¿Cuándo empieza a trabajar en Electra?
Desde 2009, cuando la marca llega a Europa. Antes trabajaba en eventos y moda, un sector totalmente diferente, pero me ofrecieron ser parte de este proyecto y no lo dudé. Pese a su éxito en Estados Unidos sabíamos que las Electra no eran un producto idóneo para Europa sino más para climas como el de Californiano, pero en cambio teníamos una ventaja: cuando, en los ochenta, todo el mundo quería construir bicis de montaña o de carretera nosotros revolucionábamos el ciclismo urbano, lo que nos ha permitido ser siempre una referencia en el sector.
¿Son muy diferentes el mercado americano y el europeo?
Sí, lo son. Por ejemplo, nuestra gama Townie ya es muy conocida en EE UU: la Electra Townie Vanilla es la bici más vendida en ese país, con una facturación de unos 20 millones de dólares sólo con ese modelo. En Europa todavía es necesario llamar la atención sobre este tipo de bicicletas, pero es un trabajo maravilloso. Queremos que la gente se divierta, que disfrute de desplazarse de un lugar a otro, y queremos darle un producto que le ayude a conseguirlo.
Una de sus políticas es, por ejemplo, introducir sus modelos en revistas de moda, tendencias o el corazón.
Hay que informar a la gente de que existimos. Mandamos correos y catálogos a todas esas revistas que dices, porque queremos que tengan a las bicicletas en cuenta. Si, por ejemplo, publican un artículo sobre el color que se llevará el año próximo, queremos que la gente sepa que, además de un bolso o una taza también puede usarlo en una de nuestras bicicletas.
¿Se accede así a un público diferente?
Queremos llegar a una clientela distinta y lo más amplia posible. Queremos que la gente sepa que cualquier persona, entre 5 y 95 años, puede usar una Electra porque son bicicletas buenas, cómodas y bonitas. Pero, además, sabemos que la gente que quiere una Electra busca algo especial, es alguien que aprecia el amor por los detalles y que sabe que su bicicleta debe combinar con su estilo propio.
¿En qué se diferencia España de otros mercados?
En países del norte de Europa, como Alemania, Dinamarca u Holanda, la bicicleta urbana ya está muy instalada, y hemos conseguido tener una parte interesante del mercado. En España ya tenemos mucha entrada en zonas costeras y centros urbanos. Es un país donde existe una gran cultura del ciclismo deportivo, y en el que además hay cada vez más bicicletas en las ciudades. Para nosotros es un mercado importante, y en el que estamos teniendo un crecimiento notable.
Las nuevas generaciones están acostumbradas a ver la bici como un medio de transporte
¿Durará el auge el ciclismo urbano?
Es sinónimo de salud, de sostenibilidad, es cool… Y, sobre todo, es una cultura que se desarrolla, y que está muy presente entre las nuevas generaciones porque están cada vez más acostumbradas a ver la bicicleta como un medio de transporte. Eso sí… También quieren que su bici vaya con su estilo personal.
Una de las grandes apuestas de Electra para esta temporada es la nueva eléctrica Townie Go!
Ya teníamos experiencia con otro modelo eléctrico, pero llevaba un motor SRAM y los comerciales no estaban del todo seguros de cómo venderla. La nueva Townie Go! tiene un motor Bosch, y las reacciones son muy positivas: es una combinación montura entre nuestras innovaciones y el pedaleo asistido, además de contar con un excelente programa de accesorios, bonitos colores y mucha robustez y fiabilidad.
Las grandes marcas trabajan mucho en desarrollar nuevos modelos, ¿pero no le falta al sector de la bicicleta tener un peso político más notable, ejercer más como lobby?
En este sentido también veo mucho desarrollo. En Inglaterra se ha creado un interesante programa de estímulos económicos y laborales, al igual que en Francia. Los sistemas de bicicleta pública de España están creando una infraestructura municipal muy interesante… En líneas generales veo un gran desarrollo. Soy optimista, pero es que no encuentro razones para pensar lo contrario. La gente y, sobre todo, las nuevas generaciones, tienen una nueva manera de vivir y ver su propia existencia, que quieren unir con el respeto al medioambiente y a los demás.
El caso de Electra es especial: el 70% de nuestros clientes son mujeres
¿En qué se diferencia el sector del ciclismo de otras industrias?
El caso de Electra es especial… Basta con decirte que el 70% de nuestros clientes son mujeres. Pero, en general, creo que el mundo del ciclismo es muy amable, carente de la arrogancia o la distancia que se vive, por ejemplo, en el sector de la moda. Aquí la gente es muy abierta, deportista y alegre.
¿Se convertirá Electra, también, en una marca de moda?
De momento trabajamos mucho el estilo y los complementos, y acabamos de lanzar toda una gama de productos, con camisetas, gorros o calcetines, idóneos para el ciclista urbano.