Era 1985 y llegaba a los bares Paperboy: una nueva máquina en la que, en lugar de un volante o el mando de una nave espacial, nos ponían delante del manillar de una bici. El reto parecía sencillo: cruzar un barrio repartiendo el Daily Sun. Pero el juego escondía una dificultad endiablada. Evitar vallas en mitad de la acera, coches a toda velocidad, peleas de skins, bailarines de breakdance o, quizá los más odiosos, conductores de triciclos era pura adrenalina. Todo un microcosmos virtual y muy yanqui se había conjurado contra el anónimo repartidor de la gorra. ¿Su única revancha? Sumar puntos cada vez que rompía una ventana y lograr recorrer la ciudad. O no. Porque no lo sabíamos, pero Paperboy era un héroe profético. Hoy los periódicos de papel ruedan hacia la semiextinción, mientras los ciclistas nos multiplicamos y conquistamos las calles.
Paperboy fue un videojuego creado por Atari Games en 1985. Saltó a los ordenadores domésticos más populares, como Spectrum, Amstrad o Commodore, e incluso a las posteriores consolas Game Boy, Sea MegaDrive o Nintendo 64, donde tuvo una versión tridimensional. A finales de 2009 se lanzó el juego para iPhone, aunque tiene mucho más encanto cualquiera de los simuladores de máquinas ochentenas disponibles en Internet.