Se llama Alex Bigazzi, y sus estudios nos llegan a través de BikePortland.org: con un equipo casero de menos de 250 euros y tras siete años en la Universidad de Portland State, ha publicado un interesante estudio sobre cómo afecta la polución a los pulmones de los ciclistas.
Su primera afirmación tiene que ver con una zona de su ciudad, Portland, llamada Springwater Corridor. Pese a ser una vía ciclista, su aire no es del todo saludable: la cercanía de muchas fábricas contaminan la atmósfera del lugar, por lo que la presencia de árboles, la ausencia de coches y la escasa contaminación no son siempre sinónimos. Otra de las afirmaciones de Bigazzi está relacionada con la velocidad de pedaleo. “El mayor elemento de polución”, asegura, “no es lo sucio que está el aire a tu alrededor, sino cuánto aire inhalas”. La investigación asegura, entonces, que cuanto más rápido pedaleas y más trabaja tu organismo, más contaminación respiras. Al mismo tiempo, eso sí, menos tiempo permaneces en la zona contaminada, lo que da pie a una ecuación que asegura que la velocidad óptima para circular en un ambiente sucio son 17 kilómetros por hora. También, y aunque muchos se oponen a ellas, las bicicletas eléctricas salen bien paradas en el informe**, por el mero hecho de que exigen un menor esfuerzo al ciclista que, por extensión, hace trabajar menos a sus pulmones.
La velocidad ideal para respirar la mínima contaminación es de 17km/h
Que es mejor circular por una calle tranquila y despejada a una llena de coches no es nuevo, pero Bigazzi asegura que la diferencia es considerable: ingerimos entre tres y cinco veces más sustancias tóxicas en una avenida principal. Por eso, también, Bigazzi propone que los carriles bici no se construyan en calles principales y muy transitadas, sino en vías paralelas y más despejadas. Para concluir, Bigazzi es claro: los problemas de polución que provoca el pedaleo son mínimos en comparación a los beneficios de la bici. El investigador, ciclista urbano, acepta que los peatones o ciclistas están más expuestos a la polución que los automovilistas encerrados en sus vehículos, pero el ejercicio físico lo compensa sobradamente.