Primero fueron dos empresas, después unas cuantas más, y ahora son muchos los negocios directamente vinculados con la bicicleta que han surgido en Valencia en los últimos años: talleres, tiendas, casas de alquiler, empresas de guías turísticos, fabricantes, importadores, exportadores, mensajeros, empresas de logística y reparto, etc.
Además de esto, prácticamente todos los hoteles de la ciudad ofrecen la posibilidad a sus huéspedes de alquilar una bicicleta para conocer la ciudad de una forma práctica, sencilla y limpia. No obstante, el dato más interesante es el sobresaliente aumento que ha supuesto el uso cotidiano de la bicicleta en nuestra ciudad. Aumento que ha venido acompañado de otras formas de movilidad personal como son los patinetes (con y sin motor) y los triciclos adaptados para diversidad funcional. Podemos decir que se han pulverizado todas las marcas posibles respecto al uso de la bicicleta en la ciudad con porcentajes que pueden llegar en su picos altos hasta el 12% del total de los desplazamientos diarios. Cierto es que este incremento se debe en buena medida a los miles de desplazamientos ciclistas generados por una ciudad universitaria de primera magnitud con sus campus distribuidos por toda ella. No conviene olvidar que la comunidad educativa es posiblemente la que más movimientos ciclistas aporta a la ciudad.
“Algunos sectores están alentando un obsesivo discurso de rechazo a la movilidad sostenible”
Sin embargo, y a pesar de esta brisa imparable de aire limpio fruto de unas políticas que han sabido atender las demandas sociales por una ciudad más saludable (recordemos los demoledores datos de la OMS sobre la contaminación), algunos sectores políticos, mediáticos, gremiales y vecinales están alentando un obsesivo discurso de rechazo a la movilidad sostenible y por tanto a la bicicleta. Lanzando “argumentos” sin fundamento, piden que se eliminen carriles bici que funcionan a la perfección; gritan; se enfadan; inventan sin rubor y manipulan hasta el extremo las informaciones e incluso se atreven a contradecir conceptos que son materia de estudio y evidencia científica. Creen tener razón solo porque gritan más alto y con más medios, pero están profundamente equivocados, a nuestro juicio.
“La bicicleta no es el problema, es parte de la solución”
Por fortuna, nuestra sociedad no es la misma ahora que la de finales de los ochenta y principios de los noventa, cuando algunos grupos políticos retrógrados se dedicaban con saña a satanizar cualquier iniciativa relacionada con la bicicleta. Hoy día, la bicicleta ha ganado y su uso masivo es la mejor forma de demostrar una realidad que algunos nostálgicos se empeñar en secuestrar y en sabotear por puro interés electoral.
Se lo diremos una vez más, señores de Ciudadanos y del PP: la bicicleta no es el problema, es parte de la solución. Por favor, dejen de hacer política de pandereta a nuestra costa y recuerden que Valencia es una ciudad europea del siglo XXI que se merece un presente y un futuro mejores. No sean ustedes parte del problema.