Todo va a cambiar tras la pandemia. Y algunas cosas, puede que para bien. Al menos esa es la sensación que se desprende de tuits como el que colgó ayer la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.
“Voy a pedir a mis equipos de clima y de calidad del aire que lo estudien con nuestros compañeros de otros ministerios y de gobiernos locales y autonómicos”, expresó la ministra en esta red social. Lo hacía a modo de respuesta a otro tuit del periodista Nacho Escolar, en el que el director de eldiario.es se hacia eco de la información sobre Francia, donde están previstas toda una serie de medidas en esta dirección.
Me parece una idea buenísima y una gran oportunidad en el marco de una #movilidad distinta.
— Teresa Ribera 🌹 (@Teresaribera) April 15, 2020
Voy a pedir a mis equipos de #clima y de #CalidadDelAire que lo estudien con nuestros compañeros de otros ministerios y de gobiernos locales y autonómicos. #EnBici https://t.co/spra6OMGMj
Precisamente esta semana la coordinadora ConBici ha demandado que la bicicleta sea considerada “un vehículo de movilidad activa” en España durante el estado de alarma por coronavirus, además de instar a las administraciones públicas y a la sociedad civil a promover su uso. ConBici ha indicado que “la bicicleta se posiciona como una aliada en las medidas de prevención de la transmisión del coronavirus”, pues “permite la distancia social entre la ciudadanía, descongestiona el transporte público y contribuye a mantener bajos los niveles de contaminación”, que suponen “un factor crítico de transmisión del virus”.
Desde Ciclosfera llevamos tiempo diciéndolo: la bicicleta es el mejor medio de transporte posible para las ciudad. Ya lo era antes de la explosión de esta crisis sanitaria, lo es estos días de confinamiento para los que se ven obligados a desplazarse por causa de fuerza mayor y lo será también cuando todo esto pase. Las ciudades deben reinventarse.