1. Montar una tienda física.
Es la primera actividad que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en un negocio relacionado con las bicicletas. SIn embargo, a la hora de poner en marcha una tienda, los expertos avisan de que conviene asesorarse bien. Por mucho que algunos pensasen lo contrario, la venta de bicicletas no es la gallina de los huevos de oro. Muchas tiendas se han visto abocadas al cierre tras darse cuenta de que la demanda no da para alimentar a los centenares de establecimientos que han florecido en España durante los últimos tiempos. Así que antes de hacerlo conviene pensarlo bien y hacerse una pregunta clave: ¿Podemos ofrecer algo diferente que nos diferencie del resto de los negocios centrados en la venta de bicicletas? Si la respuesta es afirmativa… adelante.
2. Montar una tienda online.
Hace tiempo que las palabras ‘nuevas tecnologías’ se han quedado viejas. Internet forma ya parte de nuestras vidas, y cada vez son más los ciudadanos que compran habitualmente a través de la Red. Si estás pensando en lanzar una tienda online, asegúrate de que puedes hacerlo ofreciendo todas las garantías a tus clientes. El ciberespacio te posibilita no tener que pagar el alquiler de un local, pero también tiene sus contras: son muchos los que gustan de ver y tocar el producto antes de comprarlo. Para contrarrestar ese factor, nada como ofrecer todas las garantías para que comprar en tu tienda sea, además de cómodo, seguro.
3. Montar un taller.
Si no ves clara la posibilidad de vender bicicletas nuevas, ya sea a través de una tienda física o un negocio online, ¿por qué no centrarte en repararlas? Al fin y al cabo, España es un país lleno de bicicletas. Y antes o después, esas monturas necesitarán a alguien que las repare. La importancia de la formación es clave: cualquiera puede arreglar un pinchazo, pero no todo el mundo es mecánico. Asegúrate de especializarte en la materia con una máxima clara: ser el mejor en lo que haces. Sólo así te garantizarás clientes que confíen en ti para poner en tus manos a su amada compañera de dos ruedas.
4. Trabajar como bicimensajero.
¿Estás en buena forma? ¿Te gustaría ganar dinero mientras pedaleas? La bicimensajería es un sector que no para de crecer. Cada vez son más las empresas que se dan cuenta de que, a la hora de repartir paquetería, la bicicleta no tiene rival en cuanto a rapidez, eficiencia y sostenibilidad. Especialmente en las llamadas ‘entregas de última milla’, distancia en la que la bicicleta se muestra absolutamente imbatible por razones obvias. Sin embargo, los que conocen bien el negocio alertan de las muchas empresas que proliferan en el mercado y que, desgraciadamente, no ofrecen a sus trabajadores las condiciones laborales mínimamente exigibles. Que no te estafen: trabajar como bicimensajero puede ser maravilloso, pero no debe ser sinónimo de precariedad.
5. Enseñar a montar en bici.
Si sabes que la sensación de pedalear es lo más parecido a volar que has hecho en tu vida, ¿por qué no compartirla con otros que aún no la han experimentado? Enseñar a montar en bicicleta es una de las experiencias más satisfactorias que te puede aportar tu vida ciclista. Y siempre va a haber gente con ganas de aprender: desde niños hasta personas mayores que, por determinadas circunstancias, no pudieron aprender a montar en bicicleta en su momento. Una cosa está garantizada: del mismo modo que resulta casi imposible olvidar cómo aprendimos a pedalear solos, la persona a la que le enseñemos a hacerlo tampoco lo olvidará jamás.
6. Organizar rutas ciclistas para turistas.
No hay mejor manera de conocer una ciudad que hacerlo en bicicleta. Al fin y al cabo, la velocidad del pedaleo es perfecta para admirar los edificios, parques y rincones ocultos de cualquier urbe. Pero su naturaleza también es idónea para detenerse a tomar algo o, simplemente, aportar una descripción detallada de un monumento o lugar de interés determinado. Es por ello que cada vez es más habitual ver a grupos de turistas pedaleando por la ciudad, guiados por una persona que, por qué no, podrías ser tú.
7. Repartir publicidad en bicicleta.
Si lo que quieres es emular al legendario Paperboy, no hay mejor manera que repartir publicidad por las calles de tu barrio en bicicleta. Las ventajas son evidentes: puedes ir a tu aire y organizarte como mejor te convenga. Pero los inconvenientes también están ahí: a menudo se trata de un trabajo
8. Alquilar la bici que no usas.
De acuerdo: no te vas a ganar la vida alquilando esa vieja montura que tienes abandonada en el trastero. Pero puedes sacarte un interesante pellizco volviendo a ponerla en circulación. De hecho, hay varias apps y plataformas que te explican cómo hacerlo para que sea una manera cómoda y fiable de ganar un dinero extra.
9. Ejercer de bicitaxista.
Toda gran ciudad que se precie empieza a tener más y más vehículos llevados por ciclistas. Para los clientes se trata de una manera mucho más cercana, barata y sostenible de moverse por la ciudad. Para el ciclista es una manera de ganar dinero haciendo lo que más le gusta. Y si las cuestas se convierten en un problema, siempre puedes electrificar tu bicicleta.
10. Poner un negocio junto a una zona de paso de ciclistas.
Vale, esta no es exactamente una manera de ganar dinero montando en bici. Pero sí un ejemplo claro de que la bicicleta es un dinamizador económico de primer orden. Está demostrado que los lugares por donde pasan más bicicletas, como los principales carriles bici de una ciudad, cuentan con un mayor número de clientes en sus respectivos establecimientos. Así que si estás pensando montar una tienda, de lo que sea, mira a tu alrededor: si hay bicicletas, el éxito está (casi) asegurado.