Aunque el uso de un motor eléctrico para asistir al pedaleo provoque la indignación de algunos, que consideran que no debería llamarse a esas máquinas bicicletas, el hecho es que más allá de nombres o definiciones son una montura mucho más saludable que lo que muchos piensan.
Los investigadores de la Universidad de Colorado reclutaron a 20 voluntarios para su prueba. Eran 20 individuos sedentarios, acostumbrados a desplazarse en coche. Les midieron varios niveles y les pidieron que, al menos tres veces a la semana, usaran una bicicleta con asistencia eléctrica al pedaleo durante unos 40 minutos al día.
Los resultados no dejaban lugar a la duda: pasado un mes, los científicos volvieron a analizar a los voluntarios, descubriendo que entre otras cosas tenían mejores datos cardiovasculares, mayor capacidad de esfuerzo y mejores niveles de azúcar en sangre.
James Peterman, el líder del equipo de investigación, aseguró que “usar con frecuencia una bicicleta con pedaleo asistido ayuda a las personas a incorporar una actividad física cotidiana sin tener que reservar un tiempo específico para entrenar”.
Los voluntarios usaron bicicletas con asistencia eléctrica al pedaleo limitada a 25 kilómetros por hora. En total, recorrieron una media de unos 20 kilómetros por hora, y nadie sufrió ningún tipo de accidente. El estudio completo está disponible en Internet.
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