Barcelona se lava la cara. El tramo comprendido entre el paseo de Gràcia y la plaza Francesc Macià perderá un carril con el objetivo de reducir el tráfico. De hecho, y según informa La Vanguardia, se estima que 4.500 coches deberán buscar un recorrido alternativo. Según las estimaciones del plan de movilidad, esta reducción no sería problemática, ya que este volumen de tráfico podría ser absorbido por las vías del Eixample y por la presencia del autobús, que se reforzará en este tramo.
El objetivo de esta reforma, que tiene previsto comenzar el próximo mes de mayo, no es otro que el de reducir la presencia del coche y “reordenar el espacio para garantizar la convivencia”, según establece el plan de movilidad. Para ello se dejará la calzada con dos carriles para la circulación general y otro para autobuses y taxi. Los carriles laterales se convertirán en amplias aceras, y el paseo incorporará un carril de circulación para los ciclistas. Según Alberto Fernández (PP), la reforma es “el resultado de un doble acuerdo, el presupuestario y el de las obras que considerábamos prioritarias para la ciudad en este mandato”, según recoge La Vanguardia.
Badalona sólo abrirá la Rambla entre semana.
No muy lejos de allí, en la cercana localidad de Badalona, el panorama ciclista no es tan optimista. Después de seis meses, y tras recibir numerosas críticas de partidos políticos y organismos ciclistas, la Rambla se abrirá de nuevo a los ciclistas pero, eso sí, sólo entre semana.
El Ayuntamiento ha rectificado, pero no lo suficiente. Y es que esta medida no convence a aquellos que, como Taula de Mobilitat y la asociación de vecinos del Centre, llevan reclamando que la Rambla se abra de nuevo a los ciclistas. Según recoge La Vanguardia, esta medida – que limitará su prohibición los fines de semana entre las 11h y las 21h- ignora las diversas propuestas que se han hecho al respecto desde que, hace medio año, prohibieron el tráfico de ciclistas en La Rambla.
La Rambla de Badalona es una de las avenidas peatonales más concurridas de la ciudad, y el gobierno local decidió vetar la entrada a monopatines y bicicletas para que, según ellos, no hubiera ningún tipo de conflicto con los viandantes. Si bien miembros de la Taula de Mobilitat de Badalona exigieron al Consell de la Mobilitat regular la avenida -una “solución intermedia” en la que la prohibición desapareciera y se favoreciera el tránsito entre peatones y ciclistas-, esta nueva solución parece ignorar las protestas.