Cultura ciclista

'Delante, detrás, ahora' (editorial de Ciclosfera #48)

Ciclosfera #48 (verano de 2024) es, como todos nuestros números, una revista muy especial. Pero quizá todavía más: la primera parte del año ha sido muy, muy intensa, pero hemos salido mas que airosos y con muchas lecciones aprendidas. Lo resumimos en este editorial (Ilustración: Álvaro Valiño).

Claro que podemos encontrar motivos para el pesimismo, pero no vamos a recordarlos aquí porque debes tenerlos a mano. Es más: ya se ocuparán otros, muchas veces en su propio beneficio, de transmitírtelos. El miedo y la frustración se contagian. Son formas casi insuperables de dirigirnos sibilinamente a determinados, lamentables e inhumanos lugares.

Pero lo que toca y queremos decirte aquí es todo lo contrario. Hay muchos motivos para la felicidad y el optimismo, y lo decimos con conocimiento. Empezamos el año con incertidumbres pero hemos llegado al verano exultantes. Temíamos un frenazo comercial pero no paramos de encontrar proyectos e infinitas oportunidades. Vivimos cambios políticos que afectaron a la planificación pero hemos comprobado que la bici es un vehículo de unión y consenso. Y a nivel personal también hemos tenido dudas, miedos, malas noticias, pero sería absurdo, poco estimulante e hipócrita vivir siempre instalados en la satisfacción y la fe.

Benditos cambios, problemas, incertidumbres y retos. Benditos los nuevos caminos que sacuden y hasta volatilizan estructuras que dábamos por supuestas.

Sin saber muy bien por qué, veníamos preparándonos para las dificultades. Habíamos dejado de mirar solo al frente para detenernos un poco, contemplar lo que teníamos alrededor y valorar lo pasado. Llegaron, llegan y llegarán problemas, retos, dificultades, desgracias y cambios inesperados. Estaban agazapados, pero nos encontraron armados.

Benditos cambios, problemas, incertidumbres y retos. Benditos los nuevos caminos que sacuden y hasta volatilizan estructuras que dábamos por supuestas. Perder cosas implica, además de despedirlas, agradecerlas. Y tener que estar listo para sustituirlas por otras que quizá sean aún mejores.

Quizá lo importante sea que la base, el propósito, sean firmes. Montar en bici, hablar de ciclismo, lo es. Implica congraciarse con el mundo y uno mismo. Nos enseña sacrificios, luchas, convicciones que aplicar en otros ámbitos. Recibir golpes es una sacudida de energía: bien aprovechada, te hará más fuerte. Reconcíliate contigo, con los demás, con el mundo. Aquí estás. Aquí seguimos. Aprovechémoslo juntos.