Ciudades

Esto sí es Ámsterdam: las diferentes soluciones de estacionamiento ¿Dónde dejamos la bici?

900.000 bicicletas circulan a diario por Ámsterdam, quizá la capital mundial del ciclismo urbano. Rodar por la ciudad es fácil, seguro y sencillo, y quizá el gran problema aparece… ¡cuando nos tenemos que bajar de ella!

Ámsterdam ha construido en los últimos tiempos cuatro aparcamientos subterráneos y hasta subacuáticos para bicicletas. La ciudad recibe cada día a unos 500.000 trabajadores, lo que llevó al Ayuntamiento a construir, por ejemplo, dos megaparkings bajo el agua junto a la Estación Central de Trenes, que permiten a los ciclistas acceder directamente a los vagones y dejar sus bicis sin necesidad de salir a la superficie, donde muchas veces la lluvia y el viento ponen las cosas difíciles.

Mex, usuario de uno de esos mega aparcamientos, asegura que este tipo de instalaciones “suponen un cambio enorme. Antes, siempre tenía que emplear un buen rato para encontrar un hueco para la bici, pero ahora tengo la certeza de que podré aparcar rápido y llegar al tren a tiempo”. Además, para aliviar la saturación en zonas de alta afluencia turística, se han inaugurado dos nuevos aparcamientos en el subsuelo en la zona centro, uno en la Plaza Dam y otro en Leidseplein.

Foto: Marcel Van Den Bos.
Foto: Marcel Van Den Bos.

Espacios que han permitido despejar calles y aceras y mejorar así la experiencia tanto para ciclistas como para peatones, que son gratuitos durante las primeras 24 horas y que, después, tienen un pequeño coste para fomentar la rotación y evitar el abandono de bicicletas.

Desde 2007, y tras un cambio de normativa, todos los edificios nuevos han de tener un número mínimo de aparcabicis por cada vivienda, iluminados y accesibles desde la calle principal.

Grandes eventos

También, y para garantizar el orden en los grandes eventos, Ámsterdam y otras regiones despliegan aparcamientos temporales para bicicletas. La cantidad de plazas varía según la magnitud del acontecimiento, pero citas como una carrera de Moto GP o algún festival de música tecno implica habilitar miles de espacios en menos de 48 horas. Una infraestructura que se ve complementada por el refuerzo del transporte público durante esas fechas, para animar a hacer uso de la intermodalidad y desincentivar así el uso del coche privado, carente de sentido en concentraciones que reúnen a un gran número de personas (el GP de Motociclismo de Assen llega a convocar a más de 100.000 aficionados en su jornada dominical).

Experimento

Pero hay retos más sencillos: en el barrio más denso de Ámsterdam, De Pijp, repleto de jóvenes profesionales y estudiantes, se experimentó con una solución más rápida pero muy efectiva: pintar rectángulos en el suelo y pedir a los ciclistas que aparcaran sin salirse de las líneas. Una iniciativa promovida por la asociación de ciclistas locales (Fietsersbond) y colectivos de personas con movilidad reducida que redujo la obstrucción de las aceras mejorando la convivencia urbana. Al plan de los rectángulos se le unió la eliminación de plazas de aparcamiento para coches, y ahora el barrio presume de un mejor equilibrio entre densidad y accesibilidad.

Los megaparkings cuentan con espacio disponible para las bicicletas compartidas.
Los megaparkings cuentan con espacio disponible para las bicicletas compartidas.

¿Y mi bici de carga?

Las bicicletas de carga, usadas por familias y profesionales, plantean un reto adicional debido a su tamaño y peso. Muchas no pueden usar los parkings tradicionales, y usuarios como Maya se las ven y se las desean para aparcar de forma segura. “Cuando llevo a mi hijo al centro”, nos cuenta, “me estresa pensar dónde voy a dejar mi bakfiets (bici con cajón delantero) sin ocupar un espacio incorrecto o que me multen”. Conscientes del problema, las autoridades ya destinan espacios específicos en la superficie, aunque la creciente demanda indica que deberán implantarse nuevas soluciones más pronto que tarde.

El modelo Rotterdam

Mientras que Ámsterdam se ha centrado en ofrecer gran cantidad de espacio de estacionamiento, Rotterdam ha priorizado la seguridad ante el robo. Se han habilitado (algunos de ellos, abiertos las 24 horas) locales comerciales como parkings públicos de bicicletas, y también cajas de almacenamiento con capacidad para cinco bicicletas por suscripción, y una llave compartida entre vecinos.

Foto: Vladimir Nikulin.
Foto: Vladimir Nikulin.

Sello de calidad

Para asegurar un buen aparcamiento, los Países Bajos cuentan con el sello FietsParkeur, una certificación de calidad establecida por la Stichting FietsParkeur que busca eliminar diseños deficientes y promover las mejores prácticas en infraestructuras ciclistas.

Entre sus características están unas rigurosas evaluaciones, una certificación que distingue entre espacios públicos y aparcamientos seguros y considera aspectos como la facilidad de uso o la durabilidad.