¿Qué haces en Ciudad de México?
Estudié artes y humanidades en mi ciudad natal, Oaxaca, pero vine aquí a terminar la carrera y, después, empezar otra: veterinaria Es duro: el arte permite usar 30.000 palabras para explicar una sola cosa, mientras que la ciencia busca todo lo contrario. ¡Pero me gustan los retos!
¿Cómo empezaste a moverte en bici?
Según llegué a CDMX lo intenté, pero tuve un accidente y regalé mi bicicleta. Años después atravesé un proceso sentimental algo complicado: estaba muy triste, muy deprimida, sentía que tenía mucha energía dentro que no sabía canalizar y aposté por volver a pedalear. Encontré un grupo de ciclistas en Strava, conseguí una single speed y, poco después, estaba recorriendo con ellos rutas de más de cien kilómetros. ¡Mi ánimo cambió por completo!
"Atravesé un proceso sentimental algo complicado: estaba muy triste, muy deprimida, sentía que tenía mucha energía dentro que no sabía canalizar y aposté por volver a pedalear. ¡Es mejor que te duelan las piernas a que te duela el corazón!"
Rutas de más de cien kilómetros en single speed… ¡casi nada!
Tenía mucha energía y… ¡Mejor que te duelan las piernas a que te duela el corazón! Creo que la bici fue la mejor terapia: me permitió relajarme, pensar en mis problemas, conocer mi cuerpo y, claro, superar cualquier límite mental. Superando desniveles y sumando kilómetros te das cuenta de que muchas de las cosas que parecían imposibles de superar están a tu alcance.
Háblanos un poco de tu bici…
La amo: es una máquina muy especial para mí. Era de mi hermana, pero tuvo un accidente, se fracturó la clavícula y, al tener que dejar de usarla mucho tiempo, me la prestó y finalmente me la regaló. Es una bicicleta muy usada, con muchas soldaduras y no demasiado cómoda… Pero nos hemos adaptado la una a la otra. El hecho de que sea single speed me permite llevar siempre mi propio ritmo, te curte y te enfrenta a desafíos que, con paciencia y convicción, puedes superar. La bicicleta no hace al ciclista: ayuda mucho, pero con cualquier bici, piernas y voluntad llegarás a cualquier lugar.
"Ciudad de México ha experimentado ciertos avances en cuanto a movilidad, pero queda mucho por mejorar"
¿Cómo es moverse pedaleando por CDMX?
La ciudad ha experimentado ciertos avances en lo que respecta a la movilidad, algunas de las ciclovías provisionales creadas por la pandemia se han hecho permanentes… Pero hay mucho, mucho que mejorar. Es muy habitual, por ejemplo, encontrarse autos o puestos estacionados en medio de la ciclovía, y falta mucho civismo y respeto hacia los peatones o los ciclistas.
¿Es más complicado ser ciclista urbana siendo mujer?
Puede ser… Pero creo que, al menos, es más raro que te agredan físicamente. Cuando un ciclista le dice algo a un automovilista pueden pasar cosas muy feas así que, cuando voy con algún amigo, prefiero ser yo la que proteste si nos hacen algo. Me gusta defender nuestra voz: tomarles fotos si cometen alguna infracción, amenazarles con subir sus datos a las redes sociales… Moverte en bicicleta es una lucha constante por recuperar el espacio público.
"Para difundir el ciclismo urbano hay que tener mano izquierda, y mostrar sus ventajas siendo analítico, cortes e inteligente"
Tienes 29 años… ¿cómo se lleva la gente joven con la bici?
Soy optimista. Pero considero fundamental el mostrar y explicar sus ventajas con mano izquierda: a la gente hay que invitarla, no obligarla. En otras épocas, era frecuente que algunas marchas ciclistas terminaran con cierta violencia, pero creo que ese no es el camino: hay que ser analítico, cortés, inteligente. Si les hablas a la gente y a los automovilistas con educación y simpatía será más fácil romper sus prejuicios.
Si ahora pudiésemos salir a rodar… ¿por dónde nos llevarías?
Si estáis con mucha energía, a Texcoco: es un lugar maravilloso con mucha naturaleza, ruinas, ríos, cascadas y un pueblo tradicional en el que todavía te cruzas con gente moviéndose a caballo. Otro día iríamos a la tercera sección del Bosque de Chapultepec, un lugar perfecto para perderse con algo de comida y bebida y relajarse escuchando música. Si, además, llevamos unas bicicletas para el campo… ¡podemos vivir una buena aventura! Y, por último, a Xochimilco: un sitio increíble con canales donde descubriréis las chinampas, un increíble sistema de agricultura tradicional.
¿Ha servido la pandemia para cambiar algo?
La verdad es que esta nueva normalidad ni me gusta… ni me parece demasiado nueva. Es muy frustrante vernos volver a las viejas dinámicas y, además, sumarle toda la confusión que implica el covid-19. En general, veo la misma dinámica que antes, con una nueva tensión adicional.
Sin embargo, pareces feliz. ¿Cuál es tu secreto?
No es fácil, porque cada día recibimos un bombardeo de malas noticias. La economía, los desastres naturales, el cambio climático… Las condiciones laborales, por ejemplo, son cada vez peores, y la gente de mi generación ya casi ni sueña con tener unos derechos dignos. Pero, pese a todo… Intento ver lo que tengo y dar gracias por ello. Vivir en un lugar que me gusta, tener una familia y amigos, mis animales, la bici… Solo el poder respirar ya me quita algo de enojo e impotencia.
Y, cuando no estás sobre una bici… ¿Qué haces?
Aprovecho para estar en casa, con mi hermana, rodeada de animales y haciendo las tareas del hogar. No suena muy apasionante pero… ¡me gusta! Me encanta también leer, sobre todo novelas históricas, y explorar nueva música. ¡Mandadme recomendaciones, me encanta descubrir cosas nuevas!