Todos lo hemos pensado alguna vez: ¿y si en vez de comprarle -a mi novia, amigo, padre o abuela- alguna cosa en ese día tan especial, le regalo algo hecho con mis propias manos, personalizado, creativo y único? Por desgracia, muchos nos quedamos en el intento al comprobar que no es tan fácil. No todos llevamos un artesano dentro, o sí, pero al parecer su genio aún no se ha pronunciado.
Por eso al ver ideas tan simples como este tronco vintage, uno recupera la ilusión: no sólo no es fácil, sino que es el regalo perfecto para los amantes de las dos ruedas. Lo hemos encontrado en el blog Sparkle, una página donde Jessa, su autora, nos explica paso a paso cómo realizar este genial y creativo diseño.
Os preguntaréis: ¿y de dónde saco yo un trozo de árbol? No hace falta ir al bosque: en cualquier carpintería o centro madererero podréis conseguir una pieza a medida, según el tamaño que deseéis. Después, sólo tendréis que haceros con una imagen curiosa que imprimiréis digitalmente de forma invertida en cualquier copistería.
Necesitaréis poco más: algo de pintura gris y marrón para envejecer la madera; gel acrílico para transferirir la imagen (que alisaremos con una tarjeta o regla) y un estropajo para para pulir la superficie resultante. El barniz aportará el toque final a este regalo personalizado que no sólo nos hará sentirnos un poco más ‘artistas’, sino que seguro entusiasmará a su destinatario.