo normal. Por eso están bien este tipo de propuestas pero el trabajo de fondo consiste en cambiar a los seres humanos, no las máquinas. Lo más importante es la sensibilización, más que la tecnología, porque un radar puede salvar una vida, pero no todas.