Que el número de bicicletas no para de crecer en todo el mundo es un hecho indiscutible. Así te lo venimos contando en Ciclosfera. Ahora, un nuevo estudio parece confirmar esa tendencia, e incluso la lleva un paso más allá. La consultora Deloitte, una de las más reputadas a nivel internacional, ha analizado la movilidad urbana en un ambicioso estudio para concluir que, en muy poco tiempo, las bicis van a jugar un papel esencial en los próximos años para aliviar la congestión del tráfico y mejorar la calidad del aire urbano y la salud pública. Lo harán, especialmente, en las ciudades más pobladas del globo.
En sólo dos años se duplicará el número de personas que se desplacen en bicicleta al trabajo
En el estudio, llamado ‘Technology, Media, and Telecommunications Predictions 2020’, Deloitte arroja datos muy interesantes: en sólo dos años, en 2022, el número de personas que se desplacen en bicicleta hasta su puesto de trabajo se duplicará. Eso se traducirá en un notable incremento del número de bicicletas en las carreteras y, en consecuencia, menos vehículos privados a motor, lo que mejoraría de manera sustancial la congestión y la calidad del aire.
Según los responsables del estudio, todo esto se vuelve aún más crucial si se considera el crecimiento futuro de la población, especialmente en ciudades cuyos sistemas de transporte ya están siendo llevados al límite. El estudio asegura que 2.500 millones de personas vivirán en ciudades para 2050. Para poner este dato en perspectiva, conviene recordar que, en 2018, vivían en ciudades aproximadamente 1.700 millones de personas, según la ONU.
El estudio también señala que el drástico crecimiento en la bicicleta, especialmente para desplazarse hasta el trabajo está siendo impulsado en gran medida por las innovaciones tecnológicas en la industria de la bicicleta, que hacen que pedalear cada vez más sea más fácil y más atractivo para muchos.
“Detrás de este crecimiento en el ciclismo hay una serie de innovaciones tecnológicas diversas, que incluyen análisis predictivo, diseño de productos y aplicaciones, conectividad inalámbrica, herramientas digitales de planificación urbana, piezas impresas en 3D y electrificación”, señala el estudio, que cita mejoras tecnológicas como “la variedad de aplicaciones para teléfonos inteligentes con las que planificar rutas más seguras, la impresión 3D, que está posibilitando la fabricación de mejores cascos, o la generalización de las bicicletas compartidas”. Una realidad que provoca que los urbanistas “tengan más datos que nunca para desarrollar calles más seguras y amigables para las bicicletas”.
Entre 2019 y 2023, el número de e-bikes pasará de 200 a 300 millones
En todo este fenómeno, el papel que juegan las bicicletas eléctricas es fundamental. Tal y como hemos contado en Ciclosfera, se prevé que el mercado europeo de e-bikes se triplique en los próximos cinco años. De hecho, en países como Bélgica ya se venden más bicicletas eléctricas que tradicionales, en un fenómeno que los expertos creen que se reproducirá en otros países. Según los cálculos de Deloitte, se espera que el número de bicicletas eléctricas en el mundo aumente entre 2019 y 2023 de 200 millones a 300 millones.