No se nos ocurre ninguna razón por la cual una bicicleta pueda estar parada mucho tiempo, porque todas han sido construidas para salir a rodar por ahí, pero si por casualidad guardas una bicicleta en tu lugar de vacaciones, o tienes varias bicis y usas una más que las otras o sencillamente conservas la bicicleta de algún antepasado porque es un recuerdo muy bonito aunque prefieras montar en una más moderna, hemos juntado muchas de las prácticas que deberías tener en cuenta para que tu bici sea casi eterna.
Antes de continuar debemos dejar clara una cosa. Las bicicletas son un poco como las personas: si les haces algo, te la guardan. ¿A qué nos referimos? Pues muy sencillo: si dejas una bicicleta sin usar y descuidada mucho tiempo, no esperes que esté lista y en perfecto estado cuando a ti te de la gana. Probablemente las ruedas estén deshinchadas, la cadena no haya quien la mueva y los frenos sencillamente, no funcionen.
Las bicicletas son como las personas: ¡si no las tratas bien, te lo van a tener en cuenta!
El ejemplo más obvio es el de los neumáticos: ¿Cómo puede ser que si uso la bici a diario no sea necesario ponerle aire nunca a las ruedas y si no la uso a los dos meses parecen pinchadas? Pues por eso, es venganza de tu bici por no llevarla a pasarlo bien contigo. Tú verás 😉.
Almacenamiento por temporadas
Aunque no es recomendable dejar la bici sin usar, es posible que nos veamos obligados a dejarla arrinconada un tiempo. La razón más obvia es que tengamos varias bicicletas y las usemos por temporadas: la de carretera más para el verano, la de cicloturismo más para el invierno, la de montaña más en primavera, etcétera.
En este caso, lo más recomendable es planificarnos con algo de tiempo y saber cuándo vamos a poner nuestra bici de nuevo en marcha. Unas semanas antes, pedimos cita en nuestro mecánico de confianza (mejor si es un distribuidor de Ciclosfera😉) y le pedimos que nos haga una buena revisión.
Un buen mecánico hoy para evitar problemas mañana
¿Qué suele incluir este tipo de revisiones? Comprobar el estado de los neumáticos y de las cámaras para apreciar si necesitan ser reemplazados o no; el correcto funcionamiento de los frenos, fundas, cableado, purgado, pastillas y zapatas, así como un ajuste más fino para que el tacto y el frenado sea mucho más preciso; la dirección; el cambio; el pedalier; la cadena; lubricación; radios, conos…
Puede que sepas hacer cada una de estas cosas, y que las hagas tú mismo en tu bici de vez en cuando con mejor o peor resultado, pero ten en cuenta que un buen mecánico lo hace 10 veces diarias. No le vas a ganar en experiencia, te lo aseguramos, y será capaz de detectar cosas que a ti se te van a pasar por alto y te van a suponer un cabreo en plena ruta cuando fallen. No te merece la pena. Además, en muchos casos, casi desmontan la bicicleta por completo, la limpian y la vuelven a montar calibrada y en perfecto estado.
Ojo a los neumáticos, frenos hidráulicos y suspensión
Otro detalle de importancia es que dejes las ruedas libres de peso. ¿A qué nos referimos? Pues que conviene que la bicicleta esté colgada para que los neumáticos no soporten ni siquiera el peso de la bicicleta durante mucho tiempo en el mismo punto provocando ligeras deformaciones de la cubierta que pueden darnos más tarde una rodada menos suave.
Aún así, deja siempre las ruedas hinchadas como si fueras a salir a rodar ese mismo día. El propio aire le dará la fuerza y forma necesarias a la goma para que permanezca en su sitio tanto tiempo como sea posible.
Ten cuidado a la hora de almacenar mucho tiempo una bici con frenos hidráulicos o con suspensión: colócalas siempre horizontalmente.
Llegados a este punto, aunque pueda parecerte lógico dejar la bicicleta boca abajo (y estaría bien para bicis sencillas) no es tan buena idea para bicicletas con frenos hidráulicos, porque podrían necesitar una buena purgación al volver a ser usados, y tampoco conviene para las bicis con suspensión, ya que podría provocar alguna fuga de aceite de la horquilla haciendo que sea mucho menos suave la próxima vez que la cojamos y poniendo todo perdido.
¿Y las bicis eléctricas?
Si tienes una e-bike, es importante que quites la batería y que ésta quede almacenada en un sitio sin sol y sin humedad. Envuelta en un trapito y en un armario o en un cajón es un lugar perfecto para ella. Si la dejas con carga (con un 70 o un 75% será suficiente) mejor aún. Cuando vuelvas a instalarla en la bicicleta, si ha pasado mucho tiempo, probablemente esté agotada del todo y necesite una carga larga de toda la noche, pero nos habremos asegurado de un correcto almacenamiento y un cuidado con mucho mimo.
El hueco que ha dejado la batería ha de quedar bien limpio usando aerosoles específicos para la limpieza de contactos eléctricos o, si no te quieres volver loco, un trapo (poco) húmedo y jabón pH neutro.
Almacenamiento a largo plazo
En el caso de que dejes tu bici algo más tiempo, no solo de estación en estación, vamos a dejarla bien guardada y a salvo. Imaginemos que es la bici que tienes en tu lugar de vacaciones. Lo más importante de todo es no dejar la bici en el balcón, en el patio, en el jardín. Te lo pedimos por favor. Cuando llegues el próximo verano, la bici tendrá un aspecto de abandono que no te va a invitar a usarla. Nunca dejes la bici a la intemperie, y menos varios meses.
Evidentemente esto cobra especial importancia en lugares costeros, en la playa. El salitre y el sol pueden convertir nuestra bici de verano en inservible para siempre. Mucho cuidado. Será más cara la reparación que una bicicleta nueva y eso sí que no te lo vamos a perdonar.
El sol y el salitre de los lugares costeros son mortales para las bicicletas sin uso. No las dejes nunca a la intemperie en lugares con playa.
Para empezar, busquemos un sitio en interior, alejada del sol y de la sal del mar si estamos en la costa. Lo ideal es que sea dentro de la casa, en el salón mismo o en la cocina. Qué más da, tampoco vamos a usar ninguna de las habitaciones. Pero si por alguna razón no podemos dejarla dentro de casa y nos vemos obligados a dejarla en el garaje o en el trastero, compremos una lona para la bici. Estas lonas aguantan viento y marea y son buenas protectoras.
Al igual que en el punto anterior, conviene guardarlas con los neumáticos libres de peso: colgadas horizontalmente o muy bien hinchadas y repetimos el consejo relacionado con las e-bikes para extraer la batería cargada y almacenarla en un lugar seco y poco iluminado dejando el hueco como el oro.
Dejar la bici a la intemperie
Bajo ningún concepto. Nunca. Ninguna.
Mantener la bici limpia
Parece una obviedad ¿verdad? Pero no lo es. Muchas veces limpiamos la bici un poquito por encima para no ensuciarnos nosotros mismos, sillín y manillar y listo. Una correcta limpieza de la bicicleta alarga la vida de cada uno de los componentes y, por lo tanto, de la bicicleta.
No sólo hay que limpiar el barro después de una de esas rutas de gravel en las que la competición no es ver quién llega antes sino quién llega más sucio. El día a día de una bicicleta urbana o una de carretera conlleva muchísima porquería que se instala en lugares muy dañinos y que no somos capaces de ver bien.
Por ejemplo en el puente de freno, o en los discos, en las vainas traseras bajo la cadena, entre los piñones de nuestro cambio, por debajo de la bici, bajo el pedalier, la cara interna de las bielas, los pulsadores del cambio… todo eso ha de quedar impoluto, que se pueda comer sobre ello y, después, conviene engrasar con su cierta medida y con el producto adecuado para cada una de ellas, aquellas piezas que tienen movilidad: cadena, pedales, dirección, manetas de freno, pulsadores del cambio, desviadores delantero y trasero…
Hay productos y kits de limpieza que te pueden ayudar muchísimo para el mantenimiento correcto de cada una de las piezas de tu super bicicleta. Nosotros los usamos muchísimo, también en el ámbito urbano.
Como el dentista
Como consejo final debemos decir que, sea eléctrica o convencional tu bicicleta, llévala cada poco a un taller, que la mire el mecánico para que te confirme que todo está bien. Es como ir al dentista a hacer una revisión, pero mucho más barato. No vayas sólo cuando hay ruiditos, o cuando no cambia o no frena como debía. Ve más a menudo para saber si la cadena te va a dar problemas, si tienes que cambiar los neumáticos dentro de poco o si los frenos te van a durar dos cuestas más antes de dejar de funcionar.
A veces las averías de nuestras bicis son tremendamente silenciosas y nos sorprenden. Que no te de el susto una avería derivada de una escasa manutención por no haberte acercado de vez en cuando al mecánico.