Cultura ciclista

Desde el fin del mundo: en bicicleta por Ushuaia con Abel Sberna

Para Abel Sberna, salir a dar una vuelta en bici supone recorrer los increíbles paisajes que dibujan el fin del mundo. Ciclista urbano y cineasta, Sberna nos cuenta cómo es pedalear en su ciudad, Ushuaia, en el extremo sur de Argentina… y el planeta.

¿Cómo es Ushuaia?

Un lugar único. Está en una colina y, a un lado, tienes la montaña Martial, y al otro el Canal Beagle. Ushuaia está en una isla, Tierra del Fuego, y creo que nuestro estilo de vida es distinto al de cualquier otro lugar del planeta. Las distancias son enormes y, a apenas mil kilómetros de la Antártida, el clima es extremo. En resumen… ¡Vivir aquí es todo un desafío!

¿Cómo resumirías ese estilo de vida tan particular?

Viene marcado por una relación, muy íntima, con el entorno natural. Ushuaia está rodeada de bosques y, a diez minutos pedaleando, estás en medio de un bosque, un glaciar o la playa. La vida silvestre interactúa con nosotros y es tan habitual ver ballenas en el mar como cruzarte con un león marino o un pingüino en la ciudad. Y, claro, después está el clima. En plena primavera puedes empezar el día con sol y terminarlo cubierto de nieve. O que, sin previo aviso, haya un viento de 100 kilómetros por hora.

"La vida en Ushuaia viene marcada por una relación muy íntima con el entorno natural: la vida silvestre interactúa con nosotros y es tan habitual ver ballenas en el mar como cruzarte con un león marino o un pingüino en la ciudad".

Pronunciar la palabra Ushuaia tiene un componente mítico. Suena a lugar lejano, casi virgen…

Por desgracia, en las últimas décadas su tamaño y población han crecido mucho. También su ritmo de vida: la somos más de 100.000 personas y vivimos con mucha intensidad. Mucha gente llega, mucha se va, hay muchas cosas por hacer y tenemos una dualidad muy grande entre la urbe y la naturaleza virgen.

Háblanos un poco de ti.

Nací hace 38 años en Ushuaia y, aunque viví durante un tiempo en Córdoba (Argentina), he pasado la mayor parte de mi vida aquí. Tengo mujer y una hija de nueve años, soy realizador audiovisual y fotógrafo y formo parte de Manekenk, una asociación que defiende el medio ambiente.

Y, lo sabemos, ¡eres un loco de la bicicleta!

Así es. La bici ocupa dos espacios importantes en mi vida: por un lado está el deporte, el ocio, y por otro es mi medio principal de transporte. Hace diez años dejé de fumar, empecé a cuidar mi alimentación y aposté por moverme en bicicleta: pasaba horas sentado, editando vídeos, y con la bici encontré una actividad perfecta. Ahora cualquier excusa es buena para salir a pedalear y, si hoy hago diez kilómetros, mañana intento hacer veinte.

"En Ushuaia no hay carriles bici, no hay cultura ciclista, todo gira en torno al coche y la gente piensa que, con este clima, es difícil usar la bici".

¿Cómo es moverse en bici en Ushuaia?

No hay carriles bici, no hay cultura ciclista, todo gira en torno al coche y la gente piensa que, con este clima, es difícil usar la bici… pero no lo es. Las características geográficas no ayudan, porque la ciudad está llena de cuestas, pero puedes acostumbrarte. Además, el activismo está creciendo, y el trabajo de personas como Gabriel Manrique, demandando infraestructura, está siendo fundamental.

Dices que, pese al clima extremo, no es tan difícil usar la bici...

Yo lo hago todos los días del año, aunque en invierno nieve mucho o haga frío. En realidad, basta con abrigarte bien, ponerte el gorro y los guantes y poner atención para no caerte. En mi caso, me gusta salir de la zona de confort y estar en contacto con los elementos: si pasas media jornada sentado en una oficina, el poder pedalear bajo la nieve o el sol te da toda la energía para encarar mejor el día.

Estando tan en contacto con la naturaleza, es obligatorio preguntarte por la degradación del medio ambiente y el calentamiento global.

Uf… ¡es un tema sobre el que podríamos hablar todo el día! Es algo que, en efecto, aquí sufrimos con mucha fuerza: vemos retroceder los glaciares casi en directo, y algunos de ellos ya han desaparecido en apenas veinte años. Las temperaturas son más altas de lo normal, nieva menos… Para mí es una preocupación enorme, un gran compromiso, y algo que tiene mucho que ver con la movilidad y, precisamente, el apostar por la bicicleta.

Cruzando Tierra de Fuego

"Si venís a pedalear por aquí", nos dice Abel, "os llevaría al sendero de Estancia Túnel, un camino de diez kilómetro que cruza el bosque andino patogénico costero y te lleva hasta Río Encajonado, un lugar maravilloso". Y, para los amantes de la carretera, Abel nos propone un viaje muy especial: recorrer el Trayecto del Parque Nacional Tierra de Fuego, donde empieza (o termina) la carretera Panamericana, que cruza todo el continente a lo largo de unos 18.000 kilometros. "Es frecuente encontrarte con cicloturistas que llegan, por ejemplo, desde Canadá", asegura Abel. "Me encantaría hacerlo: viajando en coche no ves nada, mientras que pedaleando conoces lugares descubriendo cosas maravillosas".

Y, para comer... ¡centolla!

Después de recorrer los increíbles lugares que rodean Ushuaia, Abel nos llevaría a comer… ¡centolla! El crustáceo, que también se consume mucho en España, es el plato tradicional ushuaiense y se cocina de múltiples formas. "Para acompañarlo", cuenta Abel entusiasmado, "os recomendaría alguna de las maravillosas cervezas artesanales de aquí. ¡Mi favorita es la Beagle!"