Tras años de espera, la nueva Ley de Movilidad Sostenible ya está sobre la mesa. Estudiamos los cambios en una videoentrevista con Juan Carlos Escudero, Jefe de la Unidad de Movilidad y Ciencia del Dato del Centro de Estudios Ambientales del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Para él, la norma abre un nuevo horizonte, aunque no está exenta de desafíos: “Puede ser un punto de inflexión y marcar un nuevo paradigma, pero echo en falta mayor concreción”.
¿Cómo valoras la nueva ley?
Ya era hora: después de tres años, y de un intento fallido en la legislatura anterior, parecía que podía volver a torcerse, pero ya la tenemos. Creo que, en principio, es un gran avance. La Ley consagra legalmente lo que debería ser la prioridad de modos de transporte y sitúa la movilidad activa, caminar y bicicleta, en la cúspide de la pirámide de movilidad. Eso, que antes era solo un objetivo, ahora está recogido a nivel normativo. Además, permite justificar reducción de espacio al coche e inversiones para impulsar movilidad activa y transporte público. Es una buena noticia, aunque también es una ley muy programática, que dependerá mucho del desarrollo reglamentario posterior.
¿Hasta qué punto es una piedra simbólica o realmente puede cambiar cosas?
Creo que puede ser un punto de inflexión: su exposición de motivos es muy motivante y marca un nuevo paradigma. Pero es cierto que echo en falta mayor concreción. Aparecen elementos interesantes, como el DOMOS (Documento de Orientaciones para la Movilidad Sostenible) y sus documentos complementarios, y si se desarrolla bien pueden ser una herramienta real de cambio.
Para hacerla real, hará falta financiación. ¿Cómo ves ese punto?
Ese quizá sea el punto más débil. Se prevé un Fondo Estatal para Movilidad Sostenible, pero no se concreta su alcance. Hubiera sido deseable una referencia clara a un fondo estatal específico para la bicicleta. Hay buena intención, pero falta concreción, y sin financiación real muchos objetivos se pueden quedar en el aire.
"Hubiera sido deseable una referencia clara a un fondo estatal específico para la bicicleta. Hay buena intención, pero falta concreción, y sin financiación real muchos objetivos se pueden quedar en el aire"
¿Quién debería mover ficha ahora para que la Ley no se quede en papel mojado?
Todos. Sociedad civil, técnicos, responsables políticos... Cada uno, desde su ámbito, tiene que evitar que se quede en una mera declaración de intenciones. Las administraciones deben desarrollar reglamentos, metodologías y buenas prácticas para materializar la ley.
¿Esta Ley puede ayudar a impulsar la ciclologística?
La ley hace una referencia expresa a la ciclologística, pero como una opción más dentro de la optimización del reparto urbano. No podíamos esperar mucho más en una ley marco. Lo importante es que fija un espíritu claro: incentivar modelos de reparto más eficientes y descarbonizados.
Vayamos a Vitoria-Gasteiz, tu ciudad. ¿Cómo encaja la ley con vuestra estrategia local?
Perfectamente. Vitoria tiene una larga trayectoria, nuestro modelo urbano favorece la movilidad activa y la Ley refuerza y consagra el camino que llevamos décadas siguiendo. Será un apoyo para el nuevo Plan de Movilidad 2030 y, en ese sentido, bienvenida sea.
¿Qué ha hecho Vitoria para ser un ejemplo a seguir?
Lo primero, tener un modelo urbano, una planificación de más de cincuenta años orientada a la proximidad. Sin distancias cortas, pedir movilidad activa es inviable. Luego, liderazgo político constante, independientemente del color de los gobiernos. Cosas como las primeras peatonalizaciones de hace cincuenta años o la regulación del aparcamiento de hace sesenta muestran esa trayectoria.
"Lo importante es que las ciudades españolas tengan claro el rumbo, aunque unas avancen más rápido y otras más despacio. La Ley puede ayudar mucho, porque marca una orientación clara para las políticas públicas"
¿Y cuáles son ahora los principales retos en la ciudad?
Mejorar las conexiones ciclistas con polígonos industriales. Más de 40.000 personas se desplazan a diario a zonas industriales, con distancias asumibles en bicicleta. Estamos ejecutando ya conexiones con Jundiz, el Parque Tecnológico y proyectando otras hacia los pueblos del entorno. Y, claro, queremos seguir mejorando la infraestructura ciclable dentro de la ciudad.
¿Cómo ves al resto de ciudades españolas?
Hay claros y oscuros. Algunas ciudades que fueron referentes han sufrido cierto parón. Pero creo que lo importante es que todas tengan claro el rumbo, aunque unas avancen más rápido y otras más despacio. La Ley puede ayudar mucho porque marca una orientación clara para las políticas públicas. Si queremos reducir emisiones y avanzar en acción climática, la bicicleta es clave.
