Cultura ciclista

¿Qué provocan en nuestra salud los gases que falseó Volkswagen?

Las grandes cantidades de óxido de nitrógeno (NOx) que emitieron los 11 millones de vehículos modificados por la firma automovilista alemana Volkswagen suponen un grave riesgo para la salud.

No se trata de especulaciones. No hace falta poner ‘presuntamente’ delante. La propia Volkswagen ha reconocido ya que sus vehículos diesel emitieron 40 veces más de lo que la empresa certificaba a través de sus sistemas de control. En concreto hablamos de óxidos de nitrógeno, (NOx), que se producen en la combustión a altas temperaturas, y que habrían estado lanzándose al aire que respiramos al menos durante seis años, desde 2008 hasta 2014.

La normativa vigente estipula que un coche no debe emitir más de 80 miligramos de óxidos de nitrógeno por kilómetro recorrido. Los vehículos modificados por Volkswagen habrían llegado pues a 3.2 g de NOx emitidos por kilómetro. Pero, ¿qué es exactamente en NOx? ¿Cómo nos afecta?

Veneno en el aire

Una exposición breve a las partículas de NOx puede provocar irritación del sistema respiratorio y ocular. A largo plazo, los principales efectos pueden ser un desarrollo pulmonar más lento en los niños y la aparición de enfermedades respiratorias crónicas y cerebrovasculares. Los NOx están directamente relacionados con la mortalidad por enfermedades del corazón y el cáncer de pulmón: al respirarlas, las partículas más pequeñas llegan a los alvéolos pulmonares, y desde allí pasan a la sangre y otras partes del cuerpo.

Aunque todos estamos expuestos a este tipo de gases contaminantes, éstos nos afectan de manera distinta: los niños, los ancianos y las personas con problemas respiratorios como el asma pueden sufrir más los efectos. Además, diversos estudios han demostrado que la exposición continuada tiene una incidencia clara en el desarrollo de enfermedades degenerativas.

Haciendo un cálculo de la cantidad de NOx emitido por los 11 millones de vehículos mencionados, el resultado es estremecedor: esos coches trucados habrían emitido casi 2 millones de toneladas de NOx a lo largo de esos seis años, es decir, 330.000 toneladas por año.

Las cifras distan mucho de lo que permite la normativa actual: sólo 40 microgramos (millonésimas de gramo) de NOx por metro cúbico de aire y por año. Incluso si la cantidad de NOx emitida por esos vehículos no hubiese sido 40 veces lo certificado, sino ‘sólo’ 10 veces, eso implicaría 3.750 toneladas de NOx por año, 2.500 veces más de lo permitido. Un veneno que nos mata lentamente con la connivencia de la todopoderosa industria del automóvil.