Ciudades

Los sistemas de bicicleta compartida en Ámsterdam

Pedalear en Ámsterdam es, además de un placer, una forma eficiente de recorrer la ciudad. Pero no todos tienen una montura propia o quieren cargar con ella en el tren, y es ahí donde entran en juego los sistemas de bici compartida. ¿Cómo funcionan? ¿Por qué sigue siendo un tema de candente actualidad?

Fue hace unos 25 años cuando Ronald Haverman, entonces gerente de innovación en ProRail, andaba dándole vueltas a un sistema para mejorar la movilidad de la última milla para quienes usaban el tren. “La gente solía coger el coche porque les permitía llegar de puerta a puerta”, cuenta Haverman a Ciclosfera, “pero yo veía un interminable flujo de coches en el centro de La Haya, donde vivía, buscando sitio para aparcar".

"Harto de la polución que salía de sus tubos de escape, me pregunté… ¿Qué pasaría si en cada estación de tren hubiera una bicicleta esperándote, fomentando así tanto el uso del transporte público como del ciclismo?”

OV-fiets es el único sistema nacional de bici compartida en los Países Bajos.
OV-fiets es el único sistema nacional de bici compartida en los Países Bajos.

El resultado fue el OV-fiets, el único sistema nacional de bici compartida en los Países Bajos. Presente en más de 300 ubicaciones, siempre junto a estaciones de tren o metro, permite alquilar las bicicletas (siempre de fabricación nacional) con una tarjeta de transporte personal, y aunque la suscripción es gratuita el uso diario implica un coste de 4,65€ al día, siempre que se devuelva en la misma estación (de lo contrario, el recargo es de 10 euros). En 2004, el sistema contaba con 11.000 suscriptores y 100.000 trayectos anuales, pero hoy son casi un millón de usuarios con más de seis millones de trayectos al año.

¿La clave del éxito? Su sencillez, y unos méritos que llevaron a Haverman a recibir una distinción real por su aportación a la sociedad. Desde 2008 la gestión del OV-fiets está en manos de NS (Nederlandse Spoorwegen), la empresa nacional de ferrocarriles. Son ellos quienes construyen los llamativos y gigantescos aparcamientos de bicicletas de las estaciones, repletos de máquinas amarillas y azules, y a los que han incorporado pequeños talleres de reparación que también pueden usarse para uso particular. Personalmente, y aunque tengo varias bicicletas propias siempre uso OV-fiets cuando viajo a otras ciudades: Rotterdam, Utrecht… Me encanta combinar el tren y este servicio cuando me desplazo. Los dos únicos inconvenientes son, a mi parecer, la dificultad de conseguir una máquina en Ámsterdam los días soleados y los fines de semana, y el no poder devolverla sin coste en una estación distinta a donde la cogiste.

Las empresas de alquiler consideran a la bici compartida una competencia desleal.
Las empresas de alquiler consideran a la bici compartida una competencia desleal.

Operadores privados

Pero OV-fiets no está sola, porque empresas privadas han desplegado distintos servicios complementarios. Baqme, por ejemplo, ofrece bicicletas de carga eléctricas, comenzó su actividad en 2021 en Rotterdam y exige que la recogida y la devolución sean en el mismo lugar (uno de sus empleados, Asaf, destaca lo importante que es analizar dichos lugares para seleccionar los más adecuados para cubrir las necesidades de los posibles clientes y ajustar la oferta).

Desde 2017, también llegaron a Ámsterdam distintos servicios de bicicleta compartida con sistema free-floating (sin una estación fija de recogida y devolución), que trajeron problemas como máquinas mal aparcadas y aceras ocupadas. El Ayuntamiento decidió retirar las licencias y establecer normas más claras, por lo que desde 2019 las bicis de estos operadores solo pueden aparcarse en puntos designados.

Baqme ofrece cargobikes compartidas.
Baqme ofrece cargobikes compartidas.

Louise Raclet, usuaria en Rotterdam de uno de estos sistemas (Donkey Republic), valora su flexibilidad. “Cuando llueve, suelo viajar en transporte público por la mañana, pero me gusta volver después en bicicleta”, asegura, “y esta modalidad me permite encontrar y devolver la bicicleta en el sitio que más me conviene”. Sin embargo, no todo el mundo está contento: las tiendas de alquiler, por ejemplo, consideran que estas empresas representan una competencia desleal, ya que ellas pagan elevados alquileres por un local mientras las otras usan el espacio público.

Un experimento del Ayuntamiento de Ámsterdam analizó durante tres años el uso de 900 bicicletas con sistema free-floating, y su conclusión en 2022 fue que el 75% de los usuarios eran turistas. Sin embargo, el mismo estudio deparó otras cifras en 2024, cuando los residentes ya representaban el 40%, lo que indica un cambio de perfil. La combinación de tren y bicicleta es también cada vez más habitual con esta propuesta, que sin embargo no mide de forma fiable hasta qué punto sirve para reducir el uso del coche particular.

El 75% de los usuarios de la bici compartida en Ámsterdam son turistas, según un estudio de 2022.
El 75% de los usuarios de la bici compartida en Ámsterdam son turistas, según un estudio de 2022.

Para profesionales y empresas

Cada día, se mueven por Ámsterdam unas 12.000 furgonetas, muchas de ellas cargando con muy poco material. Por eso, un experimento desarrollado por la Universidad de Ámsterdam, y parte del proyecto MoLo Hubs, llevó a crear el sistema Park + Switch, que permite aparcar esos vehículos en las afueras y completar la entrega en bicis de carga.

Pensado para pequeños negocios como fontaneros, pintores o técnicos, el programa busca reducir la entrada de vehículos pesados al centro de la ciudad y mejorar la agilidad del servicio de estos profesionales, y ha sido valorado por la responsable de tráfico de la capital, Melanie van der Horst, como “una solución real”.

La empresa tecnológica ASML desplegó, en colaboración con un proveedor privado, mil bicicletas compartidas dentro de su campus en Eindhoven. El objetivo es facilitar el desplazamiento dentro del campus, que tiene unos siete kilómetros cuadrados de extensión, y próximamente extender el servicio a la estación de tren para cubrir el tramo final hasta el trabajo.

Parking disuasorios y bici eléctrica

Desde hace ya un par de años, el Ayuntamiento de Ámsterdam ha incorporado bicicletas eléctricas compartidas en varios aparcamientos disuasorios. El sistema es sencillo: si aparcas el coche allí y lo combinas con el uso de bicicleta o transporte público, pagas menos por el aparcamiento (entre 6 y 13€ al día) y por el billete de tranvía o alquiler de la bici.

Si dejas tu coche en un aparcamiento disuasorio y lo combinas con una bicicleta o transporte público, te sale más barato el parking.
Si dejas tu coche en un aparcamiento disuasorio y lo combinas con una bicicleta o transporte público, te sale más barato el parking.

Por otro lado, se han desarrollado hubs de movilidad en distintos parkings dentro de la ciudad, un servicio que además de a los particulares también está empezando a interesar a las empresas con oficinas en el centro. Manuel Cayre, fundador de Mobian Global, nos cuenta cómo con una suscripción mensual las empresas pueden ofrecer una plaza de aparcamiento a sus empleados en cualquiera de estos lugares, para así poder acceder en tranvía, bus, e-bike o motocicleta compartida a su puesto de trabajo. “En un momento en el que la ciudad busca descongestionar el tráfico”, explica Cayre, “esto supone una muy buena alternativa a circular en la ciudad, buscar aparcamiento en la calle y pagar sus elevadas tarifas”.