Prueba del casco Met Mobilite MIPS: cabeza y corazón

Vocación urbana. Esa es una de las grandes aspiraciones de Ciclosfera: reflejar y compartir las grandes historias de la cultura ciclista, pero siempre con un ojo bien atento a todo lo que tenga que ver con la bicicleta y la ciudad. ¿Por qué? Ya lo sabéis: porque, sobre todo, nosotros nos movemos en bicicleta. La bicicleta para nosotros no es una forma de hacer deporte… sino de vivir.

Expertos (muy expertos) en cascos

Precisamente de eso, de seguir viviendo y pedaleando, va nuestra prueba de hoy. Porque probamos bicicletas, mochilas, accesorios de todo tipo… y cascos, como en este caso. Un casco concebido, además, para rodar por la ciudad. Por su diseño. Por su comodidad. Y, claro, por su propia filosofía, repleta de pequeños detalles que muestran, claramente, que fue concebido por y para los ciclistas urbanos. Hablamos del Met Mobilite MIPS, uno de los productos estrellas de la marca Met, auténticos especialistas en cascos.

Met nació hace más de 25 años, y presume de tener una misión: la de crear diseños icónicos que generen confianza y, además, mejoren la experiencia de pedalear. Y algo más: la marca, cuyos modelos están “diseñados y desarrollados en Italia”, está centrada en un producto, los cascos. Los cascos ciclistas, en concreto, porque aunque en su gama se puedan encontrar modelos concebidos para otras disciplinas lo cierto es que la bicicleta es el eje en torno al que se conciben sus productos.

Lo primero que sorprende al coger el casco Met Mobilite MIPS es su ligereza y tacto excepcional

El analizado hoy es uno ubicado en su gama urbana (hay que recordar que hay un apartado especial de la marca, los Bluegrass, desarrollados específicamente para enduro, descenso o BMX), más en concreto el Met Mobilite MIPS. Como buen accesorio concebido para el día y todo tipo de público, para empezar está disponible en cinco colores: azul, rojo metálico, negro, gris y un llamativo amarillo chillón que fue el que hemos usado durante semanas. Que te atraiga más un tono que otro es, claro, cuestión de gustos, pero lo que es indudable es que, si se trata de ser visible, nuestro Mobilite MIPS es el mejor y más llamativo. Y esa es solo una de sus virtudes…

Porque, está claro, otro aspecto que llama la atención en cuanto lo coges por primera vez es su ligereza. Fabricado en policarbonato en molde, con revestimiento de EPS, es destacable lo poco que pesa, algo que sin embargo no es incompatible con la sensación de calidad que transmite. Porque ya antes de ponérnoslo, solo tocar la superficie del casco es agradable: el acabado de la pintura es impecable, y el tacto de cada una de sus partes desprende solidez, algo que, insistimos, no es incompatible con la ligereza que se percibe tanto en nuestras manos como en nuestra cabeza.

Ese es, claro, el lugar donde debe estar el Met Mobilite MIPS cada vez que salgamos a pedalear. Encontrar el ajuste perfecto es inmediato: el Met cuenta con un cinturón para la cabeza que, con una rosca trasera, adapta el casco a la anchura de nuestra cabeza. Y hay algo más: no soy una persona particularmente hábil ni paciente a la hora de encontrar el ajuste de las correas, pero con el Met me han bastado unos segundos para tener la longitud perfecta para que se enganchara de mi barbilla. Y hay algo más, que uno no siempre encuentra en un casco: desde el primer momento la comodidad es plena. Máxima. Qué demonios… ¡con lo ligero y adaptable que es, simplemente, uno no siente ni que lleva un casco encima!

El enganche de esa correa para la barbilla es magnético y rápido de “atar”. La superficie en contacto con nuestra cabeza está muy acolchada pero, lejos de molestar o agobiar, apenas se percibe. Por supuesto, todos los materiales son fácilmente lavables a mano. Y hay varios guiños muy dirigidos al ciclista urbano, como la tira reflectante en la parte posterior. Pero, sobre todo, es importante el conjunto, el protector patentado MIPS que, al permitir un cierto movimiento del casco sobre la cabeza en caso de accidente, reduce el daño. La visera frontal que, para los que no la necesiten, se puede desmontar en cuestión de segundos.

¡Que te vean!

Y, por supuesto, queda la luz trasera, fundamental para desplazarnos por la noche con la máxima seguridad. Desde luego, se nos ve… y mucho: el Met Mobilite MIPS tiene cuatro luces rojas LED con un doble modo, fijo o con parpadeo, que desde luego logra que cualquiera con un poco de vista nos vea desde la distancia. Esas luces van integradas en una pequeña pieza de plástico muy fácil de unir o separar del casco, y con un diseño que permite un muy fácil acceso a la hora de cambiar las baterías, algo que según la marca habrá que hacer cada, aproximadamente, 60 horas. Hemos de decir que nosotros lo hemos usado durante dos meses, casi a diario, y no hemos tenido que hacerlo, pese a que llevábamos la luz encendida tanto de día como de noche.

Esos acabados, el tacto que desde el primer al último día proporciona este modelo, es lo que más nos ha gustado de este Met Mobilite MIPS. La enorme sensación de calidad, de suavidad, de confort que transmite cada una de sus partes. Son muchos los productos que pasan por nuestras manos, pero verdaderamente no son tantos los que nos impactan por la ergonomía y cómo saber conjugar la eficiencia con la satisfacción. ¿El resultado? Un producto muy, muy interesante, con un precio recomendado de 100 euros que nos ha parecido justificado por la seguridad que transmite pero, sobre todo, por la comodidad e incluso placer que genera el usarlo cada día. Seguros, cómodos… ¿qué más se puede pedir?