La vida es una cadena de bicicleta que no deja de dar vueltas. Esta imagen del “tiempo en movimiento” es la que presenta el artista surcoreano Young-Deok Seo usando precisamente eso, cadenas de bicis, en sus esculturas humanoides. "Algunas las encuentro en vertederos; otras se las pido a las fábricas y también utilizo partes rotas usadas en carreras de competición", explica a Ciclosfera, a través de su correo electrónico, Seo.
El hombre-máquina
En su propuesta, la cadena de la vida industrializada ha aplastado al hombre: "Veo una especie de hombre-máquina a través de las cadenas. Ellas hacen su trabajo sin quejarse, aguantan, hasta que se rompen. Hoy en día el ser humano no disfruta de su vida: sólo la soporta. Las personas no se expresan, se reprimen. Puedes considerar cada eslabón de la cadena como un eslabón de angustia".
Por eso, sus esculturas parecen todas tristes, pensativas, solitarias, desorientadas o rotas. Por eso, aunque reconoce que, "normalmente conduzco y sólo utilizo la bici en los días soleados", el surcoreano alaba las bondades de ir dando pedales en una ciudad, Seul, en la que viven más de 10 millones de personas.
Sus esculturas parecen tristes, pensativas, solitarias, desorientadas o rotas.
"Cada vez más gente", explica, "la está utilizando aquí también. Yo voy en una Fuji Absolute: no es muy lujosa, pero me apaño con ella. En mi opinión, es un buen ejercicio para el mundo actual, en el que todo el mundo está tan ocupado; te da libertad y, además, es bueno para el medioambiente".
Trabajar con fuego
El artista ha realizado varias exposiciones individuales, como Modern Times (2009), Dystopia (2011) o Chaos (2014), que se pudo ver en la Opera Gallery de Hong Kong. Una exposición, esta última, en la que mostró a "seres humanos aguantando y resistiendo en una época del caos". Algo perfectamente aplicable al momento actual que vive la humanidad. Posteriormente ha expuesto en lugares tan emblemáticos como la Opera Gallery de Londres (2018) y, más recientemente, en Dubai, el pasado mes de junio. La plaza de Grosvenor Square, en Londres, acoge desde el pasado mes de octubre una de sus inconfundibles cabezas, como parte de una exposición al aire libre de la propia Opera Gallery.
El coreano también reconoce ser feliz por poder, a través de la escultura, dotar de vitalidad a algo que se ha quedado sin uso". Para moldearlo utilizo fuego. Es fascinante trabajar con metal usando fuego“, confiesa. El resultado son esculturas de hierro y acero en las que emplea hasta 300 metros de cadena, "pudiendo pesar cada obra entre 50 y poco más de 100 kg".
En lo alto del mundo
En el convulso panorama artístico (y económico) actual, la obra de Young-Deok Seo está en alza: es parte de colecciones en Italia, Turquía, India y, por supuesto, Corea del Sur. "Por suerte, atrae a un amplio abanico de coleccionistas", explica su representante, Anna Kim. "Desde particulares hasta propietarios de grandes compañías se han mostrado interesados: la idea de utilizar excedentes de la industria es estupenda". Una obra suya puede llegar a venderse por 20.000 dólares (casi 15.000 euros), asegura la propia Anna Kim.
Cada obra de Young-Deok Seo puede pesar entre 50 y 100 kilos.
Para despedirse, Young-Deok Seo recuerda su primera bicicleta: ·Me la regalaron mis padres en Segundo de Primaria", rememora, "y montaba mucho con mis amigos. Lo pasábamos muy bien y, cuando iba en ella, me sentía en lo alto del mundo". ¿Será esa una explicación freudiana de por qué centra su obra actual en cadenas de bicicletas? Dando vueltas, y más vueltas, Seo no ha querido confesarlo.