Si se trata de apostar por la sostenibilidad, hay que dar ejemplo. Es lo que ha hecho la empresa estadounidense de coches eléctricos Tesla al decidir que pagará a los empleados de la marca que se desplacen en bici al trabajo.
Pero la decisión de Tesla esconde un problema real: la falta de aparcamiento en las instalaciones de la firma en Palo Alto (California). Y es que el edificio cuenta con un párking de 4.500 plazas cuando en su interior trabajan 6.000 personas. Una situación que ha llevado al colapso del mismo.
En busca de alternativas
El jefe de la compañía, Elon Musk, ha llegado a declarar que el aparcamiento se está volviendo una de sus mayores pesadillas para la compañía, de ahí que se hayan decidido a incentivar fórmulas alternativas al coche particular, como el uso del coche compartido, el transporte público o, claro está, la bicicleta. Eso sí: aún no ha trascendido la cantidad extra en su nómina que percibirán los empleados que decidan cambiar el volante por los pedales.
Tesla no es la primera empresa que decide bonificar a los empleados que decidan ir en bici al trabajo. Desde diciembre de 2015, Francia cuenta con una ley que estipula que los que lo hagan recibirán hasta 200 euros al año por pedalear hasta su empresa. Lo mismo ocurrió en localidades como la italiana Massarosa. En España, Liberty Seguros puso en marcha una iniciativa similar.
Los datos parecen dar la razón a todas estas compañías: según una encuesta realizada en 2014 por Glass Roots*,* un 63% de los españoles se desplazaría en bici al trabajo si su empresa le ayudase a comprarla.