Timo Perälä es toda una referencia en el ciclismo urbano mundial. Sobre todo, cuando las temperaturas bajan: este encantador finlandés fue el creador, en 2013, del primer Winter Cycling Congress, un evento que desde entonces reúne cada año a distintos expertos en infraestructura y desarrollo ciclista orientado a lugares con mucho, mucho frío.
Perälä sabe del tema: en su ciudad, Oulu, hace mucho frío. Incluso hoy, un soleado 13 de marzo, las temperaturas llegan a los -8º mientras estás leyendo esto. Es muy, muy complicado que en algún momento del año se superen los 25º (aunque, desgraciadamente, el cambio climático ya se está haciendo notar), y en invierno no es difícil ver el mercurio de los termómetros paralizado en los -20º.
“En mi ciudad no hay ciclistas, sino gente que se mueve en bici porque es la mejor manera de hacerlo”
Y, sin embargo… mucha gente se mueve en bicicleta. “Tengo la suerte de haber nacido y vivido en una ciudad con cuatro estaciones del año”, cuenta Perälä, “donde los inviernos son fríos y, por eso, en los años 70 se construyó infraestructura ciclista para poder pedalear en esa época del año”. Y es que, como dice Perälä, “en mi ciudad no hay ciclistas, sino gente que va de un lado a otro en bicicleta porque es la mejor manera de hacerlo, aunque haga -30º”.
Algo tan llamativo que, cuando Perälä empezó a estudiar ingeniería civil y se especializó en economía de transporte, hizo un estudio sobre el tema. Y cuajó: le invitaron desde todas partes del mundo para hablar sobre el ‘Milagro Oulu’, y saber por qué en esa gélida ciudad finlandesa la gente, en vez de desplazarse resguardada en contaminantes y enormes automóviles, seguía optando por pedalear.
“Yo se lo intentaba explicar a la gente”, cuenta Perälä, “pero seguían atónitos, Parecían ser incapaces de comprenderlo. Así que entre 2011 y 2012 me dediqué a invitar a expertos para que visitasen mi ciudad y lo viesen con sus propios ojos, y en febrero de 2013 tenía a 150 personas, procedentes de 12 países, en el que iba a ser el primer Winter Cycling Congress. Desde entonces, y con carácter itinerante, lo seguimos haciendo: nuestra misión es normalizar el ciclismo en cualquier épica del año compartiendo los mejores ejemplos, las últimas innovaciones y la experiencia de distintas ciudades”.
En su opinión, el hecho de que más de la cuarta parte de los desplazamientos en Oulo se hagan pedaleando (pese a que hace frío, e incluso nieva, unos 256 días al año) son las infraestructuras. “Para tener ganas de pedalear debes sentirte seguro”, explica, “y para eso necesitas buenas infraestructuras. Tanto como para que puedan circular por ellas tu sobrino de 3 años o tu abuela. Constrúyelas y, tarde o temprano, los ciclistas llegarán”. Un ejemplo que, además de en Oulu, se está llevando a cabo en la también finlandesa Joensuu, las suecas Umeå y Linköping, la noruega Trondheim (ya hemos hablado de su ascensor para ciclistas) o la rusa Almetyevsk. Pero no sólo se trata de construir: también de mantener. “En Oulu y los pueblos cercanos”, cuenta Perälä, “hay unos 1.000 kilómetros de vías ciclistas mantenidas y alumbradas durante todo el año. En invierno, los carriles bici es lo primero que se limpia de nieve, y eso nos permite usar la bicicleta a diario. Yo recorro unos cuatro kilómetros de mi casa al trabajo, y los hago más rápido pedaleando que en coche. Son el único ejercicio que hago a diario y, a mis 45 años, me siento de maravilla. ¿Hace falta que alguien me lo recomiende? No, es una elección obvia: moverme en bici es fácil, rápido y conveniente. Sólo genera cosas buenas para mi salud, mi equilibrio emocional y mi entorno. Y no: el mal tiempo no es un problema, lo es la falta de infraestructura o el descuido de la misma. Cuando el termómetro baja sólo tienes que abrigarte mejor y, quizá, pedalear con un poco más de calma”.