Has sido mecánico muchos años, has tenido tiendas, haces vídeos de mecánica on line… ¿Cómo te definirías?
Como alguien que lleva viviendo de la bici, y siendo muy feliz, los últimos diez años. Empecé a ir pedaleando a la universidad y me di cuenta de que disfrutaba mucho más del camino de lo que luego aprendía allí, así que decidí hacer de la bici mi profesión. Además, al usarla sin parar, vi cómo en la bici se desgastan piezas, que a veces no encuentras a alguien que te la arregle rápido o cómo, cuando la llevabas al taller, te la tenían dos o tres días secuestrada, y eso cuesta aguantarlo cuando eres adicto. Así que aprendí mecánica: empecé a comprarme mis propias herramientas, a repararla por mí mismo y, después de muchas visitas al Decathlon, acabé trabajando allí. Y me sorprendió ver, por ejemplo, como ya hace muchos años vendíamos más de cien bicis en un solo día.
Y ahora es fácil encontrarte en una web: El Gurú de la Bici.
Sí, porque el sector de la bici tiene un problema: no hay mecánicos. Me encanta visitar tiendas y, siempre que hablo con el dueño, me cuentan que están deseando encontrar mecánicos, porque no lo hay. A mí también me pasó cuando tenía mi taller. Así que, mientras hacía reparaciones estos últimos años, me dedicaba a grabarlo todo, y lo he recopilado en forma de cursos en vídeo. Así que basta tener una conexión a Internet para hacerlos.
¿Cómo son esos cursos?
El primero es gratuito, y está enfocado, sobre todo, a explicar qué necesitas llevar encima cuando empiezas a montar. Saber cómo hinchar un neumático, cómo engrasar una cadena… Son cuatro vídeos que, directamente, te mando por correo para ayudarte. El segundo curso es para pasar de ser un manazas a un manitas, y son 16 módulos donde hablo de diagnóstico, mecánica preventiva, cambios de piezas... Que puedas, básicamente, mantener tu propia bici, porque el 80% de las reparaciones las podrás hacer tú. Luego te encontrarás con situaciones que necesitan una herramienta que cuesta doscientas euros, y te saldrá más a cuenta llevarla al taller, pero al menos cuando lo hagas sabrás qué le pasa a tu bici.
Respecto al curso Pro, el más avanzado, incluye más de 400 vídeos y es una pasada. Grabarlo me ha llevado dos años, y creo que te convierte en algo parecido a un aprendiz, a un ayudante, a alguien que me hubiese estado acompañando estos dos años mientras hago todo tipo de reparaciones y trabajos. Eso sí: puedes hacerlo en tu casa, y a las horas que tú elijas.
"Moverse en bicicleta es sostenible, pero también cuidarla lo es: así todas sus piezas durarán más"
Porque, tanto si es para trabajar en ello como si eres ciclista, es bueno saber de mecánica.
Sí, y también por sostenibilidad. Porque la bicicleta, moverse en bicicleta, es sostenible, pero también engrasar la cadena o llevar las ruedas hinchadas es sostenibilidad. Porque la cadena durará más y no habrá que fabricar tantas. Porque la bicicleta irá más fluida y, además de costarte menos pedalear, pincharás menos y harán falta menos cubiertas. Y algo más: porque cuando, por ejemplo, compruebas el desgaste de las zapatas, evitarás terminar frenando, desgastando y a la postre rompiendo otras partes de la bici, y haciéndoselo pagar a tu bolsillo y al planeta.
Cuidar y mimar a tu bicicleta es parte de tu relación con ella, ¿verdad?
La gente debe moverse en bici, pero también cuidarla. Tarde o temprano necesitarás un mecánico pero, cuanto más tarde, mejor. Amar a tu bici es dedicarle un ratito: charlar con ella, tocarla, ver cómo está. A las bicis les encanta.
¿Hasta qué punto es especial enseñar mecánica?
Es brutal. Me encanta ver, por ejemplo, cómo gente que empieza con muchos miedos progresa, encuentra trabajo, tiene sus propios clientes… En El Gurú de la Bici hago tutorías grupales pero también individuales, porque es muy importante ver cada caso, ayudarles a cumplir sus objetivos. Por ejemplo, si una persona quiere conseguir trabajo, estudiamos qué tiendas hay en su entorno, qué necesidades podrían tener y cómo ofrecer sus servicios.
"El negocio de la bici es una carrera de fondo en la que no paras de aprender"
Porque tienes una ventaja: además de mecánico has llevado un taller, has tenido una tienda, has ayudado a construir proyectos…
Sí, he tocado muchos palos del sector. Conozco a mucha gente, y ahora todavía más: estoy haciendo un podcast, Vivir de la bici, donde charlo con gente de todo tipo y mostramos que vivir de la bici no es solo pedalear o arreglar bicis, sino que hay gente de todo tipo. El negocio de la bici es una carrera de fondo en la que no paras de aprender, y cuanto más tiempo pasa, más rápido, más fino y mejor entiendes las necesidades de los clientes. Porque, a la postre, yo siento que sobre todo me dedico a ayudar y servir, tanto al que tiene una bicicleta, y un problema con ella, como a todo el planeta.
¿Es buen momento para formarse como mecánico y pensar en hacer carrera profesional en el sector?
Desde luego. Es alucinante, y es algo que descubrí en cuanto empecé a trabajar en Decathlon, ver la ayuda que necesita muchísima de la gente que usa la bici. Las personas no saben ni que tienen que hinchar las ruedas. Empiezas ahí, pero es que luego puedes profundizar todo lo que quieras, porque la bici es un mundo que no se acaba. Cambios electrónicos, bicicletas eléctricas, necesidades cuando haces cicloturismo… Pero el inicio siempre es el mismo: la pasión. Creer en la bici. Que te guste montar. Y después viene el gusto por la mecánica. Es importante, porque eso te ayuda a conocer la máquina, a intuir qué problemas tendrán otros ciclistas, los tiempos que requiere cada cosa. Sí, puedes soñar con montar un negocio de cicloturismo, pero además de saber mucho de historia, o explicar muy bien la cultura… ¡Cuanto más sepas de mecánica, mejor lo harás! Porque si alguien pincha, o tiene un problema con la cadena… Podrás solucionarlo bien, y rápido, y así todos os centraréis en disfrutar del camino.
Imagina que hago tu curso profesional. Y, después… ¿cuál sería el siguiente paso?
Después de hacer el curso, ya sabes bien de qué va esto. Sabes de herramientas, de reparaciones, de problemas que pueden tener los clientes… Y ahí tienes dos opciones. La primera, trabajar para otro. Perfecto. Pero hay una que todavía me gusta más: buscar tus propios clientes. Generar tu propio trabajo. Los dos caminos son buenos. Y hay algo más: la mecánica, como la bicicleta, es universal. En todos lados hacen falta buenos mecánicos de bicicletas. Si ahora me fuese a vivir a Nueva Zelanda, a Canadá, a donde sea, creo que encontraría trabajo. Si sabes arreglar bicis bien, ya tienes mucho camino avanzado.
"La mecánica, como la bicicleta, es universal. En todos lados hacen falta buenos mecánicos de bicicletas"
Y, además… En todas partes hay una comunidad ciclista creciente, y casi siempre formada por gente muy sana.
Arreglarle la bici a alguien es maravilloso, porque siempre le sacas una sonrisa. Le solucionas un problema real, contribuyes a hacer algo bueno. Y, además, el mero hecho de arreglar bicis te abre puertas con la gente… ¡Vas a poder hasta ligar, porque saber arreglar bicis es sexy!
Ya como empresario, como emprendedor… ¿Cómo es el sector bici?
España no es un paraíso para el emprendedor, pero no hay que llorar sino ser responsable de tu propia vida. Fundé mi empresa en diciembre de 2011 y, aunque no haya recibido ayudas, he seguido para delante. Cuanto tienes ganas, pasión, y trabajas duro, es probable que los problemas se diluyan y saques todo adelante. Para mí, emprender es como coger un tablero de juego y marcar las reglas. Ver qué haces y qué no haces con tu empresa, construir estrategias. Mientras sacaba adelante todo, por ejemplo, también trabajé con Cabify para diseñar su modelo de negocio de bicis en suscripción. Es interesante ayudar a la gente a entrar en el sector. Y ojo, a la bici le van a salir muchas novias porque los grandes capitales, en cuanto huelen posibles beneficios, aterrizan con su dinero en un sector. Y la bici es un sector con futuro.
Además de arreglar bicicletas… ¿qué debe tener un buen mecánico?
Tienes que detectar el problema que tiene el cliente, y saber explicárselo. Tienes que sonreír, mucho. Tienes que saber cuánto tardarás en tener la pieza, o la herramienta, que te falta, porque eso condicionará el servicio y la devolución. Y tienes que ser metódico. Documentarlo todo: saber qué le cambiaste o arreglaste a cada persona, y mostrárselo para evitar sorpresas o malentendidos. Y, una vez arreglada… Tienes que salir a probar la bici, y comprobar que está todo bien.
Más de un año de pandemia… ¿Cómo lo llevas?
Llevaba muchos años con muchísimo trabajo, y en mi caso me vino bien el frenazo para parar, trabajar a puerta cerrada y, por ejemplo, terminar de poner en marcha mis vídeos. Pero en cuanto levantaron el confinamiento estricto, fue brutal. Lo nunca visto. Y eso les pasó a todos los negocios de bicis: éramos una panda de llorones, siempre quejándonos, pero ha cambiado la perspectiva.
¿Qué futuro, a corto plazo, le auguras a la bici?
Pasará por los servicios. Yo empecé arreglando bicicletas a domicilio, casa por casa, y servicios así tienen futuro. Y, por supuesto, pasa por conservar y cuidar las cosas. El planeta necesita que abandones esta cultura de usar y tirar. En la industria de la bici, por ejemplo, hay un problema de suministros enorme, que ya genera problemas para, sin ir más lejos, extraer materias primas. Sí, hacen falta bicicletas, pero que sean buenas y que después se cuiden. Que duren. Y mi lema es que una bici nunca muere: siempre se puede arreglar. Por eso también aconsejo qué bicicleta comprar, y lo tengo claro: cómprate la mejor que puedas porque, además, si después la quieres cambiar siempre habrá mercado y podrás venderla.