“Nací en el centro de Oporto. En mi familia no hay dibujantes, ni arquitectos, y lo que más me gustaba de pequeño era jugar al baloncesto. Pero, con quince años, decidí que sería diseñador o arquitecto, aposté por lo segundo y en la universidad tuve que dibujar mucho, porque para aprobar la carrera tenías que hacerlo. Me aficioné y empecé a hacerlo al viajar: el Erasmus de París, Sarajevo o, claro, Valencia, donde ahora vivo”.
"En Nueva York me propuse hacer un dibujo al día y, en vez de retratar los típicos lugares turísticos de Manhattan, opté por dibujar los cinco distritos, los Boroughs, recorriéndolos en bicicleta”
“Empecé a moverme en bicicleta en París, en 1999. Es una ciudad muy bonita, aunque sin mar. Detestaba el metro y compré una vieja Peugeot para recorrerla. Después hice el doctorado en Roma y, aunque tenía previsto mudarme a Londres, terminé estudiando en la Parsons School of Design de Nueva York. Allí me propuse hacer un dibujo al día y, en vez de retratar los típicos lugares turísticos de Manhattan, opté por dibujar los cinco distritos, los Boroughs, recorriéndolos en bicicleta”.
“Cuando te mueves pedaleando lo bonito no es llegar, sino el camino. El detenerte a conocer las calles. Es una forma de desplazarte mucho más empática, sostenible y apropiada para dibujar”.
“El director de la escuela de Nueva York me propuso hacer una exposición con mis dibujos, tuve que hacer un catálogo y, al terminarlo, se me ocurrió enviarlo al Rendez Vous Carnet de Voyage, una importante bienal artística que se celebra en Clermont-Ferrand (Francia), centrada en cuadernos de viaje. Para mi sorpresa lo aceptaron y, pocos meses después, mi libro era candidato al premio de mejor cuaderno internacional. Finalmente, gané el premio a mejor revelación”.
“En ese libro, en mis dibujos en general, me gusta introducir en cada página alguna bicicleta. Muchas veces están camufladas, apenas se ve un pedal, una sombra o, al fondo, casi imperceptible, una bici pequeñita. En Nueva York yo usaba una Schwinn amarilla, muy pesada, que le compré por cincuenta dólares a un vecino costarricense”.
“Un día, yendo a la escuela, vi un anuncio en el que pedían un ilustrador para una película, We the Animals. Les mandé mi trabajo y les gustó, quedé con el director, Jeremiah Zagar, y a los tres minutos me dijo que el puesto era mío. Yo no sabía hacer story boards pero me dio libertad total y, de paso, me dejó otra bici, una Mihata japonesa mucho más ligera que la Schwinn”.
“Recuerdo noches y noches pedaleando para ir a conciertos en clubs de jazz. Dibujaba a los músicos iluminando mi cuaderno con la pantalla del móvil. Y, al terminar, les pedía a los artistas que me los firmaran. El Smalls, el Smoke, los conciertos de John Zorn… ¡si vais a Nueva York y os gusta el jazz no dejéis de ir por ahí!”
"Lo que hago se llama urban sketching, y tiene una serie de reglas: dibujar en vivo, compartir tu obra en redes sociales..."
“Lo que hago se llama Urban Sketching, y tiene una serie de reglas. Para empezar dibujas en vivo, no a partir de una foto, y por eso moverte en bicicleta es fantástico. Además, debes compartir tu obra en redes sociales, creándose una especie de familia que comparte técnicas e intercambia ideas”.
“Ahora tengo varias bicis en casa… Una Specialized Hardrock, una Cannondale SuperSix Evo, una clásica Colnago de 1975, un poco más joven que yo… La Mihata me espera en Nueva York, en casa de Jeremiah. Y, en general, me gustan más las bicicletas clásicas, porque ya tienen su propia historia”.
“Nunca escucho música cuando dibujo en la calle. Quiero absorberlo todo: el sonido también se refleja en el papel, es casi tan importante como la luz. Me gusta, además, escuchar los comentarios de la gente al pasar a mi lado y verme dibujar. Pero, es cierto, me gusta mucho escuchar música cuando no dibujo: el podcast de Cilliam Murphy en la BBC, los discos de Nick Zammuto y The Books…”
“Ahora trabajo como profesor en la Universidad de Valencia, pero tengo un proyecto personal: repetir los increíbles dibujos de otro arquitecto, Louis Kahn, en sus viajes por EE UU, Grecia, Italia o Egipto. En cuanto pase la pandemia y pueda volver a viajar, lo retomaré”.
Maestro
Nacido en 1974, con un hermano gemelo y casado con una valenciana, Hugo Costa tiene una enorme colección de preciosos dibujos en su cuenta de Instagram. Hablar con él es tan placentero como contemplar su obra: prometido queda, intentaremos hacer con Hugo próximamente todo tipo de actividades relacionadas con el dibujo y la bici.