Ciudades

“Es duro ver cómo se ataca a la bicicleta para conseguir unos votos” (Belén Calahorro)

Licenciada en Derecho, Belén Calahorro Lizondo es uno de los rostros más reconocibles del activismo ciclista en Valencia. Presidenta del Aula de la Bici ocupa, desde el pasado septiembre, el puesto de Coordinadora de la Agencia Municipal de la Bicicleta de Valencia, motivo por el que ahora la entrevistamos.

¿Qué implica este cargo dentro del Ayuntamiento de Valencia?

La Agencia Municipal se creó en la legislatura anterior, a solicitud de València en Bici, pero hasta la presente legislatura no se puso en marcha. Tras un proceso de selección por méritos fue nombrado responsable Óscar Giménez, pero abandonó el puesto y yo, como segunda en dicho proceso, he sido la elegida. Tanto el puesto como la Agencia son estables, pero podrían no ser mantenidos en cualquier momento.

¿Qué se valoraba en ese proceso de selección?

Experiencia relacionada con la movilidad y la bicicleta. En mi caso, llevo años trabajando en estos temas, especialmente en formación. Para el puesto no se buscaba un perfil técnico, sino una persona que pudiese realizar una función más transversal, para lo que se necesitaba, desde luego, experiencia en el tema. Es complejo crear puestos así en un ayuntamiento, y desde luego no hay mucha costumbre en que los ocupen perfiles tan genéricos, pero creo que es una apuesta muy interesante.

El que sea transversal implica, imagino, el tener que “pegarse” con mucha gente…

Sí, porque tengo que ocuparme de cosas muy diferentes. Por ejemplo, de hablar con jardineros del ayuntamiento para que poden árboles que molestan en un carril bici, asistir a reuniones de la Red de Ciudades por la Bicicleta o dialogar con responsables de tráfico o movilidad.

No suena sencillo.

Es complicado trabajar en la administración de una ciudad tan grande, con distintos proyectos que conciernen a varios departamentos. Es muy interesante intentar aunar los esfuerzos de departamentos distintos, pero también es duro ver cómo se ataca la bicicleta, y con ella a la movilidad sostenible, como herramienta política para conseguir unos votos. Determinados partidos y medios de comunicación se están posicionando con fuerza en contra de la infraestructura ciclista, lo que nos exige impulsar, con todavía más fuerza, un cambio cultural. ¿Retos? Muchísimos… Que haya más personas trabajando en la agencia, que se creen cargos estables que se valore el trabajo a realizar, y hacer que Valencia sirva de ejemplo para que otras ciudades ven que este tipo de acciones son necesarias.

Belén Calahorro.
Belén Calahorro.

¿Qué acciones inmediatas se están tomando?

Ahora mismo, por ejemplo, mejorar la información procedente del centro de gestión de tráfico, para hacer más visibles los desplazamientos en bici y, por extensión, que se faciliten. En Valencia se ha trabajado mucho para dar fluidez al tráfico motorizado pero, también, se le ha dedicado mucha tecnología, lo que ha propiciado la creación de un centro de información muy avanzado. Uno de mis retos es que eso permita gestionar datos ciclistas, y que estos sean accesibles a los que van en bicicleta. Para facilitarlo se están poniendo contadores en distintos puntos de la ciudad, y a través de estrategias Smart City seguir dando pasos en este sentido.

A lo largo de estos meses… ¿qué has aprendido?

Algo que ya imaginaba: lo difícil que es trabajar dentro de la administración. El que haya tanta gente implicada es bueno, pero también exige muchos protocolos, y es difícil solventar situaciones que exigirían mucha más inmediatez. Una de las cosas que más me gusta, sin embargo, es poder conocer a mucha gente nueva, a gente del Ayuntamiento con la que voy descubriendo hasta qué punto empatizan con la bicicleta o la tienen cierto rechazo.

“Copiar ciudades perfectas es muy complejo, tenemos que fijarnos en el ejemplo de Barcelona o Sevilla”

¿A qué ciudades, españolas o extranjeras, debe parecerse Valencia?

Además de a los ejemplos típicos, como Copenhague, o Amsterdam, te citaría varias ciudades pequeñas de Holanda o Bélgica. A nivel español, estoy recabando mucha información de Bilbao, San Sebastián o Vitoria. Para muchas cosas, Barcelona es un referente, al igual que Sevilla. Copiar la perfección es muy complejo, pero tenemos que mirar el caso de ciudades que llevan más tiempo trabajando que nosotros y cuyo ejemplo nos puede servir de mucho.

Y, sin embargo, Valencia ha cambiado, y parece que la bicicleta va calando.

El uso de la bicicleta no ha parado de crecer, aunque hayan surgido otros vehículos como los patinetes, que por cierto por mi parte también son bienvenidos. Insisto: lo más negativo es ver cómo se usa, cómo se politiza, la movilidad sostenible. Espero que los avances conseguidos no se puedan revertir… Y no lo creo. Partidos como el PP, que dicen que van a eliminar carriles bici, fueron los mismos que propusieron muchas de las infraestructuras que se han realizado. Muchas de ellas fueron fijadas en la legislatura anterior. Muchas de ellas, además, se han realizado con fondos de la UE, y sería difícil justificar que ahora se eliminasen. Creo que en el fondo son solo argumentos barajados en época de elecciones, porque, si renunciaran a la bicicleta, no sé cómo iban a eliminar los muchos problemas de movilidad que vivimos.

¿Qué puede esperar Valencia, en materia de movilidad ciclista, para este año?

A día de hoy hay cuatro o cinco carriles bici construyéndose en grandes avenidas de la ciudad. Estamos trabajando mucho en cuanto a aparcamientos, tanto mejorando su seguridad como instalando horquillas en distintos barrios de la ciudad. Avanzamos, como te decía antes, a la hora de actualizar y facilitar datos de uso de la bicicleta. Y luego hay campañas, como el Bicifest o la Semana de la Movilidad, de los que iremos informando.

¿Qué falta en Valencia, y en general en España, para que de verdad crezca el ciclismo urbano?

Cambiar la cultura, tan asentada, del uso del vehículo privado a motor. La mayor parte de la población está convencida de que es mucho mejor moverse en coche. La bici es vista como algo incómodo, y es porque no lo han probado. Tenemos que lograr que más personas prueben la bicicleta, que conozcan sus posibilidades. Y a niveles organizativos… Hay todo un mundo de necesidades. En todos los niveles de la administración sería necesario contar con personas trabajando en mejorar la movilidad, pero no se produce en la mayoría de casos.