No es la primera vez que pasa… sino la cuarta. De hecho, casi podría decirse que se ha convertido en una tradición del Tour de Francia: en un momento del recorrido, un avezado freerider salta sobre el pelotón aprovechando un fuerte desnivel. Graba la escena y la cuelga en las redes sociales: la imagen no tarda en hacerse viral.
Durante la reciente décima etapa de la ronda francesa, fue el también francés Valentin Anouilh el que se atrevió a dar un salto que ya se ha convertido casi en una tradición: tras ser avisado por un amigo que vigilaba cómo se acercaba la comitiva ciclista, tomó impulso entre los árboles para alcanzar la rampa que él mismo había preparado y volar por encima del grupo. Anouilh grabó su proeza en primera persona, en un vídeo que no ha tardado en hacerse viral.
En Ciclosfera hemos querido analizar la secuencia con la ayuda de los expertos: ciclistas, profesionales del sector y periodistas especializados en este deporte contestan a una pregunta sencilla: ¿es esta una espectacular tradición o, por el contrario, se trata de una conducta temeraria que debería recibir un castigo ejemplar?
“Esto se llama imprudencia temeraria”, opina el veterano periodista deportivo Carlos Toro, uno de los mayores expertos españoles en ciclismo, encargado de cubrir la ronda francesa y otras tantas carreras durante décadas para medios como* El Mundo.* “Este sujeto se define a sí mismo como youtuber, pero no es más que un subproducto de lo que yo llamo las redes fecales. Una persona que busca su minuto de gloria a costa de su propia vida. Si, por lo que sea, falla en el salto, puede provocar una tragedia. Este tipo de exhibicionismos vacíos son comparables al tipo que se graba conduciendo a 200 por hora sin cinturón de seguridad. Es lamentable y ridículo. Y aunque tiene mérito, bien podría emplear esas habilidades en una causa mejor. Que sí: todos hemos hecho tonterías de joven, pero este tipo de actos son vacíos. No deseo que le pase nada, pero una buena multa no le estaría mal empleada”, sentencia.
“No es más que una persona que busca su minuto de gloria a costa de su propia vida”
Rodrigo Otero, sobrino del legendario fabricante de bicicletas Enrique Otero, aporta otro punto de vista. “En el Tour está todo medido hasta el más mínimo detalle: la organización no deja prácticamente nada al azar. Dado que este tipo de saltos se han realizado en ocasiones anteriores, me cuesta pensar que no exista una cierta connivencia por su parte. El ciclismo es espectacular, tanto o más que otros deportes, y este tipo de cosas aportan color y emoción. La bicicleta representa todos los valores que hay en el deporte elevados al cubo, pero también es diversión. Reinventarse o morir: nunca viene mal añadir nuevos alicientes y sumar en espectacularidad. Lo que pasa fuera de carrera es parte del show, lo importante sigue estando dentro. Eso sí: si se trata de un espontáneo que actúa a título individual, es obvio que se trata de una temeridad, porque cualquier fallo puede suponer poner en riesgo a los ciclistas. Pero a riesgo de que me crucifiquen debo reconocer que me gusta”, ríe.
“El ciclismo es espectacular, y este tipo de cosas aportan color y emoción”
Eva Castro, diez veces campeona de España de descenso, enduro y 4x, sabe mucho de la modalidad de ciclismo que practica Valentin Anouilh. Y coincide en parte con Otero. “Es cierto que la toma es espectacular, pero si no está pactado con la organización, un salto como este me parece un poco fuerte. No lo veo correcto”, cuenta en conversación con Ciclosfera. “Más allá de eso, está claro que no se va a caer encima de los ciclistas: es gente que lo tiene muy controlado”
“Desde que Dave Watson saltó por primera vez en 2002, todo el mundo lo intenta cada año”, apunta Nicolas Le Carré, fotógrafo francés especializado en ciclismo que durante los últimos años ha documentado la evolución del MTB más alternativo y extremo en el país. “Verlo es cool, pero también tiene algo de deja vu”, cuenta a Ciclosfera. “Creo que ha perdido su capacidad de sorprender. Estos chavales jóvenes deberían innovar más”, sostiene. “¿Que si es peligroso para los ciclistas profesionales? Bueno… no creo que lo sea más que los tradicionales fans que corren junto a los ciclistas visiblemente borrachos”, bromea.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Temeridad o espectáculo?